Una primera apreciación es que las personas encuestadas perciben a la sociedad peruana como machista. La pregunta sería ¿Cómo valoran esta situación? ¿La critican o la aceptan? Dadas las connotaciones negativas del término machismo, asumiría que la población limeña presenta una actitud crítica frente a los privilegios masculinos y la discriminación de la mujer.
Sorprende que una gran mayoría de mujeres (67%) no se haya sentido discriminada por su género a pesar de considerar que viven en una sociedad machista. Viéndolo desde otro ángulo, esta respuesta es consistente con sus percepciones sobre oportunidades de educación, empleo y participación política que ellas consideran bastante equitativas.
Puede decirse que las respuestas sobre oportunidades de las mujeres responden a la conciencia de que su estatus ha cambiado durante el siglo XX. Ellas han accedido masivamente a la educación formal, al empleo y a la vida pública. Sin embargo, con la excepción de la educación (en el medio urbano la participación de hombres y mujeres es pareja) apreciamos que la población encuestada peca de optimismo. De hecho, el salario promedio de las mujeres es 31% más bajo que el de los varones y la participación femenina en la esfera pública sigue siendo abrumadoramente minoritaria. Por ejemplo, actualmente las mujeres parlamentarias representan solo el 29.17%, de los congresistas. En suma, diría que las percepciones de las personas van más rápido que los cambios en curso, pero reflejan su ritmo.