Por: Eugenio Vidal
Desde hace años Lima ha carecido de un plan de desarrollo que le permita crecer de manera sostenible y ordenada. Este fue uno de los retos que se propuso la actual gestión de la Municipalidad de Lima. Se trata de una obra medular pero impalpable. Ideele publica el testimonio de quienes desde la Municipalidad vienen trabajando en este tema.
Este 15 de noviembre el doctor Henry Pease García, comisionado especial para la Elaboración del Plan, entregó las opiniones y propuestas de 18 mil ciudadanos a la alcaldesa Susana Villarán. Desde abril la consulta ciudadana del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima ha recorrido Lima Norte, Sur, Centro y Este, para preguntar al vecino qué es lo que necesita y construir con él el futuro de nuestra ciudad.
La novedad del Plan frente a esfuerzos anteriores radica precisamente en partir por consultarle a la gente. “Cuando Eduardo Orrego era alcalde, se hizo un plan que definió las áreas verdes y los parques zonales, pero vino el Ministerio de Vivienda con el ministro responsable, que además era del mismo partido del alcalde Orrego, y construyó las Torres de San Borja y las de Limatambo encima de un Parque Zonal. Se tiraron abajo todo el planeamiento. Por eso Lima tiene barbaridades. Independencia, Surquillo, son distritos que no pueden crecer hacia ningún lado, no pueden tener áreas verdes ni otros servicios, porque no hay planificación. Entonces, ¿los vecinos qué somos? Ése es el resultado de la improvisación. Como me dijo alguna vez un funcionario mexicano: los peruanos primero ejecutan y luego planifican. Esto es lo que no debe volver a pasar”, señala el doctor Pease.
Muchos problemas de Lima pudieron, y aún pueden, solucionarse con planificación. En 1970 Lima contaba con 16 m2 de área verde por habitante; ahora el promedio se encuentra en 3,9 m2, cuando la OMS recomienda un mínimo de 8 m2 de área verde por habitante. Collique, por ejemplo, solo tiene 67 centímetros de área verde por cada persona. Hechos que se deben tomar en cuenta frente al boom inmobiliario que vive nuestra ciudad. Por otro lado, existe una degradación y pérdida acelerada de las cuencas de Lurín, el valle del Lurín, las Lomas del Sur, los Pantanos de Villa y las playas del sur, importantes ecosistemas de Lima, debido a una desorganizada transformación de áreas agrícolas en terrenos residenciales.
O la vialidad de Lima. Sin pensar, construimos una ciudad para autos, un modelo para ciudades de población dispersa, donde hay pocos habitantes y grandes distancias. No obstante, en las horas punta somos 25 mil en la vía Evitamiento y 20 mil en la carretera Central, porque existen rutas superpuestas, sobreoferta y caos. Hay 31.000 vehículos de transporte público masivo, y solo necesitamos 16.500.
Una ciudad con la densidad poblacional de Lima requiere énfasis en la organización del transporte público masivo y en el peatón, pues más del 25% de los viajes que se realizan en la ciudad de Lima son a pie. Somos tantos que deberíamos tratar de ocupar menos espacio para movilizarnos. Es decir, disminuir la cantidad de vehículos. Así prevendríamos la congestión. Planificar significa actuar con conocimiento de causa.
Y para conocernos hay que escucharnos. Si no, cómo saber que la soledad es un gran problema para el adulto mayor, que lo que más preocupa a los niños es la violencia o que al ciudadano promedio le interesa el medio ambiente. Porque sabe que el aire que respira está observado por el Senahmi. Vive junto a un relleno sanitario, se enferma y tiene problemas respiratorios. O solo tiene 7 horas de agua al día, como en Ancón.
Para que el desarrollo nos incluya a todos, debemos planearlo juntos. Por eso, el propósito del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima ha sido conjugar perspectivas. Su función principal es escuchar: al vecino de Lima, a los macroactores de la ciudad (gremios empresariales y de trabajadores, colegios profesionales, organismos no gubernamentales y congresistas de la República por Lima) y recoger los esfuerzos de planificación de las municipalidades distritales.
El Plan es, pues, el producto del acuerdo de todos y, por ende, una herramienta para el ciudadano. “El Plan Regional normará la vida de la ciudad; por lo tanto, será obligación de todos los alcaldes cumplirlo. En la práctica, este documento será respetado si cumple con dos condiciones: la primera, que se haya realizado con la participación de la ciudadanía y que ésta tenga mecanismos para cuestionar a la autoridad que ignore el Plan; éste es un componente importante. La segunda es encontrar un mecanismo que, de ser necesario, haga posible ir cambiando algunos puntos del Plan —objetivos o políticas—. Para ello se tiene que respetar el mismo camino que seguimos para formularlo, es decir, consultar a la gente. Nosotros elegimos autoridades para que actúen en continuidad, pero no tienen que cambiar los grandes objetivos; y si quieren hacerlo, tienen que consultárselo a la ciudadanía. Por eso confío mucho en nuestra página web, porque es una manera de comunicar este proceso, ya que a la hora que entreguemos el Plan todos los ciudadanos podrán hacer seguimiento de lo que se programó y de lo que está pasando”, explica el comisionado Pease.
El acuerdo de todos beneficia a todos. Especialistas del Plan, como Mario Zolezzi, Javier Abugattas, o Jorge Ruiz de Somocurcio, escuchan a los vecinos, registran y cruzan los datos, información que resulta muy valiosa. Por ejemplo, desde la perspectiva económica, con esa data Lima podrá tocar las puertas de la cooperación internacional y de las empresas privadas (obras por impuestos) para que inviertan en lo que realmente desea y necesita la comunidad. Es decir, se contará con un “menú de inversión”.
Planificar nuestro desarrollo juntos constituye un paso más en la construcción de una sociedad de todos y para todos, de espacios públicos que compartamos y cuidemos juntos, de reforzar la idea de que la ciudad nos concierne a todos, porque la conformamos. Comparada con otras ciudades latinoamericanas, los índices de violencia e inseguridad en Lima no son los más altos. Sin embargo, existe una creciente sensación de inseguridad. Somos una sociedad que se teme a sí misma, pero no nos cuidamos entre nosotros, cuando el cambio hacia una sociedad solidaria empieza por mirar al otro: “Espero que podamos decir que en Lima no hay ningún niño mendigando ni tampoco niños desnutridos. Ésta debe ser nuestra prioridad. Es inconcebible que, con el crecimiento que tenemos, en Lima siga habiendo niños desnutridos. Seamos claros: acá en Lima podemos llegar hasta el último rincón en carro y darles a los niños lo que necesiten. Antes que nada, tenemos que asegurar eso. Lo pongo por delante porque es la única manera de hablar de progreso en el Perú. Ése es el punto de partida, pero así tenemos que ir trazando los objetivos en cada uno de los ámbitos”, desea el comisionado del Plan para el futuro de nuestra ciudad.
Henry Pease, comisionado especial para la Elaboración del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima:
“Lima no puede seguir creciendo como lo está haciendo, sin un Plan Regional. No pueden seguir haciendo lo que quiere el que pone la palta ni el que invade ni el que quiere invertir así como así. Todos son ciudadanos y tienen que ser consultados, pero juntos definiremos qué quiere hacer y dónde se quiere hacer. Ahora, ese dónde es clave, porque aquí se pierde mucho tiempo y dinero en hacer y deshacer. Mire lo que significó poner en funcionamiento el Metropolitano, la batalla campal que se dio en Lima Norte y que explica por qué en nuestro país pasaron 50 años entre la suspensión de los tranvías y el primer transporte rápido. En esos 50 años el Estado dijo “entiéndanse ustedes”; entonces ellos llenaron ese vacío. Cuando pasa eso, poner orden es mucho más difícil que empezar haciendo las cosas bien. Ése es el sentido del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima al 2025”.
Enfermedades que podemos curar en la ciudad de Lima
180 personas de cada 100 mil tienen tuberculosis.
Lima supera a Haití y a todo el Perú en casos de TBC.
16 mil nuevos casos de pacientes con TBC cada año.
Se incrementan los casos de TBC resistente. (TB-MDR)
60 mil niños con desnutrición crónica.
140 mil niños con anemia.
55 % de mujeres sufre violencia física.
En Lima Este
El Agustino es el principal foco de tuberculosis pulmonar de Lima Este.
Sigue leyendo