Otro amor sin resolver – Decision to Leave (2022)

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Una versión de este texto fue publicado en la Revista Siete Artes:  https://revistasieteartes.com/2023/03/06/gran-acto-decision-to-leave-2022-park-chan-wook-por-mauricio-jarufe-caballero/

Los filmes de Park Chan-wook van sobre la demarcación entre lo que es y lo que no es; lo que es, lo que parece y lo que se quisiera que sea. En este film, todos los enfoques tienen cabida, a veces en la misma escena. Todo punto de vista se entrecruza con otro, a veces dentro de una suerte de melódico caos, dispuesto a confundir -y atraer- a la audiencia. Un romance que no parece romance se excusa tras un misterio que se resuelve a la mitad del metraje. Y al final, en el espacio invisible entre el deseo y la acción, el amor y el afecto, existe la represión y la duda, dos emociones que, defendidas por sus protagonistas, permiten que, con cierto vigor determinista, el misterio se haga romance y el romance se haga tragedia.

Decision to Leave, como no podía ser de otra forma para Park Chan-wook, comienza con un crimen. Un sujeto ha muerto al caerse de una montaña y se sospecha de un posible asesinato. La principal sospechosa es Seo-Rae, una enfermera de origen chino, quien empieza a ser objeto de investigación (y de seguro obsesión) del detective Hae-jun, con un matrimonio en crisis y constante insomnio. La relación entre detective y sospechosa, como buena tradición del noir, deviene en una suerte de pseudo-romance y amistad confidente, más aún cuando Hae-jun descarta a la mujer como sospechosa. Sin embargo, una serie de revelaciones complica la relación entre uno y otra, en sintonía con la aparente crisis -identitaria y emocional- que sufren ambos. Evidentemente, la red de mentiras también es una intrincada red emocional, lo que le deja a merced de las estratagemas del otro, incapaces de dejar ir.

Decision to Leave es memorable por lo que cuenta, pero mucho más por la forma en que lo hace. En cuanto al hilo argumental, el estilo de Chan-wook se anticipa y retrotrae, juega con las líneas temporales y las perspectivas, haciendo que la imaginación y el deseo irrumpan en la acción presente, así como sucede en nuestras cabezas. Uno de los protagonistas imagina al otro haciendo cierta acción, lo que se ve en la pantalla, pero luego el film vuelve en el tiempo, mostrando cómo en verdad sucedió. Los saltos temporales abundan y el montaje hace y deshace nuestra percepción del tiempo, casi como un sueño lúcido, muy vívido y ciertamente hiperrealista, pero sueño, al fin y al cabo. Inventa nuevas formas de filmar y las usa para bien: mantiene la atención de la audiencia (casi a niveles hipnóticos) y refuerza la idea de perspectivas cruzadas del film.

Por supuesto, la apuesta narrativa de Chan-wook se encuentra en razonable sintonía con la principal temática del film: lo que le debemos a los otros, entendido desde nuestra aproximación a la realidad; historias y perspectivas que se entrecruzan, que hacen de un objeto dos sujetos distintos. El film constantemente debate sobre cómo debe contarse una historia. Qué incluir y qué no. Qué debe decirse y qué debe dejarse a la inferencia. El film juega con ciertos presupuestos de la narrativa. En muchos casos, nos anticipamos a los personajes: sabemos cosas que ellos no. O, en una vuelta de tuerca, resulta que ellos saben lo que nosotros no, y en el momento en que lo descubrimos no es el mismo (y puede ser el pasado). Ese tipo de juegos cronológicos ya son entretenidos por si mismos -desafiando astutamente la linealidad del policial- pero, más aun, parecen servir para un fin superior: una suerte de comentario sobre el valor de la creencia. Los personajes prefieren creer antes que razonar, actúan con base en su emoción y no su lógica. El film funciona así.

Claro que, sin pretensiones temáticas aparte, el estilo, por ser estilo propio, ya es suficiente para que la audiencia recuerde al film (y con cierta gratitud). Cada detalle alrededor de la composición tiene una razón de ser, un minucioso cálculo detrás: todo está vivo. Verla en el cine implica dejarte seducir por un creador con todos los recursos a su disposición, haciendo lo posible por desentrañar cada uno de sus trucos, solo para reconocer que hay muchos más que aún no podemos descifrar. Por supuesto, intentarlo bien que vale la pena. Los juegos de miradas, manipulaciones y demás trucos narrativos (dentro y fuera del film) recuerdan ineludiblemente al formato literario: el cine de Park Chan-wook funciona como la prosa de una gran novela. La sensación de la audiencia es casi la misma que la del lector: una expectativa permanente de giro y manipulación, a la par de una consciencia -activa en tiempo real- de las alteraciones -y jugarretas- del texto.

Los juegos estilísticos nos incentivan a ignorar que, a pesar de todo, Decision to Leave no cuenta nada nuevo. Es, desde su estructura, la misma historia que hemos visto en el realizador y otros afines (Bong Jon-hoo se nos viene a la cabeza). ¿Qué hace que el misterio policiaco sea tan exitoso en Corea del Sur? Quizás solo se trate de una suerte de efecto réplica y normalización del género, quizás se trate de la respuesta surcoreana al cine de género estadounidense: un cine de género más brutal, más alocado y más sexy. Quizás el policial, con su facilidad para la alegoría y las capas de misterio, sea el género perfecto para incluir, casi de refilón, algún tipo de crítica social o política en relación a la Corea de hoy. El film sugiere algo así, en su evidente enfrentamiento entre coreanos y migrantes, citadinos y rurales. Aun así, Decision to Leave prefiere una política más emotiva, un dilema sentimental por encima de una crítica al sistema, aún cuando, quizás sin quererlo, hace lo segundo.

Park Chan-wook abandona la sexualidad desmedida de La doncella (2016) en favor de una sensualidad aminorada, incluso reprimida, tanto por los propios personajes como por el peso de la historia. La sensualidad es apenas un suspiro, una mirada al vació o un delicado roce de piel, como si los personajes hicieran todo lo posible por evitar el deseo que comparten y que les motiva a hacer tantas cosas contra sus propios intereses. El deseo funciona porque los personajes nos importan. El silencio y misterio de Seo-Rae destaca por su evidente ambivalencia: ¿es una forma de manipulación o una genuina muestra de vulnerabilidad? Como es común en el noir, el detective es más transparente, en este caso porque está subsumido en el cansancio y la culpa, como si, en el fondo, necesitara inventarse misterios para seguir hallándole sentido a lo que le rodea. Y por eso Seo-Rae.

Por supuesto, Chan-wook parece mantener la misma aura de misterio inclusive en el clímax: lejos de regalarle a la audiencia el consuelo de un final feliz como La doncella (2016), el film parece incidir aún más en la llaga. Una vez más, lo que se dice no es lo que se quiere decir, o eso queda a merced de la audiencia. Seo-Rae confiesa que ha decidido arriesgarlo todo para proteger a Jang Hae-jun dada la declaración de amor que este le dio, guardado para siempre en un audio de celular. Por supuesto, aquí tanto la audiencia como Hae-jun sabemos que tal declaración no existe. Lo único que escucha el detective, mientras Seo-Rae se despide de él para siempre, es la promesa que él mismo le hizo de ocultar cualquier pieza incriminatoria contra ella. ¿Será esto lo que Seo-Rae entiende por “declaración de amor”? ¿Será que amar, según el diccionario de Park chan-wook significa el eterno sacrificio, la vulneración de los propios vínculos morales por los de otro, el reconocer que alguien más existe e importa cómo uno?

A esta interpretación ayudaría el otro mensaje que dejó Seo-Rae: él la dejó de amar cuando le dijo que le amaba, y justo cuando ella empezó a hacerlo. Quizás el amor de Hae-jun comenzó al conocer a Seo-Rae y se acabó cuando decidió sacrificarse por ella, lo que, a su vez, despertó el amor en ella. Por supuesto, el amor, si se entiende como sacrificio, parece solo ser consumado cuando uno deja de ser uno y se hace uno con el otro, si tal cosa es posible. Decision to Leave, por más melodrama que venda, parece no creerse ese cuento. Parece ser muy tarde para esta historia de amor.

El amor efímero, al parecer, desde el epíteto, es el que más impresiona.

Puntuación: 5 / Votos: 2

Acerca del autor

Anselmi

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