“Maicol Huaccapich” por Renato Mendoza

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maicol

Nacido en una condición muy humilde, en el pueblo de Chuncho, provincia de Staplesh, perteneciente al país Mema. Hijo de Sancho, un viejo veterano de la lucha libre; y de Flor de Cascabel, una empeñosa cogoteadora. Instruido bajo una serie de reglas muy estrictas en cuanto a responsabilidad y deseo de superación se refiere. Pronunció sus primeras palabras a los pocos años de haber nacido y, casi al mismo, tiempo empezó a escribir. Destacó en el colegio fiscal en casi todas las materias, menos Educación Física. Aunque a simple vista era un niño común y corriente, de tamaño y peso normal, y apariencia inocente, en las profundidades de su organismo, no lo era. Muy amigable con todos, compartía sus cosas y ayudaba a los demás en sus tareas. Pero en los recreos, se quedaba parado en el medio del patio con el tronco doblado en un ángulo de 35 grados apuntando al norte y ahí se quedaba los 20 minutos completos. El primer incauto que se acercaba recibía un descomunal golpe de puño que, dadas las condiciones anormales de la situación, y fusionadas con la sangre luchadora de su padre, era capaz de quebrar huesos. Esta situación preocupó terriblemente a los padres de todos los escolares y a los de Maicol. Se hizo una condorada y reunieron fondos suficientes para irse a la capital para un chequeo general. Viajaron más de 10 meses por camello en los que Maicol fue creciendo precozmente. Durante este lapso, la rara manía del muchacho permaneció ausente. 10 de marzo del 78998, Maicol mide 8 pies de altura. Se hospedaron en una casucha donde vivían malandrines. Maicol tenía 10 años, sin embargo parecía y actuaba como un hombre de 30. Tomaron la 45 para ir a la posta. Llegaron y solicitaron un chequeo general para el “niño”. Maicol fue revisado por especialistas de todas las áreas. Al recibir los padres los resultados de los análisis, se llevaron con la sorpresa de que su vástago sufría de una leve esquizofrenia y tenía una anomalía en la glándula pituitaria que era la causante de su anormal estatura y peso. El alcalde de la capital se enteró de este caso y se hizo cargo de los gastos que serían necesarios para la operación del muchacho. Maicol fue sometido a una intervención quirúrgica del lóbulo occipital del cerebro con lo que se eliminó cualquier posibilidad de aparición de su extraña manía. Al día siguiente lo operaron de la glándula pituitaria sin mucho éxito, ya que solo pudieron hacer que su crecimiento fuera más lento. A pesar de esto, todos estaban muy alegres por los resultados. Lamentablemente, la mamá de Maicol falleció esa misma noche cuando, pasada de copas, apretó el botón del ascensor en el piso 40, entró, pero no había el cubículo por lo que cayó profiriendo un largo grito que se oyó en todos los pisos. A Maicol no le quisieron decir esta desagradable noticia por lo que le informaron que se había fugado con el cura de una parroquia. Padre e hijo trabajaron duro de ayudantes de mecánica. Por lo que Maicol pudo ingresar a la secundaria a los 13 años. Desde esa época hasta que finalizó sus estudios no ocurrió nada fuera de lo normal. Maicol acabó entre los 10 primeros de la promoción. A la edad de 18 años estaba apto para ingresar a la universidad. Los fondos se le habían acabado, pero la universidad, por sus méritos académicos, le otorgó una beca integral para toda la carrera. Así, el muchacho estudiaría tranquilo sin pagar un solo centavo de mensualidad. Cabe agregar que a estas alturas Maicol medía ya 9 pies y medio y había destrozado el récord Guiness de Robert Pershing. El muchacho provinciano acabó bien el primer ciclo en donde quedó en segundo puesto. Por estas épocas su padre fue arrestado por comercializar canabis entre los estudiantes de tal universidad. Fue sentenciado a 20 años de prisión efectiva y recluido en el Penal de Alcatraz donde fue recibido con la “Ley del Burro”. Maicol se dedicó, a pesar de esto, fervientemente a su carrera de Psicología donde se quería especializar en anomalías del cerebro, como la esquizofrenia que tuvo. Tras 5 años de arduo estudio y de romper una infinidad de focos, Maicol recibió el grado de doctor en Psicología. Se retiró a un laboratorio secreto en las profundidades de las alcantarillas donde pasó 5 años recluido tratando de descubrir una cura contra la esquizofrenia. Hasta que al fin salió del anonimato y se presentó en una conferencia de grandes científicos mundiales. La presentación de su vacuna contra la esquizofrenia fue una de las más aclamadas de todas. Fue nominado también al premio Nobel de Medicina donde compitió con otros famosos doctores. El ganador fue el descubridor de la vacuna contra el Ebola, pero Maicol quedó en segundo lugar. Luego de este acontecimiento Maicol dejó de crecer, a la altura de unos 10 pies. Con millones en su cuenta bancaria, se dedico a apostar en los casinos donde fue la sensación, triplicando su fortuna. No conforme con esto, incursionó en la hípica donde quintuplicó su arca haciéndose el hombre más rico del mundo. A sus 50 años, recibió un parte de los médicos en el que decía que, debido a su estatura, su corazón había hecho mucho más desgaste de lo normal y solo le quedaba un mes de vida. Tras largos años de colaboración a la humanidad, falleció Maicol, solo y abandonado en una cantina de mala muerte donde se había cortado la yugular con un ventilador. Su velorio fue uno de los más importantes de la época. 30 hombres cargaban el féretro que pesaba alrededor de 300 kilos. Enterrado en su pueblo natal de Chuncho, yace ahora eternamente. “Siempre cree en lo que quieres” es el epitafio que permanece imborrable en su lápida. Sus 8 000 millones de dólares los dejó a la universidad donde se formó. En la actualidad, esta suma de dinero es disputada por una junta de abogados y un cardenal chiflado que aduce derechos morales sobre la totalidad del patrimonio.

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