“¿Era mi pequeña?” por Denisse Pilares

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niña

Ayer mi corazón se desgarró al verla bajar lentamente a aquel hoyo profundo. La última vez que vi su rostro estaba tan pálida, quieta, con las manos cruzadas, sus labios morados y rodeada de velas. Le hablaba cada rato a su oído, sin ninguna respuesta. Era tan triste la situación que rompí en llanto. No volvería a verla saltar y gritar por la casa, no la escucharía tocar el piano otra vez. Durante el resto que me queda de vida estaré condenada a llevarle flores y dejar que el viento lleve mis oraciones hacia ella.
MI pequeña estudiaba en el colegio “Santa Eusebia “, y como muchas niñas le costaba aprobar sus cursos; sin embargo, ella era muy alegre y se esforzaba mucho por aprobar. Estaba rodeada de amigos, nunca andaba sola. En cada reunión familiar hacia gala de sus dotes al tocar el piano y mientras tocaba rebozaba en ella una gran serenidad al punto que todos los que escuchábamos nos perdíamos en cada nota. Toda parecía andar bien, era una niña tan normal. Sin embargo, aquella mañana no me dio un beso de buenos días, como de costumbre. Subí a su cuarto, abrí la puerta y pronuncie: “Ya está el de…”; no terminé de hablar y lo único que hice fue quedarme paralizada ante tan trágica escena. Mi pequeña yacía en su ropero colgada. Lloré cuanto pude; sin embargo, el dolor no calmaba.
Hoy fui a buscar muchas respuestas. De la noche a la mañana mi pequeña ya no estaba. Y mientras caminaba al colegio recordé una pequeña anécdota. Cuando mi madre llegó a nuestra casa de repente, ella ya no comía y miraba de manera muy rara a su abuela, no le hablaba con cariño; por lo contrario, la llamaba “la vieja”. Pensé que seria algo normal y que pronto le tomaría cariño. Sin embargo, la misma mirada continúo hasta que se fue. Será que en verdad nunca fue mi pequeña Ese recuerdo lo dejé pasar y continué caminando.
En el colegio sus profesoras me decían lo mismo – “era una muy buena niña, un modelo a seguir y una niña ejemplar”- y yo me preguntaba en mi interior, entonces, por qué se suicidó, qué pasaba por la cabeza de mi hija. Salí sin respuestas del colegio de repente. Un grupo de niños me rodeo y me decían en conjunto “ya era hora de que muera”, “aquella maldita no merecía vivir” y
“maldita tu por engendrarla”. Me llené de espanto y me fui corriendo .Entonces seguían atormentándome esas preguntas -¿Conocía a mi hija?, ¿Era en verdad mi pequeña? Pero entonces quienes eran esos niños que tanto la odiaban. Nunca los conocí y siempre pensé que mi hija era amigable y buena con todos.
No pude más y ahora me encuentro en el parque al que tanto le gustaba ir a mi hija. Estoy pensando y meditando en lo que pudo haber pasado. Sin embargo, no encontré ninguna respuesta. Llegué a mi casa, subí a su cuarto y me puse a llorar echada en su cama. Mientras lloraba pude ver un pequeño libro oculto bajo su ropero, me aproximé hacia el y de inmediato lo abrí. Mire con espanto todos los dibujos hechos por mi hija. Cada dibujo era un collage del como ella imaginaba la muerte de todos los que la rodeaban. Tenia en ellos pensamientos suicidas y frases insultantes hacia cada uno.
Pude entender recién el odio de esos niños hacia mi hija. Pero ahora me siento culpable por no haberme dado cuenta de lo que sucedía. Mi pobre niña no entendía que era lo que pasaba por su mente y simplemente quiso dejar de pensar y se suicidó.

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