Por Salomón Lerner Febres
Desde hace unas semanas ha recrudecido en ciertos diarios de circulación nacional la campaña de descrédito contra todo lo que hizo y demostró la Comisión de la Verdad y Reconciliación. La noticia escandalosa y mañosamente tergiversada sobre la supuesta inclusión de un senderista como víctima de la violencia fue pronto desautorizada por fuentes del propio Estado. Eso no inclinó a los medios que incurrieron en el fiasco a rectificarse, mucho menos a disculparse. Por el contrario, solo los acicateó para fabricar más noticias presuntamente deslegitimadoras del trabajo de la Comisión. Lo hacen tergiversando declaraciones o reproduciendo afirmaciones fuera de todo contexto de comprensión, procedimientos reñidos con los principios básicos de la ética del oficio y métodos con los que difícilmente se hará del periodismo la “más noble de las profesiones”.