Por Antonio Zapata Velasco
La magnitud de los conflictos entre minería y otras actividades productivas lleva a pensar que la minería no es necesaria y que se puede vivir sin ella. Pero, no es verdad y constituye una utopía equivocada. Desde la izquierda, asociada desde siempre a la protesta de los de abajo, es imprescindible restablecer una postura equilibrada sobre el puesto de la minería en el desarrollo nacional.