Por Jorge Bruce
El ya célebre autorretrato de Fujimori ataviado a la usanza andina, en donde pide perdón de una manera elíptica, es útil para analizar el papel de los afectos en la política. Lo esencial es desmontar la falsificación de ese pedido, para luego subrayar el objetivo de la maniobra. El texto que acompaña a la pintura dice: “Pido perdón por lo que no hice y por lo que no pude evitar”. La ambigüedad de la frase permite variadas interpretaciones.