Por Carlos Reyna
A los comuneros de las alturas piuranas de Huancabamba y Ayabaca, a sus tierras, a sus aguas y bosques, se les quiere imponer la presencia ilegal de la minera Río Blanco, antes Majaz. El intento tiene varios años. El rechazo de los campesinos también.
Hay pronunciamientos de la Defensoría y de oficinas registrales señalando que la empresa no cumplió con el requisito de la licencia de las comunidades para sus operaciones. Las comunidades han bregado en todas las instancias legales posibles. Como son del pueblo, igual han apelado a las marchas. Y también han hecho consultas ciudadanas, para expresar con votos su negativa a la minera.