Por Carlos Urrutia
Álvaro Uribe y Hugo Chávez se han puesto a jugar a la guerra y se acusan unos a otros de violación de soberanía: Chávez alberga y da impunidad a las acciones de los terroristas de las FARC, Uribe ha convertido su país en un portaaviones de Estados Unidos al autorizarle siete bases militares al costado de Venezuela.
Tanto Uribe como Chávez han firmado cordialmente contratos con grandes inversiones colombo venezolanas, en obras públicas y en un dinámico intercambio comercial, ambos gozan de amplios respaldos electorales en sus países, que sobrepasan el 60 por ciento, y están modificando sus constituciones para legalizar proyectos reeleccionistas, que sustenten sus planes políticos y personales.