Por Guillermo Giacosa
Se llama Jeremy Morlock, tiene 23 años, es cabo del ejército de Estados Unidos y estaba asignado a Afganistán. Acaba de ser condenado a 24 años de prisión por liderar un pelotón de ejecución de soldados rasos que asesinaron a tres civiles al azar, sin motivo alguno. Un safari humano en tierras exóticas. Guardó memoria de su “hazaña” con una foto en la que aparecía sonriente y con una mano torcía la cara ensangrentada de su joven víctima hacia la cámara. Las fotos de este militar fueron publicadas por la revista alemana Der Spiegel y hasta el ejército de Estados Unidos las calificó de “repugnantes”. La condena no fue mayor porque aceptó declarar contra sus compañeros de cacería y puede salir en libertad bajo palabra en siete años.