Por Tejido de Comunicaciones ACIN*
14 de marzo, 2011.- Asumimos como necesario que todo se convierta en mercancía. La tierra, los recursos y hasta la vida tienen ahora un precio. Parece que nos acostumbramos al triste espectáculo del consumo y lo que es peor parece que nos acostumbramos a la muerte. Nuestros territorios, que antes gozaban de tranquilidad y de respeto por la vida, hoy están padeciendo el sinsentido del terror, del olvido y de la injusticia.