Por Enrique González C. (*)
Durante los periodos colonial y republicano llegan a nuestra sociedad andina los aportes culturales de los pueblos europeos y luego las influencias de África, China, Japón y muchos otros pueblos de diferentes regiones del mundo, que en mayor o menor medida, se integran con la herencia cultural de origen andino y prehispánico iniciándose un proceso de integración, de unidad y diversidad cultural que aún no ha concluido pero que va configurando los varios rostros de nuestra imagen cultural como país.
La diversidad cultural tiene además un antecedente prehispánico y originario ya que los pueblos y culturas que vivieron en las diversas regiones del antiguo Perú tuvieron diversas lenguas y tradiciones culturales; como también diversos estilos artísticos y múltiples maneras de conocer y aprovechar los recursos naturales que hasta hoy en muchos casos siguen existiendo y practicándose.
Así las expresiones culturales como creaciones son diversas en los diferentes pueblos del Perú en casi toda su historia y por ello nos consideramos pluriculturales y nos comunicamos mediante diferentes idiomas y también modalidades del mismo idioma y por ello nos reconocemos como multilingües.
En el tiempo, los antiguos pueblos andinos, los peruanos contemporáneos y las influencias extranjeras que se han incorporado a nuestra sociedad, han ido construyendo, integrando y diseñando socialmente una imagen cultural y una conducta social propia, que nos permite reconocernos y ser reconocidos como peruanos y que somos una sociedad y una nación diferente a la inglesa, argentina o cualquier otra y que somos identificables históricamente como una cultura singular.
Pero también hay problemas en nuestra vida cultural como cuando la creación de algunos pueblos es marginada y a otros no se les consulta cuando pueden ser alterados en su vida por acciones que destruyen su paisaje natural. La educación intercultural es una necesidad para conocernos mejor entre peruanos y el respeto a diversas formas de vida y comportamiento es un deber que debe ser garantizado.
La cultura no solo es la admiración por las bellas artes sino es la herencia creativa que recibe cada generación de peruanos de las anteriores. El conocimiento de esta herencia cultural se logra mediante la educación y su aprendizaje y práctica nos permite reproducirnos como nación y como país. La cultura peruana es propiedad de todos los peruanos y constituye su Patrimonio Cultural y por ello rechazamos a quienes sostienen que el pisco no es peruano y que no somos inventores de la papa o la quinua como expresiones culturales.
Hoy estamos ante una nueva posibilidad de defender, conservar, promover y difundir nuestro Patrimonio Cultural entendido como la herencia de todo lo creado por los peruanos en toda su historia. Es un deber contribuir desde la cultura al fortalecimiento de nuestra identidad como nación educando a nuestros pueblos para construir el futuro.
(*) Dirección de Actividades Culturales, PUCP.
Fuente: La República