Servindi, 21 de octubre, 2010.- Desde el lunes 18 de octubre el religioso José María Korta, defensor de los derechos indígenas, decidió iniciar una huelga de hambre a fin de presionar al gobierno venezolano para la dación de reformas legislativas a favor de los pueblos originarios.
Korta, a sus 80 años de edad, decidió apoyar asimismo la causa del cacique yukpa, Sabino Romero, quien lleva más de un año detenido por las leyes del estado, aun cuando la constitución, dice que deben ser juzgados por las leyes indígenas.
El misionero jesuita indicó que hacen falta políticas públicas indígenas “desde abajo”, desde el “soberano” como mecanismo de apropiación del derecho por parte del sujeto social. El derecho a la demarcación no es otra cosa que el derecho a la tierra y todavía no se ha podido concretar.
“Doy fe de la buena voluntad del Presidente (Chávez), pero al mismo tiempo señalo que durante estos once años de su gobierno revolucionario no se ha sabido o no se ha podido entender el buen manejo e implementación del Capítulo VIII de la Constitución Bolivariana” indicó en un comunicado el hermano Korta, más conocido como “La Garza”, en lengua makiritare.
El Capítulo Octavo de la Constitución expresa de una manera clara y contundente la consagración de los derechos de los pueblos originarios de Venezuela, sin embargo, su ejecución no ha podido garantizar la consulta previa en mega proyectos mineros y de hacendados.
“Ésta mi decisión indeclinable a una huelga indefinida de hambre, es para expresar que necesitamos darle un vuelco total a la implementación de la Constitución Bolivariana partiendo desde el “Soberano Indígena” indicó el hermano Korta.
José María Korta, Ajishama es un luchador social que ha permanecido por 40 años en el camino de las comunidades indígenas de la Amazonía venezolana.
Entre las décadas de los años 80s y 90s, el religioso Korta permaneció en el Alto Ventuari, acompañando los primeros proyectos de autonomía y autogestión económica anti-desarrollistas para los indígenas, con la creación de la Unión Makiritare del Alto Ventuari (UMAV) para el desarrollo de la cría de ganado y búfalos.
Korta no es considerado “un cura común”, sino una persona que practica la frontalidad siempre, aceptando el conflicto, que “no tiene pelos en la lengua para decirle a nadie sus verdades”.
Lo fundamental para él es que la identidad de cada pueblo se construya desde la propia fe. Un misionero –dice- jamás debe aplastar la idiosincrasia del pueblo indígena, expresó.
Fuente: Servindi