Mundo: Comparten testimonios y estrategias para enfrentar la violencia contra la mujer indígena

Servindi, 20 de mayo, 2013.- La organización MADRE organizó el lunes 20 de mayo un evento dedicado al tema de la violencia contra las mujeres indígenas. Además de conocerse crudos testimonios sobre esta inhumana e injusta situación también se compartieron estrategias para enfrentarla.

El evento se realizó como evento paralelo en el marco de la Duodécima sesión del Foro Permanente sobre las Cuestiones Indígenas que se celebra en la sede de las Naciones Unidas en New York.

El evento contó con el auspicio de la Fundación Rosa Luxemburgo, cuya representante de la sede en New York afirmó que su institución apoya a las mujeres en pos de sus derechos y participa del esfuerzo de contribuir a compartir historias trágicas que deben ser contadas.

La representante de MADRE en su intervención inicial destacó el esfuerzo de las mujeres guatemaltecas por llevar a la justicia al dictador Efraín Ríos Montt, responsable de genocidio en Guatemala.

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La lideresa indígena Otilia Lux de Cotí, en representación del Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), expuso el esfuerzo en el que están comprometidas por crear un observatorio sobre la violencia de las mujeres indígenas y forjar una plataforma para darle visibilidad nacional e internacional.

En la intención de compartir buenas prácticas para erradicar la violencia contra la mujer Otilia informó que el FIMI ha publicado cinco diagnósticos como es el caso de Mairin Bila Baikra.

Dicha publicación contiene un diagnóstico participativo sobre la violencia contra las mujeres indígenas en centroamérica, y donde -destacó- aprendieron a elaborar conceptos desde sus propias miradas.

Anunció que están por publicar un manual de herramientas que será de una gran ayuda para las mujeres indígenas de todo el mundo que enfrentan la violencia.

La ocasión fue propia para compartir ejemplares de la publicación Mairin Iwanka Raya, un informe complementario al estudio sobre violencia del Secretario General de las Naciones Unidas publicado el 2006. Ambas publicaciones fueron editadas por el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI).

Testimonios de violencia

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La narración de los testimonios de violencia la inició Jennes Lekimain, mujer del pueblo Nasai, de Kenia, África, quién describió cómo las mujeres carecen de voz y de poder y son víctimas de una discriminación agobiante y frustrante que las acompaña desde el nacimiento.

Los niños tienen prioridad para ir a la escuela y las niñas deben quedarse a cuidar la chacra o las vacas, lo que deriva en altísimas tasas de analfabetismo. Desde niñas son mutiladas genitalmente y entregadas en matrimonio forzado.

Una vez casadas deben padecer la poligamia de los esposos que pueden llegar al extremo de tener hasta diez esposas.

La situación de la mujer se agrava cuando las mujeres también son discriminadas economicamente, carecen de la propiedad de la tierra y dependen del varón que abandona o sustituye en sus preferencias a una mujer por otra.

Cuando eventos naturales como las sequías agravan las condiciones para la producción y se producen hambrunas, las mujeres son impactadas de una manera muy fuerte y especial.

Todo esta situación se produce y reproduce en el contexto de una cultura conservadora y conformista, donde a la discriminación de género en educación y salud se agrega como algo natural el abuso sexual.

Represión a defensoras comunitarias en México

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Silvia Pérez Yescas, indígena zapoteca de Oaxaca, México, narró el contexto de agresión, persecución, amenaza y muerte que persigue a las defensoras indígenas por cumplir su labor de defensa comunitaria en las bases.

Ellas son víctimas de tales agresiones y registran los más altos índices de violencia a nivel de México por denunciar el despojo de sus terrritorios, lagunas y otros recursos naturales por proyectos de parques eólicos, plantaciones de monocultivos entre otras iniciativas que se imponen sin consulta sobre sus territorios.

Indicó que las amenazas no son casos aislados sino que responden a una violencia sistemática. Ella misma fue amenazada de muerte y se salvó de una agresión en ciernes que iba a afectar su integridad.

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Rose Cunningham de Nicaragua denunció el tráfico y venta de niñas indigenas entre Nicaragua y Honduras. Asimismo, las graves consecuencias del racismo, la discriminación estructural, la violencia psicológica, física, económica y la ecológica, que es una de los golpes más fuertes que vienen recibiendo.

Todo ello genera frustración e impotencia, traumas y enfermedades de transmisión sexual en las mujeres. Las mujeres aceptan la violencia porque sienten que no tienen el control sobre sus vidas y se subordinan al varón.

“Nuestros pueblos, nuestros cuerpos ya no aguantan” fue el nombre de los talleres de diagnóstico que se realizaron en 73 de 115 comunidades del pueblo Miskito, en el que las mujeres narraron el sufrimiento que las embarga.

“Callo por que me da pena y si cuento mi historia es para que a otras mujeres no les pase lo mismo” expresaron mujeres que participaron del diagnóstico.

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María Everarda Tista de León, indígena de Guatemala, denunció que la violencia que sufren las mujeres es una violencia estructural y que en Guatemala persiste y se profundiza.

Los genocidas utilizaron el plan militar contra los pueblos y las mujeres. Y el actual juicio histórico abre esperanzas de abrir una brecha de justicia y equidad, expresó.

Tambien el presidente actual tiene la misma historia y ha participado en varias masacres, dijo Everarda.

Los pueblos seguimos sufriendo la persecución, la tortura, las amenazas de muerte por defender los derechos humanos individuales y colectivos.

Denunció el reciente asesinato de un defensor de derechos humanos. Es el caso del hermano de la dirigente Rosalina Tuyú, que fue secuestrado, torturado y asesinado. Los paramilitares quedan en la impunidad y las autoridades dejan a las familias desprotegidas.

Hay testimonios de mujeres violados por más de 20 s0ldades y mujeres embarazadas a las que les extrajeron los fetos de los bebés que esperaban. “La violencia sexual y sicológica es una forma de exterminio de la vida de los pueblos” dijo compungida, casi hasta el llanto, Everarda.

La líder guatemalteca finalizó su intervención expresando su solidaridad con las mujeres de Colombia, que también viven situaciones extremas de violencia. Llamó a la unidad de las mujeres de latinoamérica para luchar juntas y hacerse respetar.

Datos

¿Qué es MADRE?

Es una asociación que impulsa los derechos humanos para promover la justicia social. Se asocia con mujeres de comunidades alrededor del mundo para conocer las necesidades locales más urgentes y crear soluciones a largo plazo para los problemas que estas mujeres enfrentan.

Las áreas de sus programas son:  Construyendo la Paz, Salud de las Mujeres y Lucha contra la Violencia contra las Mujeres y Justicia Económica y Ambiental

 

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Fuente: Servindi

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