Perú: Pedro Huilca: veinte años

Por Rocío Silva Santisteban

Conocí a Pedro Huilca una mañana de verano del año 1990 en el local de Construcción Civil de Cangallo. Era una entrevista sui generis que me habían pedido de la revista feminista La Tortuga. Un obrero de construcción civil, comunista, cusqueño, convertido ahora en dirigente nacional, era el candidato perfecto al macho peruano que, seguramente, la directora de la revista quería ampayar. Pero no fue como pensábamos ni ella ni yo, porque Huilca era si, muy cortés y parsimonioso como buen cusqueño tradicional, pero felizmente había podido escapar del estereotipo del macho clásico y aunque reconocía la poca participación de las mujeres en los sindicatos como dirigentes, en la medida que desde siempre estuvieron en las luchas sindicales, se atrevió a mencionarnos algunos nombres de pioneras de la lucha sindical y no pocas del SUTEP de la época.

Huilca era un líder bastante reconocido por sus dotes como orador y porque era exigente. No es fácil dirigir a un gremio que se ha caracterizado por múltiples dificultades como el trabajo parcial siempre dependiendo de los tiempos de las obras y las dificultades de reconocimiento. Con Huilca como Secretario General de Construcción Civil se pudo conseguir varios derechos de los trabajadores y ampliar el local de Cangallo. El mantuvo un liderazgo firme en horas muy difíciles para los sindicalistas que luchaban tanto contra el oprobio de la dictadura recién instaurada como contra Sendero Luminoso.

Pedro Huilca Tecse fue asesinado el 18 de diciembre de 1992 en las primeras horas de la mañana en su domicilio de Los Olivos en frente de su familia. Ese mismo año, en julio, Huilca había liderado una manifestación en contra de la flexibilización de las leyes laborales que permitían la implementación de los famosos “services”. En el CADE de ese año Huilca exhortó a los empresarios a respetar los derechos ganados durante años de lucha, Fujimori en el mismo foro dijo a los empresarios: “este ya no es el país donde manda Sendero Luminoso o la CGTP”. El mismo día del asesinato, a las pocas horas, Fujimori le echó la culpa a Sendero Luminoso.

Según una investigación de la Corte Interamericana de DH la responsabilidad sería del Grupo Colina y en una de sus recomendaciones se le pide a la ciudad de Lima erigirle un monumento. Eso es lo que ha hecho Susana Villarán cumpliendo con la sentencia que hoy mismo se concretará en la Plaza 28 de julio, contra la cual se ha levantado Jorge del Castillo para señalar que este homenaje sería incompatible con el monumento a Haya de la Torre. Las hermanas Huilca, Flor e Indira, han tenido que salir en un video reivindicando esta recomendación de la CIDH y recordando que tanto Haya como Huilca lucharon por los derechos de los trabajadores. Ellas han estado esperando veinte años para este homenaje y siguen en lo que llaman “una justa lucha por encontrar a los asesinos de Pedro Huilca”. Hoy es momento de recordar la frase más famosa de este sindicalista asesinado: “luchamos por una causa superior a nuestras vidas”.

Fuente: La República

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