Por José Mashingash Putsun*
La segunda concentración se realizó entre el 20 al 31 de octubre. Contando los días de viaje de llegada y retorno, calculamos una pérdida de 9 días hábiles.
Según reporte de los participantes, nos informan que en noviembre la concentración será del 22 al 25, contando los días de viaje calculamos una pérdida de 7 días hábiles. En resumen, entre septiembre y noviembre se habrán perdido 28 días hábiles de clase. Sumando los días perdidos en el marco de la huelga magisterial no se sabe cuántos días hábiles se han perdido. Entonces la pregunta es: ¿recuperaran los días perdidos los docentes que participan en este curso?, ¿la UGEL-Loreto Nauta tendrá en cuenta esta situación?
El cuestionamiento de la ausencia de los docentes por participar en este programa, no es porque no se quiere que se preparen. Entendemos que los docentes deberían actualizarse para mejorar sus prácticas pedagógicas y logros de aprendizaje de los niños y niñas, así como para sobrevivir en este mundo competitivo.
El meollo del asunto es que la instancia que desarrolla este programa no se ajusta al contexto donde los docentes trabajan. Los docentes participantes arriesgando su situación laboral y tal vez sin querer abandonar sus escuelas, caen en ese error. Tenemos información que en el caso de la cuenca del rio Corrientes, en la primera jornada asistieron 22 docentes. De esta cantidad, disminuyó a 11 y finalmente están asistiendo 7. La deserción es debido a que no tienen movilidad seguro para su retorno y viendo que pierden muchos días de clase, la mayoría tuvo que abandonar el curso antes que las autoridades comunales les informaran.
Además de la situación tratada, quiero presentar dos casos que suscitan en la cuenca del rio Corrientes.
1. Un caso particular es de los docentes nombrados y contratados que se resisten a planificar sus trabajos. En las acciones de monitoreo desarrollado en el marco del proyecto “El petróleo en la Selva” que ejecuta el FORMABIAP en coordinación con UGEL-Loreto Nauta y la FECONACO, se ha constatado que existe un grupo de docentes entre nombrados y contratados que no planifican sus trabajos y en efecto desarrollan sus clases de manera improvisada.
Estos, argumentan ser licenciados en educación o en todo caso ser nombrados, que ellos no necesitan planificar porque se valen del tiempo de servicio y experiencia acumulada. Estos mismos datos se evidencian en los diagnósticos sociolingüísticos y educativos realizados en la comunidad de Santa Isabel y en las comunidades Urarina.
En opinión personal, estos docentes no deberían ser contratados porque desprestigian el magisterio y en el peor de los casos son profesionales que no merecen ser educadores.
Fuente: Servindi