Por Fabiola Ortiz
Entrevista a la directora de ONU Mujeres para Brasil y el Cono Sur, Rebecca Tavares
El factor femenino es esencial en la gestión ambiental, en la producción de alimentos y en la reproducción social, al tiempo que contribuye a la transición hacia una economía verde, señaló a IPS la directora regional de ONU Mujeres para Brasil y el Cono Sur, Rebecca Tavares.
Esto se aprecia especialmente en el campo, donde son protagonistas en el proceso de adaptación y mitigación de la actividad agropecuaria al cambio climático. No obstante, siguen negándose sus derechos y su contribución al desarrollo, apuntó.
IPS: ¿En qué consistirá el Foro de Mujeres Líderes a llevarse a cabo en Río+20?
Rebecca Tavares: El Foro reunirá a mujeres, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, intelectuales y empresarios y empresarias para discutir y reafirmar la centralidad del tema de la igualdad de género, el empoderamiento femenino y sus interacciones con las tres dimensiones del desarrollo sostenible.
Habrá un llamado para la acción apoyado por ONU Mujeres y las jefas de Estado para incorporar nuevas ideas, buenas prácticas, propuestas innovadoras y visiones para el futuro.
IPS: ¿Cómo pueden las mujeres hacer la diferencia en la conferencia de Brasil?
RT: El desarrollo sostenible implica una composición global de normas, políticas y patrones de equidad de género, al tiempo de que se responde a nuevos problemas, desafíos y oportunidades.
Hay que incluir en los planes de acción mecanismos de implementación para una economía verde y reconocer el rol de liderazgo de las mujeres, su voz y representación como un factor clave para asegurar un desarrollo sostenible.
IPS: ¿Cómo evalúa el papel de las mujeres respecto del cambio climático?
RT: Un cuarto de la población femenina mundial vive en el campo. Son líderes, tomadoras de decisiones, trabajadoras, empresarias y proveedoras de servicios. Por eso su contribución es vital para el bienestar de las familias y las comunidades, así como para la economía local y la de los países.
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son cruciales para alcanzar los tres pilares del desarrollo sostenible, que son el económico, el social y la protección ambiental. Cuando tienen sus derechos asegurados así como el acceso a recursos, son poderosas agentes para avanzar en ese rumbo.
Las mujeres tienen un rol prioritario en la gestión ambiental, en la producción de alimentos y en la reproducción social.
Muchas, además, detentan un conocimiento tradicional que contribuye al uso consciente de los recursos humanos, tales como el suelo, el agua y la energía. Por tanto es vital desarrollar programas para capacitarlas en técnicas de desarrollo sostenible que perfeccionen ese saber.
IPS: ¿Cómo las mujeres pueden contribuir a erradicar la pobreza y el hambre?
RT: El liderazgo de las mujeres debe ayudar a la transición hacia el crecimiento en una economía verde. Pero, por ejemplo, los derechos de las campesinas, sus contribuciones y sus prioridades todavía son ninguneados.
Pueden ser agentes de cambio a través del acceso al mercado de trabajo y ofreciéndoles oportunidades educativas.
IPS: ¿Qué acciones lleva adelante en Brasil esta agencia especializada de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)?
RT: Tenemos programas de auxilio y empoderamiento de indígenas, “quilombolas” (habitantes de los antiguos quilombos o refugios de esclavos negros) y de las trabajadoras del sector extractivo.
Hay un programa desarrollado por el gobierno brasileño en sociedad con ONU Mujeres para promover la cooperación técnica Sur-Sur con países de África y de América Latina y el Caribe, con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Ese plan tiene como objetivo consolidar buenas prácticas y experiencia en Brasil para promover la igualdad de género y difundir estas acciones en el plano social y económico.
IPS: ¿Qué tipo de iniciativas llevan adelante para lograr el empoderamiento de las brasileñas?
RT: ONU Mujeres apoya desde 2008 la implementación de acciones destinadas a campesinas.
Una de ellas es el Programa ‘Chapéu de Palha’ (Sombrero de Paja), desarrollado en el interior del nororiental estado de Pernambuco en conjunto con la Secretaría de Políticas para las Mujeres de ese distrito, cuyo objetivo es mejorar la nutrición y, en general, la calidad de vida de las comunidades, además de actividades educativas y de reforestación.
Más de 38.000 pernambucanas fueron beneficiadas desde la implementación de este plan hace casi cuatro años, para el que ONU Mujeres destinó 50.000 dólares entre 2011 y 2012.
Por otra parte, en 2010 se creó el primer Plan Brasileño de Políticas Públicas para las Mujeres Rurales.(FIN/2012)
Fuente: Servindi