Cifras como para preocuparnos: para producir un kilo de carne vacuna se emplean 15.000 litros de agua y en un kilo de trigo se pierden 1.500
Datos de los organismos interdisciplinarios de la ONU han establecido, como dramáticos ejemplos, que para producir 1 kilo de carne de vacuno se emplean 15.000 litros de agua y que en 1 kilo de trigo se van 1.500.
Esos cálculos contabilizan todo el proceso que se emplea en el proceso de alimentación de animales de sacrificio, su mantenimiento la producción de su propia alimentación, el transporte de su carne y su procesamiento hasta que llega a la mesa, un largo camino que se repite con las especies vegetales domésticas y no debe despreciarse.
DESPERDICIO DE ALIMENTOS
En un día como este, la campaña de ONU-AGUA está encaminada a favorecer el consumo de productos que requieran “un uso menos intensivo de agua” y “reducir el escandaloso desperdicio de alimentos”
Según la agencia, “el 30 % de los alimentos producidos en todo el mundo no se consumen nunca” el agua utilizada para producirlos se pierde definitivamente. Recuerdan además que el ciclo del agua es cerrado y que no hay mas fuentes que las que pasan por la evaporación, condensación y precipitación y aunque el 72 % de la superficie terrestre esté cubierta por agua, el 97 % es salada.
CONTAMINACIÓN
Hay que contar, además, con la contaminación irreversible por químicos, fertilizantes y pesticidas, que apartan recursos del circuito de agua potable.
Elaborar mejores alimentos con menos agua es parte de la estrategia propuesta por ONU-AGUA para garantizar comida para todos. Las campañas del agua de la ONU se han dedicado en otros años, desde 1994, a su protección como un recurso de derecho universal.
Este mes, el VI Foro Mundial del Agua se reunió en Marsella (Francia) con la representación de gobiernos, agencias humanitarias y expertos internacionales para abordar la importancia del agua para garantizar la seguridad alimentaria
Con las críticas de algunas ONG la expresa desaprobación del gobierno de Bolivia, los ministros de 129 países se declararon a favor de fomentar “una planificación financiera estratégica y sostenible” del agua.
En su declaración, que expresa la voluntad de acelerar el acceso al agua potable y al saneamiento de toda la población, se contempla una gestión “fundada en una combinación adecuada de contribuciones de los usuarios, presupuestos públicos, financiaciones privadas y canales bilaterales y multilaterales”, que algunos identifican con el interés de privatizar el recurso.