Demandan plan de exhumaciones para los desaparecidos y abrir los archivos militares con el fin de identificar a los responsables.
Por María Elena Castillo.
Anunció que en los próximos días le enviarán una carta al jefe del Estado pidiendo una reunión con él y recordándole los temas pendientes, desde el derecho a una pronta justicia, a la lucha contra la impunidad y a las reparaciones de las víctimas.
Recordó que la mayoría de familiares de las víctimas son personas muy ancianas que perdieron a sus hijos, a sus esposos, y advirtió que varios de los familiares han muerto sin saber lo que pasó con ellos y sin alcanzar justicia.
Años de búsqueda
Precisamente ayer, familiares de los desaparecidos y asesinados durante el conflicto armado interno se congregaron alrededor del Monumento El Ojo que Llora, del Campo de Marte, del distrito limeño de Jesús María, para recordar a sus seres queridos.
Entre ellos estaba Rosa Pallqui, esposa del corresponsal de La República en Huanta Jaime Ayala, detenido por un contingente de la Marina en 1984 y cuyo cuerpo hasta ahora no ha sido hallado.
“Hace dos años se exhumó 39 de los 50 cadáveres de Pucayacu enterrados en el cementerio, y pese a nuestros pedidos se dilata la nueva exhumación. Además, el caso ha venido hasta tres veces a la Sala Penal y ha sido devuelto a la Fiscalía por cuestiones de forma. Desde hace un mes está nuevamente aquí. ¿Cuánto más debemos esperar?”, inquirió.
La misma pregunta se hace Javier Roca, padre de Martín, el estudiante de la Universidad Nacional del Callao, desaparecido desde agosto de 1993; similar inquietud tiene Dionisio Arguedas Vivanco, del distrito ayacuchano de Humanquiquia, cuyos tíos fueron asesinados por terroristas a principios de los años 80. Todo lo que piden es justicia y no impunidad.
Precisión
Indulto a fujimori. Carmen Amaro Cóndor, hermana de uno de los estudiantes secuestrados de La Cantuta, sostuvo que se debe tener mucho cuidado con el posible indulto al ex presidente Alberto Fujimori, pues una cosa es el indulto humanitario, que le permita morir al lado de sus familiares, y otra es que engañe al sistema y se burle de la justicia y que se le otorgue un beneficio para que pase meses o años en su casa haciendo vida política.
Fuente: La República