Perú: Telmo Hurtado: 26 años después

Por Carlos Rivera

Los pobladores de Accomarca jamás imaginaron que la mañana del 14 de agosto de 1985 vivirían uno de los capítulos más horrendos de la guerra interna que el Perú atravesaba en aquellos años. Pero a la vez, el Teniente EP Telmo Hurtado, seguramente tampoco imaginó que a sus 23 años se convertiría en uno de los personajes más emblemáticos de las graves violaciones a los derechos humanos en el Perú. Aquella mañana el teniente y su patrulla, con la activa colaboración de los elementos militares de la 2ª División de Infantería del Ejército (Ayacucho), se encargó de eliminar a cerca de 69 personas que la Inteligencia militar había identificado como Delincuentes Terroristas. Hurtado recibió una orden y la cumplió.

El crimen solo se pudo conocer casi un mes después de perpetrarse, pero cuando se conoció -por la acción valiente de los sobrevivientes- los que dieron la orden comenzaron a decir que Hurtado seguramente estaba loco. En realidad Hurtado estaba tan cuerdo como los que lo enviaron a Accomarca a destruir la subversión. Por ello, cuando en setiembre de 1985 una Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados lo interrogó sobre las razones que tuvo para asesinar a mujeres, niños y ancianos, él solo respondió que lo hacía en defensa de la democracia y para que los que interrogaban estén sentados discutiendo en el Parlamento.

La “pantalla” de la justicia militar

La presión de algunos medios de comunicación logró que la justicia intervenga, pero el caso se quedó en la justicia militar, la cual lo acusó de haber cometido el delito de homicidio y negligencia por el hecho de no haber informado a su superior que había matado a 69 personas. El proceso penal militar duró muchos años y recién en febrero de 1992 el Consejo Supremo de Justicia Militar finalmente lo condenó a 6 años de prisión por la comisión del delito de negligencia pero lo increíblemente lo absolvió del delito de homicidio. En cualquier caso una condena significaría el fin de la carrera militar de cualquier elemento del Ejército. ¿Sucedió eso con el Teniente Telmo Hurtado? Nunca jamás.

El hecho concreto es que desde el momento mismo que el caso fue denunciado a la opinión pública peruana el Ejército y el Estado peruano desplegaron un esfuerzo conjunto para ocultar el crimen y los perpetradores. Ni se diga de aquellos oficiales de la 2ª División de Infantería del Ejército (Comando Político Militar de Huamanga) que emitieron la orden militar de eliminar a todos los sospechosos. Ellos siempre sostuvieron que Hurtado estaba loco. Mientras tanto aquel Teniente -principal partícipe de la masacre- seguía ascendiendo como si nada hubiera ocurrido.

Hurtado al descubierto

Años después -más precisamente en 1999- el IDL recibió consistente información que daba cuenta de la existencia de un oficial del Ejército en el Cuartel “El Milagro” de Bagua con las características físicas del entonces Teniente y que, además, tenía los mismos apellidos. Las investigaciones dieron cuenta que efectivamente se trataba del aquel oficial que hacía 14 años había perpetrado unos de los crímenes más insanos de una historia llena de crímenes insanos: era Telmo Ricardo Hurtado Hurtado.

¿Este hecho qué ponía en evidencia? Que la sentencia condenatoria de la justicia militar solo había sido una pantalla que jamás se había cumplido. Porque, además, Hurtado no solo seguía ostentando la condición de militar en actividad sino que, además, había ascendido de grado militar. Ahora era el Comandante EP Telmo Hurtado Hurtado.

¿Cómo lo hizo? Muy simple. El Ejército y los que le dieron la orden en agosto de 1985 le garantizaron que si todo quedaba en el olvido no le pasaría nada de nada. En realidad lo estaban cumpliendo, hasta la denuncia periodística de 1999. La denuncia fue realmente contundente que hasta el propio Fujimori se vio obligado a decir que no era posible que Hurtado se haya burlado del Ejército. A partir de ese momento Hurtado literalmente desapareció y solo recién el año 2007 se supo de él cuando la Oficina de Migraciones de los Estados Unidos de Norteamérica verificó que para ingresar a ese país Hurtado había mentido sobre sus antecedentes judiciales en Perú.

Como consecuencia del trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación el año 2005 se abrió un proceso penal contra 28 elementos militares, entre oficiales y subalternos, por la matanza de Accomarca. Hurtado fue comprendido en el proceso pero en ese momento tenía la condición de prófugo. Sería recién hacia el año 2007 que fue ubicado en los Estados de Unidos de Norteamérica y a partir de ese momento los familiares de las víctimas impulsaron ante la justicia peruana y americana dieron inicio a un intenso y extenso proceso de extradición para que sea la justicia del Perú la que lo juzgue y sancione. Las maniobras dilatorias de la defensa de Hurtado obligaron a que el 28 de mayo de 2011 la propia Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos ratifique el pronunciamiento de instancias judiciales inferiores que dispusieron que Hurtado sea extraditado al Perú.

Es un hecho que esta semana Telmo Hurtado estará finalmente frente a un tribunal peruano, la Sala Penal Nacional, para rendir las cuentas que tiene pendiente ante la justicia. Ahora, la interrogante más importante para el caso que habrá que verificar en el juicio oral es: ¿Hurtado está dispuesto a comerse solito toda la responsabilidad penal del crimen de 69 personas? O señalará que él crimen se ejecutó en el desarrollo de una Operación militar ordenada por sus superiores a quienes tendrá presentes en el juicio? Muy pronto lo veremos.

Fuente: La Mula.pe

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Comentarios

  1. JOSE ANAMPA BARRAZA escribió:

    COMO AYACUCHANO LEO CON ESTUPOR LOS CRIMENES COMETIDOS POR UN OFICIAL DEL EP. QUE FUE PROTEGIDO POR SUS SUPERIORES, EPERAMOS QUE LA JUSTICIA PERUANA LO APLIQUE UNA PENA MAS SEVERA PARA QUE EN EL FUTURO NO SE COMETA ESTE TIPO DE VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS, MAS A LOS POBRE E INDEFENSOS; COMO MIEMBRO PNP. QUE ESTUVE EN ZONA DE EMERGENCIA AYACUCHO PERO NUNCA COMETI ESTOS ACTOS VERGONZOZOS, MAS POR EL CONTRARIO LOS APOYE A LOS QUE MAS LO NECESITABAN

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