Por Guillermo Giacosa
Más allá de las hipocresías sobre el pesar que les causa haber asesinado nueve niños más, hay un elemento sobre el que hemos escrito repetidamente: los gringos se especializan en despertar cada vez más odio y ese odio transforma a pacíficos ciudadanos en vengativos terroristas. Lean, si no, la declaración de Mohammed Bismel, hermano de dos de los niños asesinados además de tres primos, dijo que pensaba que el Presidente afgano Hamid Karzai iba a renunciar y a declarar una “guerra santa contra las fuerzas extranjeras” y agregó: “Me sentiré muy feliz de incorporarme a ella”. Y recordó que durante la invasión soviética no había pasado nada parecido y que en la región ya habían muerto 200 civiles de ese modo. No hace falta ser musulmán, cualquier persona cuya familia es víctima de tamaño crimen, reaccionaría como el dolido Mohammed.
Seguramente Obama y Michelle, de puro democráticos, incorporarán a esos niños en sus plegarias. Me queda una duda: ¿Cómo vivirán los asesinos directos el peso de un crimen como el descrito?
Fuente: Perú 21