RECONOCIMIENTO A LA LIBERTAD
Una coincidencia que, según Vargas Llosa, multiplica la “gran significación” del este premio, con el que se lleva, según comentó, el “tremendo mandato” de continuar con la lucha por la libertad de expresión, una lucha en la que “sólo se pueden ganar batallas, no la guerra”.
El escritor recordó que el mundo ha vivido en los últimos años “indudables progresos” en el respeto a la libertad de expresión, pero insistió en su preocupación por los “retrocesos” que se experimentan en este terreno en algunos países latinoamericanos.
LOS CASOS LATINOAMERICANOS
“Es fundamental que denunciemos los atropellos a los periodistas venezolanos independientes”, subrayó el escritor, que continuó alertando de que en otros países hispanos con gobiernos “nacidos de elecciones legítimas” también la libertad de expresión está sufriendo retrocesos.
Bolivia, Ecuador, Argentina, y “más recientemente” Brasil, son los países que citó, junto a Colombia y México, donde “la industria criminal del narcotráfico” ha atentado contra periodistas que han ejercido su libertad de expresión, un principio “básico” sin el que no puede existir la Democracia.
PODER Y LIBERTAD
“No debemos ser tolerantes ni complacientes”, subrayó, para destacar que los escritores “estamos obligados a situarnos a la vanguardia de la defensa de la libertad de expresión” y, en este sentido, se comprometió a hacer “todo cuanto esté” a su “alcance” para no defraudar en esta tarea.
El vicepresidente del Gobierno español definió a Vargas Llosa como “el escritor de la libertad” y apuntó que al escribir “hace nuestro mundo más habitable, más humano y mucho más libre”, mientras que el presidente de la Asociación Internacional de Radiodifusión, Luis Pardo Saenz, destacó que este premio reconoce la “coherencia y valentía” que ha caracterizado su trayectoria.
Esta es la tercera vez que esta entidad que agrupa a más de 17.000 emisoras de radio y televisión de Europa y América entrega este premio, que en su primera edición recogió el Rey Juan Carlos I y en la segunda el Papa Juan Pablo II.
Fuente: El Comercio