Por María Sol Wasylyk Fedyzak*
Los visitantes comenzaron a organizarse en 17 mesas de trabajo que aportarán las conclusiones que serán llevadas a México para la Conferencia de las Partes (COP 16) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC).
Un logro ya que “la lucha de muchos países afectados, entre ellos Bolivia, logró impedir que los países ricos impongan un acuerdo preparado a espaldas del mundo para liberarse de su responsabilidad como principales causantes del cambo climático.
Por otro lado fracasó la oportunidad de lograr un acuerdo para salvar al planeta mostrando la enorme irresponsabilidad de las naciones mal llamadas ´desarrolladas´ y su falta de compromiso real para enfrentar el problema”. Es a partir de ahí que el presidente Evo Morales Ayma convoca a esta conferencia.
Las organizaciones sociales de Bolivia plantearán que la crisis climática sea pagada por los capitalistas, que se transfiera gratuitamente tecnología a los países afectados, la aprobación de los Derechos de la Madre Tierra y la creación de un tribunal internacional climático que juzgue a estados y empresas responsables del calentamiento global entre otras cuestiones.
En ese contexto, ayer comenzó el trabajo en grupos.“Para nosotros todo tiene vida. Todo ser tiene vida y sentimientos. Los recursos naturales son fuente de vida. Nuestros abuelos defendieron eso. Siempre hay que pedir permiso. A veces explotamos pero no damos nada a cambio, por eso no hay armonía y pasa los que pasa. Por eso pedimos permiso para hacer nuestro trabajo”.
La jornada comenzó con una ceremonia de un hermano indígena aymara del occidente de Bolivia para dar comienzo a una de los 17 grupos de trabajo denominado Pueblos Indígenas, mientras preparaba hojas de coca para que circularan entre los cientos de asistentes.
Se esperaba que la jornada diera comienzo a las 8 y media de la mañana pero como era el primer día, el retraso fue natural ante la llegada de miles de visitantes que se acomodaban a la ciudad. Desde temprano se notaba el movimiento de una multitud.
El área de acreditación el lunes por la mañana se encontraba ampliamente rebasada, con más de 3 cuadras de cola en el Coliseo de Tiquipaya. Esta localidad queda a unos 20 minutos del centro de la ciudad de Cochabamba. Los cerros parece que se acercaran y el clima es agradable.
En el predio en el que se desarrolla la cumbre hay cientos de stands de organizaciones, movimientos, entidades gubernamentales y de todo tipo, varios restaurantes y puestos que alimentan a los miles de visitantes. En las aulas, auditorios y estadios del predio se desarrollan los encuentros.
Es imposible abarcar y cubrir la cumbre en su totalidad con 17 mesas de trabajo, decenas de espacios autogestionados, conferencias, todo al mismo tiempo.
Frente a semejante oferta hay dos opciones: seguir una temática desde el comienzo hasta el fin, que es la idea de quienes se involucran en los grupos de trabajos, que siguen el proceso, el consenso hasta la redacción de un documento sobre los resultados, que es muy interesante si hay participación de los asistentes, o bien, andar de acá para allá recolectando trozos de esos espacios. De ambas formas, es imposible abarcar este tipo de eventos.
Volviendo a la cita que está mas arriba, la idea de comenzar escuchando o siendo parte del grupo de trabajo en esta primera jornada tuvo que ver con que los conflictos socioambientales, como consecuencia del accionar del hombre, o los ciclos de la naturaleza, afectan principalmente a los grupos mas despojados de posibilidades tales como los pueblos indígenas.
Esta mesa comenzó con la bendición indígena para que resultara de la misma un buen trabajo. En ella se explicó que en la Pre Cumbre, que se organizó los últimos días de marzo en la misma ciudad, se había consensuado sobre los objetivos de esta mesa y después de ese encuentro se siguió trabajando virtualmente entre unas 700 personas desde el 18 de febrero al 15 de abril, reflejando así la operatoria de las 16 mesas restantes.
Este fue un primer acercamiento de los asistentes al trabajo, se presentaron propuestas de organizaciones de Ecuador, Bolivia, Perú, México, Argentina.
En esa ocasión, el coordinador de la organización Servicios del Pueblo Mixe, de México, miembro del Foro Permanente de Cuestiones Indígenas, Adelfo Regino Montes recordó que esta cumbre “no sólo fue convocada por Evo sino también por las organizaciones de la sociedad civil”.
En ese sentido fue notable la necesidad de todos los asistentes de trabajar, de no perder el tiempo en nimiedades. Se sentía la urgencia de llegar a acuerdos que contemplen cambios para los las poblaciones vulneradas.
En esa línea, un representante del Centro Cultural Cuzca, de Bolivia, mencionó la necesidad de “elaborar una agenda de trabajo a corto, mediano y largo plazo” para después de la Cumbre y advirtió sus dudas respecto de analizar si “van a escuchar o no en México lo que salga de esta cumbre de Bolivia”. El debate recién comienza.
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* María Sol Wasylyk Fedyzak es periodista del Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA)
Fuente: Servindi