Por Roger Rumrrill
Para asombrarse, encolerizarse o matarse de la risa lea lo que dice un informe de Relaciones Exteriores fechado el 18 de enero de 2006 oponiéndose a la creación del Parque Nacional “Ichigkat Muja” de acuerdo a la propuesta del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) y en clara defensa de los intereses de la minera “Afrodita” y otras empresas.
Gracias a este padrinazgo y otros que medran en las cumbres del poder, la Cordillera del Cóndor, donde nacen los principales ríos de la cuenca del Marañón, está siendo invadida y lotizada por decenas y centenares de cuadrículas mineras que se extienden por los territorios indígenas titulados y a menos de 50 kilómetros de la frontera con Ecuador.
Lo que en “Avatar”, la ahora célebre película de James Cameron es ciencia ficción, en el Perú del año 2010 y en la Cordillera del Cóndor, es la mismísima realidad.
Como los “Na’vi” en “Avatar”, miles de indígenas Awajúm y Wampis se preparan a resistir la arremetida de los invasores e impedir que sus aguas y sus bosques se conviertan en el excremento del diablo.
Fuente: Diario La Primera