El venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), solía decir que para muchos países petroleros tanto en África como en América Latina el petróleo no es el oro negro sino el excremento del diablo.
Buena parte de estos países castigados por esta maldición están gobernados por dictaduras, son primario- exportadores, la riqueza se concentra en pequeños grupos de poder, tienen altas tasas de desocupación porque la minería genera empleo con cuentagotas, los lobbys parasitan al Estado que, además, está cancerado por la corrupción y el medio ambiente es un desastre.
Pero no sólo son las petroleras. La compañía aurífera “Afrodita” reina bajo la protección del Ministerio de Energía y Minas en plena Cordillera del Cóndor, en territorios titulados de los pueblos Awajún y Wampis y en el ámbito del Parque Nacional Ichigkat Muja al que se le ha mutilado 64,253 hectáreas para beneficiar a la empresa.
Pero esta “Afrodita” no es la diosa del amor sino de la violencia contra los pueblos indígenas que resisten sus tropelías y a los cuales persigue con saña. Zebelio Kayap Jempekit, el Apu Awajún del Cenepa es uno de ellos.
Pero los Awajúm y Wampis, jura Zebelio Kayap, nunca permitirán que sus bosques y las aguas de sus ríos se conviertan en excremento del diablo.
Fuente: Diario La Primera