Comunidad Viva pretende hablar en nombre particularmente del sector en aislamiento voluntario. Y compromete con sus pretensiones a alguna agencia de Naciones Unidas.
Por Bartolomé Clavero*
Comunidad Viva, como si hubiera desempeñado algún papel al respecto, da noticia en su sitio web acerca del encuentro en Santa Cruz de la Sierra a principios de marzo de este año de representantes ayoreos de Bolivia y de Paraguay. Fue en realidad organizado por organizaciones ayoreas –UNAP (Unión de Nativos Ayoreos de Paraguay) y CANOB (Central Ayorea Nativa del Oriente Boliviano)– con el apoyo de algunas ONGs –Iniciativa Amotocodie y CIPIACI (Comité Indígena Internacional para la Protección de los Pueblos en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial de la Amazonía, el Gran Chaco y la Región Oriental de Paraguay). En la noticia de Comunidad Viva se comunica que el encuentro apeló a la “responsabilidad de los gobiernos de ambos países en concordancia con la Constitución boliviana y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas”, con la Constitución nueva de Bolivia obviamente, la cual declara que “las naciones y pueblos indígenas en aislamiento y no contactados gozan del derecho a mantenerse en esa condición, a la delimitación y consolidación legal del territorio que ocupan y habitan”, por lo que dispone que “serán protegidos y respetados en sus formas de vida individual y colectiva” (art. 31).
Para ser una ONG boliviana que ha comenzado a funcionar en unos tiempos constituyentes de Bolivia igualmente conducente, como la Declaración misma de Naciones Unidas, al reconocimiento del derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas –una de cuyas manifestaciones consiste en dicha exigencia de consentimiento libre, previo e informado– sus imprecisiones y vaguedades resultan sumamente sospechosas. Siempre puede pensarse que se trata de improvisación o incompetencia, pero, en un caso como el de Bolivia en el que el lenguaje preciso y comprometido para esta clase de asuntos está de continuo bien a la vista, la explicación más verosímil es la de existencia de agendas ocultas que van más allá del interés de algún grupo por captar y manejar fondos para proyectos en beneficio no sólo ajeno o, si quiere decirse de otra manera, con empleo no enteramente transitivo. Hay ONGs ante todo pensadas para mantener a sus promotores y agentes. Las hay también con intereses encubiertos no tan egoístas, pero tampoco al servicio de los principios que proclaman. Entre las fuentes de financiación de Comunidad Viva, se encuentra el PNUD, esto es el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, agencia que en Bolivia últimamente no se caracteriza por guardar sintonía con las organizaciones indígenas.
Comunidad Viva está ahora desarrollando un programa de Fortalecimiento Organizativo de comunidades indígenas y en particular ayoreas. La organización representativa de la parte del pueblo ayoreo de este lado de la frontera de Bolivia con Paraguay, la citada CANOB, ha publicado hace pocos días un comunicado acusando a esa ONG de faccionalismo en busca del debilitamiento de la representación indígena con el interés muy especial de desplazarla como interlocutora de las comunidades ayoreas libres, las que resisten en aislamiento voluntario por territorios y con recursos sólo accesibles a los propios ayoreos.
El comunicado de la CANOB demanda del Estado boliviano apoyo a la organización indígena acreditadamente representativa frente a la injerencia de intereses tan oscuros e investigación para el desenmascaramiento de Comunidad Viva. Especialmente le responsabiliza de todo daño que pueda acarrear a “nuestros hermanos en aislamiento voluntario“. El artículo 31 de la Constitución antes citado obliga a Bolivia a atender el requerimiento en todos sus términos.
En cuanto al PNUD, concedamos que no hay complicidad. En todo caso, la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas le obliga a no apoyar este género de proyectos sin el consentimiento libre previo e informado de parte indígena, en este caso de la CANOB. El incumplimiento sistemático de esta obligación lleva a tales resultados.
Nota: El dato de la financiación por el PNUD, por su Programa de Pequeñas Donaciones (PPD-SGP), se encuentra en el propio sitio web de Comunidad Viva, en la entrada de Proyectos en Ejecución, en realidad de 2007 el único que se registra y que se refiere a un proyecto sobre artesanía en una comunidad ayorea. En el sitio del PNUD de Bolivia (http://www.pnud.bo) no he encontrado el registro de la contraparte. El proyecto de Fortalecimiento Organizativo no se registra en ninguno de estos sitios, ni siquiera en el de Comunidad Viva. Pudiera ser que se esté desarrollando bajo un paraguas más discreto, como ese de la artesanía, con lo que la complicidad del PNUD quedaría total y definitivamente descartada, aunque no desde luego su responsabilidad por no consultar, por actuar sin el consentimiento previo, libre e informado de parte indígena. El sitio de Comunidad Viva en todo caso no se caracteriza ni por la generosidad ni por la transparencia de sus datos. Es de suponer que cuenta con más fuentes de financiación que la del PPD-SGP del PNUD, como la del Rainforest Foundation Fund (http://rainforestfoundationfund.org, memoria fiscal de 2007 y general de 2006-2008).
Anexo:
Comunicado Ayoreo
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Publicado originalmente en el Blog de Bartolomé Clavero
Fuente: Servindi
Estimados colegas,
Tras largo silencio, les rogamos remitirse a la sección comentarios (3/11/09) del blog del Sr. Clavero y la sección publicaciones de la web de Comunidad Viva, para tener información actualizada sobre este artículo.
señores necesito usar esta fotografia para un libro de cuentos para niños que he escrito para finbes beneficos.
Estimada Sophia,
Esta noticia fue tomada de servindi.org ellos podrían darle razón sobre la fotografía.
Saludos