Por Roger Rumrrill
Tanto el modelo económico excluyente y concentrador de la riqueza como el sistema político que lo sostiene han sido puestos en cuestión con una profundidad que obliga a un cambio y a una transformación. Sin embargo, el principal responsable político, el presidente García, en vez de hacer un mea culpa y tomar las decisiones que corresponden a un estadista sensato y con visión de futuro, ha inventado un complot internacional para ignorar y ocultar la crisis estructural del modelo neoliberal y ha decidido declarar la guerra a todos los que lo critican y están en desacuerdo con su mesianismo y autoritarismo.
La hoja de ruta de García y sus socios de la derecha económica y política es, en lo que queda de su gobierno, la polarización y la confrontación.
Otras consecuencias de este parteaguas en la historia amazónica tiene que ver con el sistema extractivo-mercantil, el equivalente amazónico del modelo primario-exportador y el subcentralismo regional tan nefasto como el centralismo impuesto principalmente desde la burocracia dorada e intocable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Todos los Gobiernos Regionales de la Amazonía son subcentralistas: Loreto, Ucayali, Madre de Dios, Amazonas y San Martín. Unos más que otros.
Probablemente, la crisis económica internacional y la caída de la captación del canon petrolero en Loreto y Ucayali llevará a los presidentes regionales golosamente “obristas” y tacaños en inversión en educación, salud, ciencia y tecnología a intentar hacer pagar los platos rotos de la crisis a los pueblos indígenas.
Pero la historia ha dado un giro de 180 grados también en la Amazonía. En la negociación con el estado central autista y los gobiernos regionales subcentralistas, los pueblos indígenas saben lo que quieren y qué poder tienen para lograrlo.
Fuente: Diario la Primera