Por Tomás Borge
Embajador de la República de Nicaragua
Cuando fui diputado al Parlamento Centroamericano me abstenía de salir a divertirme. Muy pocas veces fui al cine, nunca a un centro nocturno. La inseguridad de ciudad Guatemala es intensa, abrumadora. El nivel de impunidad asombroso. La oligarquía guatemalteca, refugiada en sus mansiones a prueba de balas y de malas miradas, es una pandilla de corruptos, dueños de los tribunales, de la policía, de buen gusto en el adorno de sus portales y de un odio sin mandamientos de la ley de Dios hacia los campesinos, a los indígenas, a los pobres. Los oligarcas son iguales en casi todas partes, mas en Guatemala solo aman a sus madres, a sus hijos y a sus perros.
Cuando conocí en reuniones internacionales al entonces candidato Álvaro Colom, observé la transparencia de su mirada y la larga e irreprochable lista de sus ideales, le pronostiqué que no sería presidente de Guatemala. La oligarquía- le dije- te va a asesinar y si por un milagro de San Antonio de Padua- del cual son devotos Álvaro y su progresista esposa Sandra- te protegen, no te van a dejar gobernar. Son poderosos, astutos y ya inventarán la manera de hacerte la gobernatura y hasta la vida imposible. Tienen, por supuesto, a su favor los medios de comunicación, cuyos titulares son reproducidos por los enemigos de Fidel y Raúl, de Chávez, de Evo, Correa y de Daniel y una muchedumbre de funcionarios en el estado que les besan las manos a los camisas blancas a cambio de monedas. Los políticos son casi todos, mentirosos. Conocí a uno –fue presidente- que mentía con las uñas de los pies y las manos. A los diputados del Parlacen nos engañó como si fuéramos niños de la primera edad y después, cuando ya fue presidente, se burló de nosotros con cinismos de rufián.
Álvaro Colom es irreprochable. Lo eligieron los pobres y el eligió a los pobres. Es un hombre – no el único, por suerte- con una honestidad que se le mira hasta en la piel y en el pecho abierto donde se le ve un corazón donde podrías, sin lugar a dudas, depositar una hostia.
Fuente: Diario La Primera
De los varios artículos que este blog rebota, este es el que menos entiendo. ¿Hay necesidad de rebotar un artículo que:
1. No tiene nada que ver con la interculturalidad
2. Tiene que ver con una investigación pendiente, que involucra al presidente Colom con un asesinato y temas de corrupción
?
La verdad, sería interesante que publiquen algo así como una estafeta editorial, porque publicar algo así es como dar por ciertas las afirmaciones del embajador Borge (defensor, entre otras cosas, del violador Ortega)
Saludos
La idea de postear esta columna, como pasa con todo lo publicado aquí, es poner en debate eventos de interés social. Nosotros no tenemos la intensión de "dar por ciertas las afirmaciones del embajador Borge". Tome esto como un tema que se pone a debate.
saludos