NECESARIA PRESENCIA DEL ESTADO EN MADRE DE DIOS

Presentarán estrategia integrada que incluye a siete ministerios

Este Diario informó, en los últimos días, sobre los severos daños que sufre el bosque amazónico en las localidades de Guacamayo, Delta 1 y Huepetuhe (entre las provincias de Manu y Tambopata), donde decenas de miles de mineros artesanales e informales buscan oro fluvial sin ningún tipo de control ambiental y utilizando entre 40 y 70 toneladas de mercurio al año. Esto envenena los ríos de la zona. Además se deforestan miles de hectáreas de bosques (150 mil en los últimos años, según cálculos oficiales).

De acuerdo con las estadísticas de la Dirección Regional de Energía y Minas de Madre de Dios, de las 2.800 concesiones mineras registradas en toda esta región, solo 16 cuentan con sus respectivos estudios de impacto ambiental.

Una primera medida que había adoptado el Ejecutivo, a través del Ministerio de Energía y Minas, fue suspender hasta el 31 de diciembre del 2010 los petitorios mineros en esta región. Sin embargo, había que tomar decisiones más drásticas para solucionar este problema.

Recientemente, el presidente de la región Madre de Dios, Santos Kaway, había reconocido la incapacidad del gobierno regional para contener esta crisis, y solicitó el apoyo de los tres poderes del Estado.

HUMEDALES BAJO RIESGO
El ministro Brack no fue el único en pronunciarse respecto de esta problemática. La filial peruana del Botanical Research Institute of Texas (BRIT) alertó sobre los peligros a los que es expuesto el sistema de humedales y aguajales en los bosques de Madre de Dios, como consecuencia de la proliferación de asentamientos mineros en los lugares donde se extrae el oro artesanal e informalmente.

Según John Janovec, representante de BRIT en el país, hay estudios que indican que en 25 de los cerca de 35 humedales de la zona existen asentamientos mineros, y que este crecimiento poblacional se disparó a partir del 2003. En estos rudimentarios campamentos, que no cuentan con sistemas de agua potable ni desagüe ni de tratamiento de residuos sólidos, la contaminación es incontenible, lo mismo que las enfermedades que de esta se desprenden. En muchas de estas áreas los ríos se han convertido en charcos de relaves mineros, con la consecuente desaparición de todo tipo de especies animales.

El problema podría ser peor: si en Huepetuhe (el foco minero más grande de Madre de Dios) se reduce la extracción de oro, los mineros se trasladarán a otros lugares y, en unos cinco años —calculó Janovec—, podría haber otras zonas bajo el mismo estado de depredación. Esto ocurre ya en Delta 1 y Guacamayo.

Janovec comentó que la importancia de los humedales radica en que estos son ecosistemas frágiles que sirven de cobijo a determinadas especies de peces en peligro de extinción. Estas solo viven ahí, lo mismo que otras especies de animales y de plantas (orquídeas, por ejemplo). El especialista pidió restringir la extracción minera en aquellas áreas que aún no han sido invadidas, pero que corren el riesgo de convertirse, muy pronto, en campamentos mineros.

PARA RECORDAR
Seria denuncia
En un informe publicado el domingo último, El Comercio advirtió que Madre de Dios ha perdido 150 mil hectáreas de bosques en manos de los mineros informales.

Contaminación
Se calcula que al año estos obtienen alrededor de 30 toneladas de oro. Pero para ello se utilizan cerca de 175 mil galones de combustible diariamente.

Crisis socialEn Guacamayo, Delta 1 y Huepetuhe abundan el comercio ilegal y la prostitución, incluso de menores de edad de varias zonas del país.

Fuente: http://www.elcomercio.pe