Por Patricia Kadena
Lo que me animó es, ante todo, que me parecía absurdo rechazar la donación de un museo de la memoria sobre una época tan sombría en la historia del Perú. Segundo, que me parecía posible completar esa exposición con algunas cosas que podían faltar. Qué decirle, todas las cosas malas que pasaron no estaban en esa exposición, que era magnífica. Había inocentes de uno y otro lado que no figuraban. Entonces, tratar de hacer una cosa objetiva, justa, me parecía que uno tenía la obligación de responder.
¿Fue el escritor Mario Vargas Llosa quien lo convocó?
Sí. Bueno, yo asistí a las reuniones previas que hubo para tratar de encontrar el camino para hacer el museo y vencer las resistencias que había en ciertos sectores del Gobierno.
¿Y quién dijo: vamos a hablar con el presidente para convencerlo?
Creo que el artículo que Mario (Vargas Llosa) publicó sobre eso hizo que el presidente o que gente alrededor del presidente reaccionara y viera que había ahí una cosa que era rescatable y que no era dable rechazar una oferta para hacer un museo que nos compete a todos. Es un museo que va a conservar para las generaciones futuras la memoria de lo terrible que fue ese tiempo y va a ser un testimonio para prevenirnos de que eso no vuelva a pasar.
¿Se va a convocar a los representantes de las Fuerzas Armadas para que ellos expongan su posición?
No, no, en lo absoluto. Yo no creo que eso vaya a estar dentro del programa del museo, porque tampoco le vamos a consultar a los representantes de los deudos. No le vamos a consultar a nadie.
Ni a las Fuerzas Armadas ni a…
No, a nadie. Vamos a tratar de presentar una exposición justa, moral y respetuosa de todas las víctimas y de todos los inocentes.
El ministro de Defensa había señalado que iban a aportar con fotografías…
Bueno, yo creo que a esa página ya se le ha dado vuelta y se ha encontrado esta posición, que es con la que, en general, puede enfrentarse realmente –con la verdad, con una visión justa, con una visión imparcial y con un museo que conserve para las generaciones futuras– la memoria de lo que pasó en esos años terribles de salvajismo que dejó la violencia de Sendero.
¿Usted cree con este museo se pueda lograr la reconciliación?
Primero que todo tenemos que enfrentar a la memoria. La reconciliación tiene que ser fruto del reconocimiento de la verdad, y eso es lo que se va a tratar. El fruto ideal sería la reconciliación, pero creo que solo se puede llegar a eso a través de la verdad. Para eso es que se necesita que ese museo sea lo más completo y lo más justo.
Fuente: http://peru21.pe/
Interesate. Pero noten una vez como solo algunos intelectuales asumen estas tareas y garantizan tener una visión "obejtiva, justa e imparcial" de las cosas.
No lo niego, pero Vargas Llosa y Szyszlo de esta comisión pertenencen solo a cierto estrato-nación del Perú.
Sería interesante incluir también otras miradas de la sociedad civil, o estaríamos una vez más ante la mirada del "uno" sobre la historia peruana.