Autores:
● Yupanqui Cardenas, Yamir Luis
● Díaz Arrascue, Bruno Alejandro
● Aguirre Macedo, Arnold Smith
● Perez Cuevas, Ramiro Gabriel
1. Introducción
En la naturaleza, las diversas distribuciones que pueden hacer los átomos, logran una infinidad de tipos de materia, lo cual diversifica sus condiciones químicas, sus funciones y sus propiedades. La corteza y el manto terrestre están formadas por material mineral, es decir, por rocas de distinta naturaleza y de distinto estado físico en función de las condiciones fisicoquímicas que se encuentran en la Tierra. Los minerales son compuestos químicos naturales, en su mayoría cristalinos, cuyos agregados forman los tres grandes tipos de rocas: ígneas (solidificadas a partir de materia viva fundida), sedimentarias (formadas por la erosión de rocas preexistentes, seguida de una nueva deposición) y metamórficas (formadas por la acción de la presión y la temperatura en rocas preexistentes). La corteza terrestre y los océanos son la fuente de una amplia variedad de minerales útiles y esenciales, gracias a eso los seres humanos han logrado obtener diversos recursos a lo largo de la historia. Gracias a la química y sus ramificaciones, el ser humano fue capaz de comprender la naturaleza de los minerales y metales y poder usarlos en diferentes contextos, como por ejemplo la conducción de la electricidad, producción de diversos fármacos, aplicaciones en tecnología y en medicina, etc. En general, cada uno de los casi 4000 minerales de la tierra está exclusivamente definido por su composición química y su estructura interna. En otras palabras, cada muestra del mismo mineral contiene los mismos elementos reunidos en un modelo regular y repetitivo. Sigue leyendo