Autores:
- ARISH JANETH MELGAREJO PUITIZA
- BRYAN ALEXIS JAVIER JAVIER
- NADIA ALONDA PONCE JAIME
- PAUL EMILIO BENDEZU PONCE
Hace unos 2000 años, el mundo operaba con las principales fuentes de energía a base del calor generado por la madera, utilizada para la generación de calor; la tracción de animales, para la ayuda en el trabajo agrícola; y la mano de obra, que generó una gran esclavitud en la población. Cuando se descubrieron los combustibles fósiles el mundo dio un giro, hubo nuevas fuentes de energía, como el carbón, petróleo y gas natural, los cuales, son más eficientes que las primeras fuentes de energía, el uso de estos combustibles significaron un incremento en la producción agrícola, en el transporte de la población y el bienestar humano al posibilitar una mejor calidad de vida. El incremento de la economía también fue en parte por el uso de los combustibles al poner una mayor demanda en la comercialización de estas importantes fuentes de energía. El uso de los combustibles fósiles están comprendidos en un 80% de la demanda de energía a nivel global. Sin embargo, el uso de estas nuevas energías también tuvo un impacto negativo muy grande a nuestro planeta con la generación del CO2 al ser quemado, convirtiéndose en el principal responsable del calentamiento global y cambio climático; el CO2 también afecta nuestra salud, por lo cual “alrededor de 4.2 millones de muertes prematuras ocurren cada año por la exposición a partículas de estos metales vinculados con la quema de combustibles fósiles” (Organización Mundial de la Salud[OMS]). Debido a esta situación surgen interrogantes: ¿En qué aspectos afectaría si dejamos de quemar combustibles fósiles? ¿Es beneficioso y factible dejar de hacerlo? En este trabajo de investigación estableceremos una postura frente al tema planteado. Sigue leyendo