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El miedo al futuro, condición natural de nuestros días. Entrevista a Zygmunt Bauman

El miedo al futuro, condición natural de nuestros días
28.10.2008

Entrevista a Zygmunt Bauman

Bauman

Yo creo que, en estas circunstancias, la pérdida de la esperanza es el mayor desastre que le puede acontecer a la humanidad. Tener esperanzas es nuestra obligación .

El sociólogo y escritor Zygmunt Bauman nacido en Poznan- Polonia, ascendencia judía, tuvo que abandonar su país, formándose en la URSS y regresando a Polonia tras finalizar la II Guerra Mundial. Luego se vio obligado a abandonar de nuevo Polonia en 1968, pasando a impartir docencia en la universidad de Tel Aviv y más tarde en la de Leeds (1971), de la que es profesor emérito de Sociología.

Bauman es uno de principales referentes del pensamiento contemporáneo. La imprevisibilidad, la incertidumbre, la fragilidad que asumieron los lazos humanos se traducen tanto en la inestabilidad de los sistemas políticos como en las afecciones familiares, son alguno de sus tópicos de reflexión. Es el padre intelectual del concepto amor líquido y Modernidad Líquida , para referirse a la incertidumbre de los vínculos personales en las sociedades contemporáneas. Su producción data desde los años 50 y se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones tales como clase, socialismo, hermenéutica, modernidad y posmodernidad, globalización y nueva pobreza.

En la entrevista que sigue a continuación- inicialmente publicada por la revista Debate – Bauman aborda sus ideas y las relaciona con el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, los blogs y los fotologs. Considera que su origen está en la necesidad de exposición cada vez más presente en las personas, los califica como el culto a la celebridad .

– Podemos considerar a la Web como un correlato de esta sociedad líquida

– Yo creo que las personas que nacieron y crecieron en el mundo saturado por la electrónica y lo digital sienten la presión de crear identidades más amplias para sí, como la de las celebridades que aparecen en los medios.

– ¿A qué se refiere cuando habla de identidades más amplias?

– Identidades más amplias significa una mayor exposición, más gente mirando, más usuarios de Internet disponibles para mirar, más devotos excitados y entretenidos con lo que ven, estimulados lo suficiente como para compartirlo con sus contactos, rebautizados por el consejo de los Web sites como amigos . Myspace, Facebook, Second Life y la variedad de blogs personales reivindican el imaginario de la revista Hola, reproducen el culto a la celebridad. Son una copia, de menor calidad, que radica en la esperanza que tienen las personas de que sus sueños ordinarios pasen a ser lo mismo que las ambiciones de los héroes de esas tapas.

– En realidad, es un fenómeno instalado en nuestra cultura desde hace años

– Por eso, ¿se puede culpar a los más jóvenes por desgastar su vida en esta carrera tras una ilusión? La verdad que no. Son igual que el resto de nosotros, seres racionales al igual que sus antecesores, que hacen lo mejor que pueden para responder a las demandas sociales y a los nuevos de-safíos. Ellos no eligieron esta condición líquida de la sociedad, o la modernidad, en la cual las representaciones individuales por un momento pueden ser exitosas pero nunca son seguras a largo plazo, en donde lo que hoy es lo mejor, al día siguiente está pasada de moda. En otras palabras, en donde mantenerse actualizado es una tarea que demanda las 24 horas.

– Podría decirse que Internet se volvió en una interpelación social constante

– Y la capacidad de interacción que ofrece Internet está hecha a la medida de esa necesidad. Ayuda a estar enterado del último momento, a conocer el tema más escuchado, el último diseño de ropa, los festivales y las fiestas más de moda, etcétera. Simultáneamente ayuda a actualizar los contenidos y redistribuir el énfasis en la representación de uno mismo. Es una endemia de la cultura de lo rápido.

– En uno de sus libros, también cita el caso de Gran hermano.

– El formato de Gran Hermano tuvo un éxito inesperado, fue reproducido incontablemente por los show masivos de televisión. Ya en esta instancia, la audiencia del reality logró focalizar su interés en los momentos de eliminación. Fíjese cómo se comporta la audiencia cuando alguien es suspendido, rechazado, echado, públicamente humillado y rápidamente olvidado. Se está taladrando la cabeza de la gente con la idea de que ser más débil es una razón suficiente para ser expulsado, que las personas inferiores se deben ir y que esas personas merecen irse por su inferioridad. La exclusión pasa a ser un momento de justicia. En este adoctrinamiento, la idea de los derechos humanos universales, de la dignidad o el derecho de plena participación en la vida comunitaria, han sido dejados a un lado o convenientemente olvidados. Creo que los realities nos dicen más acerca de nosotros que los eslóganes que usan los líderes políticos.

– Ahora, la concentración y universalización con la que contribuye la Web, ¿no resulta alarmante?

– Es que lo que se volvió universal es lo particular solamente. El mundo on line se está convirtiendo en un cruce de diásporas de manera distinta al mundo off line en tanto no es territorial. Todo el mundo virtual está dibujado digitalmente, esto significa que la supervivencia de cualquier entidad está sujeta a la posibilidad de conexión. En el mundo digital habitado por los más jóvenes, las fronteras se dibujan para separar a aquéllos con intereses similares del resto, los cambios y vueltas implican distintos grados de atención y lealtad, pero no necesariamente deben ser exclusivos. Evitar a aquéllos que no piensan como uno es más fácil en el universo virtual que en la ciudad, donde se requieren elaboradas técnicas de separación espacial para mantener distancia, como un circuito cerrado de televisión, guardias armados, cercos.

-¿Y cómo afecta este fenómeno a las relaciones interpersonales?

– Y, por ejemplo, hay actualmente una tendencia universal de reemplazar los votos matrimoniales -unidos a la idea de que hasta la muerte nos separe – por otro tipo de prácticas, como el estar en pareja o la convivencia. Ahora la idea es: Siempre y cuando la satisfacción dure . Lo que resulta peor es que esta tendencia es generalmente confundida como un síntoma de que se está cayendo la viabilidad del matrimonio. Usted está en lo correcto al arriesgar que esa tendencia está relacionada con la atmósfera de incertidumbre más amplia. El matrimonio comparte la crisis que atraviesan los compromisos a largo plazo en general. Los hombres y mujeres se enfrentan a un estado de ambivalencia que parece no tener una solución fácil. Porque, por un lado, necesitan un compañero estable y confiable más que nunca. Pero, por el otro, sienten temor de quedar atados cuando la situación cambie y nuevas demandas y oportunidades aparezcan.

-¿A esto se refiere cuando afirma que nuestra cultura contribuye con una ciencia sexual en vez de desarrollar una ars erótica?

– Yo hago referencia a lo que plantea Volkmar Sigusch, y es que el erotismo, que es un fenómeno multifacético o multifuncional, ha quedado reducido a un sólo aspecto: el sexo. Las relaciones sexuales hoy desconocen su conexión histórica con cada uno de los aspectos de la vida humana, y la gente comenzó a creer que el placer sexual reside en el resultado y no entiende que se pierde con el resultado. Esta tendencia se ajusta a la sociedad líquida. Emancipado de su conexión social, el encuentro sexual queda purificado de consecuencias duraderas. Se vuelve, como cualquier otro aspecto de la vida contemporánea, flexible, ajustable. Se ofrece pura satisfacción sin ningún tipo de ataduras. Lo que aquí debemos resaltar es que parece que ganamos con esto, pero también estamos perdiendo. Las relaciones demandan tiempo, crecen con el tiempo. El placer del amor no es algo que se pueda encontrar y ya, es algo que debe construirse, que resucita todos los días. Es una debilidad de las obligaciones individuales, que está totalmente en línea con la crisis que atraviesan los compromisos a largo plazo. Se cuestionan los derechos y deberes, y las obligaciones con excepción de las obligaciones con uno mismo. Fíjese cómo siempre escuchamos o decimos me lo debo a mí mismo , yo merezco esto . El amor, por su parte, o es perfecto o es un fracaso desde el comienzo. Y en ese caso resulta mejor abandonarlo y reemplazarlo por uno nuevo, que de paso sea mejorado. No se espera que ese amor sobreviva ni a la primera pelea, o al primer desacuerdo o confrontación.

¿Por eso habla del amor líquido?

Y un líquido se caracteriza por la imposibilidad de mantener su forma, cambia ante la menor presión. En esta modernidad líquida, las nuevas tendencias son demasiado breves para cristalizar en formas duraderas, los modos de conducta cambian demasiado rápido para transformarse en hábitos persistentes.

– ¿Esto también se puede aplicar a otros ámbitos de la vida social y política?

– Por supuesto, esta liquidez se presenta en diversas dimensiones de la vida social, incluidos los sistemas políticos y también la vida política, es decir aquella conducida por individuos que actúan bajo estos parámetros. Las condiciones futuras son menos predecibles que nunca, el pensamiento a largo plazo y los modos de actuar a largo plazo nunca fueron tan pocos factibles.

¿Esta liquidez no erosiona la base de poder de los Estados nacionales?

Y con las presiones de la globalización, los Estados han quedado privados de un buen manejo de su poder, y han tendido a tercerizar sus políticas, dejándolas en manos del mercado. Es decir, lo que tenemos hoy es un planeamiento individual, en función de un riesgo individual y una responsabilidad individual. La consecuencia de esto es, por un lado, una libertad sin precedentes de la voluntad individual, pero por el otro, las personas deben cargar con varias cuestiones que no son capaces de cumplir o satisfacer por la falta de conocimientos y recursos para hacerlo. Esto, sumado a una falta real de poder y la incertidumbre provocada por la debilidad de las instituciones políticas, profundiza considerablemente la sensación difundida de inseguridad. El miedo acerca de lo que el futuro pueda deparar parecería ser una condición natural de nuestros días.

Fuente: http://www.uruguaypiensa.org.uy/noticia_476_1.html Sigue leyendo

”Pensar es resistir”, Las enseñanzas de Gilles Deleuze.

”Pensar es resistir”, Las enseñanzas de Gilles Deleuze

27.06.2006

”Para Deleuze, el pensamiento es un conjunto de fuerzas que se resiste a la muerte. Si pensar es resistir, filosofía, política, crítica y clínica son un mismo movimiento. Lo esencial del pensar no está en el pensamiento sino afuera, en lo que fuerza a pensar.”
Gilles Deleuze, nacido en 1925 y muerto hace diez años.

Deleuze

Por Osvaldo Saidon

Más de diez años después de la muerte; 30 años desde que comenzamos a ser infiltrados, habitados por esa potencia que anunciaba el pensamiento de Deleuze. Más de diez años ya sin Deleuze publicando, dictando clases, respondiendo, comentando, y la potencia continúa. Diez años esperando que esta época seca que nos anunciaba poco antes de su muerte empiece a terminar. Diez años apostando a que la consistencia de lo minoritario se afiance. El foro mundial, Seattle, Génova, las luchas antiinstitucionales, los más diversos enfrentamientos a la hegemonía del Imperio en estos diez años, todos estos movimientos están atravesados, infiltrados por la filosofía de Deleuze, por su modo de intervenir, por todos esos devenires que ya hace más de treinta años venía anunciando.

Para Deleuze el pensamiento es el conjunto de fuerzas que se resiste a la muerte, ése es su vitalismo. Pensar es resistir, y entonces filosofía, política, crítica y clínica son un mismo movimiento. Es un funcionamiento donde lo esencial del pensar no está en el pensamiento sino afuera, en lo que fuerza a pensar. Es la vida tratada como campo abierto de los encuentros y la inevitable necesidad de pensarla que nos incitó a una clínica y a una política mas allá de todos los ismos, o las escuelas dominantes en las distintas coyunturas. Ernesto Hernández, colega colombiano traductor de innúmeros trabajos de Deleuze al español, dice: ”Sentimos que se inaugura un nuevo género de relato en la filosofía, una nueva narratividad, pues con Deleuze la filosofía realiza la literatura, tanto como de Borges a Carroll la literatura realiza la filosofía”. Nosotros pensamos que esta filosofía nos habilita una clínica, que realiza una crítica, una narratividad que apunta hacia una vida artista, a una isla desierta, que se desprende de un territorio apoderado por una psicopatología puramente edipizante.

Justamente porque de fechas se trata, queremos referirnos al trabajo recientemente publicado de Deleuze, escrito en 1953, que se llama Causas y razones de las islas desiertas. Hace ya mas de 50 años, Deleuze anunciaba un estilo y una preocupación, la de expandir el desierto como geografía de la creación. Decía Deleuze: ”Los hombres que llegan a la isla la ocupan realmente y la pueblan, pero en realidad si han llegado a estar lo suficientemente separados y a ser lo suficientemente creadores, no harán otra cosa más que otorgar a la isla una imagen dinámica de sí misma, una conciencia del movimiento que la produce, hasta el punto de que a través del hombre la isla tomara finalmente conciencia de sí misma como isla desierta y sin hombres”. Nos dice entonces que la isla, en la mitología y en la literatura, es un recomenzar. Y que se trata no de una creación sino de una recreación; basta con que todo comience; es preciso que se repita una vez acabado el ciclo de las combinaciones posibles. Ya están allí, en este texto de juventud y para ser recreados, conceptos como separación y origen, derivar y crear, corte y flujo, habitar y expandir el desierto.

¿Quiénes toman hoy el lugar de exigirnos el pensamiento, el de expandir el desierto? ¿Negri, Virilio, Prigogine Agamben? El había designado al número uno, el más veloz entre todos, el más militante, el más clínico. Murió antes del tiempo que necesitábamos todos para de una vez por todas rifar la prepotencia de lo simbólico, la frivolidad posmoderna, las recaídas estalinistas de los microgrupos llenos de certezas.

Y entonces, desde hace 30 años nuestra clínica ya no es más la misma, ni se parece siquiera a nosotros mismos. La habita un extraño, que no se confunde ni con un ideal del yo ni con un superyó, ni un pequeño ni grande otro. Es u na extraña disconformidad con la academia, con la institución, con la transferencia. con la Iglesia, con la moral, con lo simbólico. Es el esquizo, es el psicótico, es el extraño, es el puto, es el judío, es el negro, es el niño, son todos esos extraños que comienzan a hablar, en un paradigma más estético que ético. Surge el escándalo ante las recaídas posmodernas de este pensamiento. Los representantes de la tradición académica critican las relaciones caóticas que propician estas nuevas voces; un recalentado humanismo intenta recordarnos la función social de las ciencias humanas. Hemos visto cómo detrás de estas propuestas se alimentan los intentos de recuperar los arcaísmos instituidos que ya no dan cuenta del acontecimiento que lo desborda por todos lados.

En la clínica concreta que hoy realizamos, vemos que el sufrimiento, la mortificación se nos presenta en formas que escapan a las tradicionales clasificaciones que emergen de las dos grandes categorías: las neurosis por un lado y las psicosis por el otro. Las ”nuevas patologías” pánico, adicciones, anorexia, bulimia estaban de algún modo anunciadas en El antiedipo, donde Deleuze y Guattari nos convidaban a pensar el inconsciente y sus producciones a partir de la psicosis y no de la neurosis, como lo venía haciendo el psicoanálisis hasta ese momento. Mejor todavía, ya anunciaban un pensamiento entre un campo y otro: entre la neurosis y la psicosis, entre lo social y lo individual, entre Freud y Marx, entre el discurso de Lacan y el pensamiento del cuerpo de Melanie Klein. Todos estos ”entre…” adquirían autonomía, inventaban nuevos sentidos pero no articulaban nada; inventaban un nuevo y extraño paisaje, un no lugar, un desierto.

Este extraño es el que habita a esos jóvenes que ante la llegada de lo intempestivo, de la velocidad, de la comunicación y la información en tiempo real, se derrumban en esas patologías de borde, sin consistencia, casi sin identidad; se automutilan, se accidentan, se suicidan, entran en la criminalidad con una frivolidad que nos deja aterrorizados. La clínica no puede quedarse en denunciar los cambios, en resentirse con la velocidad y lo intempestivo, en la añoranza de otras condiciones para el análisis. Debe generar contraefectuaciones frente a este desmantelamiento de las singularidades, esta homogenización de la banalidad, creando espacios para aprender a resistir inventando nuevos modos de subjetivación.

Nuestros dispositivos son burbujas de enlentecimiento (psicoanálisis y esquizoanálisis), espacios de experimentación de una multiplicidad productora de sentido (esquizodrama), construcción de grupúsculos instituyentes (análisis institucional), todos ligados a ese intento político clínico de recrear un pensamiento que expanda la alegría de la resistencia.

* Fragmento de un texto leído en el Coloquio de Homenaje a Gilles Deleuze, a los diez años de su muerte, en la Universidad Fluminense de Río de Janeiro.
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Fuente: http://www.uruguaypiensa.org.uy/noticia_73_1.html Sigue leyendo

¿Por qué Marx? Emir Sader

¿Por qué Marx?

Por Emir Sader

Cuando la revista Times hizo una consulta a los lectores para escoger el personaje del siglo XX, asustada con los resultados, hizo correr la noticia de que Hitler estaba en primer lugar, en un desesperado llamado a los lectores para frenar ese acceso de sinceridad de los que se habían pronunciado.

Una articulación paralela llevó la victoria a Einstein en un homenaje inocuo a la ciencia, a partir de la teoría de la relatividad, sobre la cual la mayoría abrumadora de los lectores del Times no entiende el significado. Pero salvaron la cara.

La BBC hizo circular hace algunas semanas la noticia de que Marx lideraba la lista de los mayores filósofos de todos los tiempos en una investigación que estaba realizando, apelando para que alguna articulación paralela evitara esa victoria. La revista The Economist recogió, en el fondo del baúl de los filósofos clásicos, y decidió que aquel que podría hacer frente al barbudo subversivo era… David Hume tal vez considerando que David podría ser asociado a Beckham y dar popularidad al empirista inglés. Otros apelaron en Wittgenstein, en Kant, Nietzsche y casi en Churchill.

No resultó: Marx fue elegido por los oyentes de la BBC la vetusta emisora estatal británica, durante el tercer mandato de la tercera vía de Tony Blair, bajo el patrocinio teórico de Anthony Giddens el mayor filósofo de todos los tiempos.

El resultado, imprevisto para los apostadores de la Bolsa de Londres, colocó a Marx en primer lugar, con un 28% de los votos. Es decir, casi uno de cada tres oyentes de la BBC escogió a Marx como el mayor filósofo de todos los tiempos. En segundo, el candidato de The Economist, Hume, con un 12,7%., en tercero, el candidato del The Independent, Wittgenstein, en cuarto Nietzsche, después, por orden, Platón, Kant (candidato del The Guardian), Santo Tomás de Aquino, Sócrates, Aristóteles y, finalmente, Karl Popper.

Bien antes de la BBC, Marx ya había recibido otras consagraciones, como la de Sartre: El marxismo es la filosofía insuperable de nuestro tiempo . Sin embargo, desde el fin de la URSS, la derecha se apropió de la idea de que la rueda de la historia no vuelve hacia tras , de que el horizonte insuperable de la historia es la economía capitalista de mercado, la democracia liberal y de que la libertad se identifica con el libre comercio .

Pasada la euforia del corto ciclo expansivo de la economía de los EUA en los años 90, que tuvo en Davos la Microsoft y el McDonalds sus iconos, después que se dieron cuenta de que las promesas de la nueva economía de que el capitalismo a partir del toque de Midas de los ordenadores crecería sin parar eran falacias, algunas publicaciones conservadoras volvieron a dar valor a Marx. Pero, ¡atención! Conforme el capitalismo de mercado se extendía a la zonas inesperadas del mundo de China a las empresas públicas privatizadas, de la explotación del trabajo esclavo y de niños a la explotación del trabajo de presidiarios y conforme se revelaba dramáticamente que los análisis de Marx sobre las crisis cíclicas continuaban acompañando el capitalismo como su piel inseparable de que la crisis, acompañada de los mayores escándalos de su historia económica, de los EUA, la crisis del sudeste asiático, de Brasil, de Argentina, eran solo algunos nuevos ejemplos , Marx era revalorizado. Pero solo como analista.

Como tantos marxólogos o ex-marxistas convertidos a Witgenstein, a Kant o Foucault, se pasó a separar Marx analista del Marx político. Aquel sería rescatado, para intentar prevenir las crisis del capitalismo, para entender fenómenos de productividad del trabajo, para calcular la tasa de explotación de la fuerza de trabajo. Pero el Marx político sería un desastre. Sus pronósticos tendrían resultados en quimeras revolución en el centro del capitalismo o en desastres la URSS.

Pero entonces, por qué Marx? ¿Por que fue elegido el mayor filósofo de todos los tiempos, en el país del apóstol fundador del liberalismo, John Locke, por un órgano conservador de prensa?

Porque la obra de Marx sigue siendo el instrumento fundamental para la comprensión del mundo contemporáneo, un siglo y medio después de ser escrita. Tantos que abandonaron el marxismo, lo sustituyeron ¿por cual visión del mundo? ¿Que grandes obras fueron producidas por esos refugios alternativos al marxismo superado ? ¿Cuáles son las visiones del mundo producidas por esos superadores del marxismo?

Mientras tanto, es en el marco de los análisis de Marx que se consigue comprensión del mundo contemporáneo, dominado cada vez más por la lógica del capital, de la mercancía, de las crisis cíclicas. Pero también por la lógica de la lucha de clases, cuando el capitalismo liberal reproduce de la forma más aguda las contradicciones entre propietarios del capital y la abrumadora mayoría de la humanidad, que vive de su trabajo. La hegemonía del capital financiero corrompe por dentro la capacidad del capitalismo de imponerse como fuerza civilizadora , contrapuesta a la barbarie plebeya de los proletarios.

El reconocimiento de Marx como el mayor filósofo de todos los tiempos solo reafirma con fuerza sus ideas y su método la dialéctica , como marcos insuperables de comprensión y de propuesta de transformación revolucionaria del mundo. La lectura de sus obras y su aplicación creadora siguen siendo los instrumentos esenciales de todos los revolucionarios. Sus palabras resuenan con más fuerza que nunca el nuevo siglo: ¡Proletarios de todos los países, uníos!

Traducido por Fernando Henríquez

Fuente: http://www.uruguaypiensa.org.uy/noticia_21_1.html Sigue leyendo

Uno de los pliegues de la erótica occidental. Freud y la Homosexualidad

Uno de los pliegues de la erótica occidental. Freud y la Homosexualidad

Patricia Garrido Elizalde [*]

“La lógica de un pensamiento (pensée) es el conjunto de crisis por las que atraviesa…”
Gilles Deleuze

[1]

“A mi juicio no debe dejarse al lector otra salida que la de su entrada, la cual yo prefiero difícil”
Jacques Lacan [2]

La vida sexual contemporánea se ve atravesada por dos asuntos capitales: la inocultable e indiscutible diversidad de sexualidades, esto es, aquellos comportamientos que están en la frontera de la sexualidad según las definiciones de los discursos dominantes; comportamientos que ponen en juego la intrínseca heterogeneidad del deseo. Y, por otra parte, el asunto de la Elección…

Estos dos ejes -la diversidad y la elección-, a veces como fantasmas, han estado en el centro de los debates sexuales por muchos años y generaciones, y han moldeado de ciertas maneras los diversos discursos en torno a lo sexual.

Quizá, lo más nuevo es que el caparazón de la certidumbre moral y presumiblemente científica, que controlaba la diversidad y delimitaba las elecciones están ahora resquebrajadas, de modo tal vez irreparable. Un discurso de la elección es un poderoso disolvente de certidumbres; socava la solidez de las narrativas tradicionales y trastoca las relaciones de dominio y subordinación.

En efecto, el significado de la sexualidad ha cambiado. Durante largo tiempo encerrado en la historia de la reproducción ahora flota en gran medida fuera de ella. De una manera compleja, sus significados se han ampliado.

Para una mayoría se ha vuelto polimorfa y plástica. Al menos en principio, las artes eróticas están abiertas para todos nosotros, ya sea por los miles de libros sobre los goces del sexo, por el floreciente crecimiento de las representaciones sexuales, o por una renovación del discurso en torno al cuerpo y sus placeres.

La sexualidad, entonces, con la multiplicación de sus íconos públicos y el debate abierto de sus prácticas privadas, así como, con las controversias sostenidas sobre la identidad y la fragilidad de los roles sexuales pautados de antemano, ha comenzado a desactivar tabúes culturales que han impedido conocerla y reconocerla.

Hechos, todos ellos, a los que en la historia de la sexualidad el psicoanálisis no es ajeno, ya sea porque se considere en una versión extendida que es él quien ha liberado a la sexualidad occidental, luego de que siglos de cristianismo le impusieran la represión [pensamos que en algo ha contribuido. ¿Cómo no ver, en principio, la tolerancia, luego las nuevas libertades que se han visto beneficiadas del bemol puesto por Freud sobre el concepto de “normalidad”?].

O bien, porque en esa misma historia -y desde otra perspectiva- el psicoanálisis para ciertos pensamientos ha servido de contrapunto, y éste es el caso de Michel Foucault quien en los años 70’s – y en sus últimos escritos- toma una posición distinta con respecto al psicoanálisis de aquella que habría establecido en su texto “Las Palabras y las Cosas” [3].

Para 1978, en su conferencia en Japón titulada “Sexualidad y Poder” [4] se explica sobre aquello que lo impulsó a emprender una historia de la sexualidad, y retoma, lo que ya había escrito en “La Voluntad del Saber” (1976). Donde de manera muy clara enuncia: hay dos grandes procedimientos para producir la verdad del sexo. Y es de lado de uno de estos dos procedimientos donde coloca al psicoanálisis.

“Por un lado, las sociedades – fueron numerosas: china, Japón, India, Roma, las sociedades árabes musulmanas- que se dotaron de un ars erótica. En el arte erótico la verdad es extraída del placer mismo, tomado como práctica y recogido como experiencia; el placer no es tomado en cuenta en relación con una ley absoluta de lo permitido y lo prohibido ni con un criterio de utilidad sino que, primero y ante todo en relación consigo mismo, debe ser conocido como placer, por lo tanto, según su intensidad, su calidad específica, su duración, sus reverberaciones en el alma y en el cuerpo. Más aún; ese saber debe ser revertido sobre la práctica sexual para trabajarla desde el interior y amplificar sus efectos”

“Así se constituye un saber tenido por secreto… Es pues, fundamental la relación con el maestro poseedor de los secretos, él, únicamente, puede trasmitirlos de manera esotérica y al término de una iniciación durante la cual guía, con un saber y una severidad sin fallas el avance de su discípulo. Los efectos de ese arte, deben transfigurar al que ahí se ejerce: dominio absoluto del cuerpo, goce único, olvido del tiempo y de los límites, elixir de larga vida, exilio de la muerte y de sus amenazas”[5]

Esta es una de las maneras de engendrar la verdad del sexo. El otro procedimiento de producción de la verdad del sexo es aquella de la confesión.

“Nuestra civilización -señala- a primera vista al menos, no posee ninguna ars erótica. Como desquite, es sin duda la única en practicar una scientia sexualis. O mejor, es haber desarrollado durante siglos, para decir la verdad del sexo, procedimientos que en lo esencial corresponden a una forma de saber rigurosamente opuesta al arte de las iniciaciones y el secreto magistral: se trata de la confesión”[6]

Scientia sexualis contra ars erótica, sin duda. En el arte erótico el maestro enseña, el discípulo se encuentra a la espera; en la ciencia, el maestro toma nota el discípulo se explaya. Respecto al placer, en el arte, resulta de una práctica con efectos predominantemente corporales-sexuales y en la ciencia de una práctica con efectos predominantemente discursivos-sexuales.

En el análisis de Foucault son múltiples las maneras en las que Freud es convocado; una de ellas es que frente a esta idea de que el fundador del psicoanálisis ha liberado la sexualidad occidental, Foucault toma distancia. Y aunque sus críticas al psicoanálisis nunca fueron frontales como en “La voluntad del Saber” éste, el psicoanálisis, no dejó de estar en el horizonte explícito de las mismas.

Pero no sólo Freud es convocado. Rajchman, a diferencia de Didier Eribon [7], considera que parte del espectacular efecto y la dificultad de los últimos libros de Foucault se desprenden de la singular importancia que el psicoanálisis había adquirido, en gran medida gracias a Jacques Lacan, en la filosofía contemporánea.

Sin duda, dos generaciones separadas por cerca de veinte años, formaron a Lacan y a Foucault, sin embargo, el pensamiento del primero no era ajeno a éste último, estas fueron algunas de sus opiniones:

Decía que las personas que se acercaban a Lacan lo hacían por el simple placer de leer o escuchar un discurso desprovisto de respaldo institucional aparente, y que si lo que escuchaban o leían resultaba difícil, lo era por un efecto voluntario, con la finalidad de que se “desarrollaran” y parece, que lo que llegó a admirar en Lacan fue esa dificultad que había encontrado en su propia búsqueda de un estilo nuevo. A su muerte, rindió homenaje con las siguientes palabras:

“Me parece que lo que constituye todo el interés y la fuerza de los análisis de Lacan es precisamente esto: Lacan fue el primero desde Freud en querer volver a centrar la cuestión del psicoanálisis en el problema de las relaciones entre el sujeto y la verdad… intentó plantear una cuestión que desde el punto de vista histórico es propiamente “espiritual”: La del precio que el sujeto debe pagar por decir la verdad, y la del efecto que tiene en el sujeto la posibilidad de decir la verdad sobre sí mismo”[8]

No obstante, en la conferencia dada en Japón, Freud es abordado por una especie de rodeo o por una inversión y por esa vía Foucault termina refutando una de las pretensiones fundamentales de un cierto psicoanálisis.

En principio, es preciso entender que para estos tiempos (1978) y en sus últimos escritos, la sexualidad sólo le interesaba a Foucault en la medida que le permitían elaborar el estudio de los procesos de subjetivación, es decir, la sexualidad como dimensión de la experiencia en la estructuración ética de un sujeto y que el sujeto ético del que trata, es anterior al Homo psicologicus, ya sea en su versión cristiana de sujeto de exégesis que debe examinar el origen de sus representaciones para distinguir en ellas las huellas de deseos sospechosos; Ya sea en su versión moderna de objeto de las ciencias humanas.

Para Foucault si la sexualidad se constituyó como un dominio susceptible de conocimiento es a partir de relaciones de poder que a ésta se le instituyó como objeto posible… La sexualidad será pues “el nombre que se le puede dar a un dispositivo histórico: no la realidad sobre la cual uno ejercería aprehensiones difíciles, sino una gran superficie en rosario donde la estimulación de los cuerpos, la intensificaciones de placeres, la incitación al discurso, la formación de conocimientos, el reforzamientos de controles y resistencias, se encadenan unas con las otras, según grandes estrategias de saber y de poder” Desde hace ya algunos siglos una cierta inclinación nos ha conducido a platear en el sexo la cuestión de lo que somos. Esto quiere decir, que Foucault plantea que la creación de la sexualidad y el sexo no es más que la estrategia puesta en obra del esfuerzo más fundamental por controlar la definición del hombre mismo. De ahí que en la obra de Foucault hay una tendencia a generalizar la historia de la sexualidad para hacer con ello una “genealogía del sujeto en las sociedades occidentales”.

Ahora bien, en esta conferencia ¿qué es lo que le reprocha decididamente al psicoanálisis? Le reprocha el que continúe postulándose como trabajo de conocimiento; conocimiento cuyo tema privilegiado es lo sexual. Pero la sexualidad -nos dice- nunca interviene (ni en las artes de vivir ni en las técnicas de sí) como una superficie de objetivación de la que se puede deducir conocimientos sólidos sobre el sujeto. La sexualidad no es necesariamente una clave científica de acceso al sujeto, o mejor dicho, lo es efectivamente, pero sólo debido a una síntesis histórica precaria, reciente.

“Freud, dice, parte del hecho de que la histeria es caracterizada como un fenómeno de olvido, de desconocimiento masivo de sí mismo por el sujeto” prosigue ” Freud ha mostrado que el sujeto no se desconoce a sí mismo en su generalidad de sujeto [lo que con Lacan podemos leer que el sujeto no queda excluido, es decir, representado por un significante, con lo cual queda anulado uno de los puntales básicos del psicoanálisis lacaniano, aquel que dice: un significante es lo que representa al sujeto para otro significante] sino más localmente en su deseo, en su sexualidad”[9]

Es aquí donde el psicoanálisis queda refutado, pues al partir Foucault, de “un fenómeno que es casi inverso”[10], al partir de un súper – saber, de un exceso del saber, que es lo que caracteriza a occidente en su scientia sexualis sólo basta con aislar “esa gran economía de la superproducción del saber crítico en cuanto a la sexualidad” para que se plantee la cuestión de saber si el psicoanálisis no forma parte de ella. Pues según Foucault, su estatuto científico, o su reivindicación o su propensión a ser científico no lo pone a cubierto de su observación localizadora puesto que es desde el comienzo mismo de ese súper – saber con respecto a lo sexual que se reivindica su carácter científico. (No es el caso aquí, pero con Freud y con Lacan se podría abrir una discusión sobre “la cientificidad” y en particular la del psicoanálisis. Por otro lado, también se podría abrir una discusión sobre si el psicoanálisis pertenece al rubro de las “sexologías” ¿de cuál psicoanálisis, entonces, se está hablando?)

Por otra parte, al establecer Foucault una rigurosa continuidad entre “la codificación jurídico moral” del cristianismo y el psicoanálisis como estadio último del “poder de la verdad” ejercido sobre los cuerpos y los placeres, al que llama poder pastoral, nuestro autor además de destapar una feroz crítica al psicoanálisis (sin duda en su versión más estrecha y gracias a una cierta supresión de Freud en la historia del movimiento psicoanalítico ) hace de él una práctica pastoral-confesional.

La confesión -nos dice Foucault- fue y sigue siendo hoy “la matriz general que rige la producción del discurso verídico sobre el sexo”, cito:

“La pastoral cristiana trajo consigo toda una serie de técnicas y de procedimientos que conciernen a la verdad y a la producción de la verdad […] El pastor cristiano […] debe saber, por supuesto, todo lo que hacen sus “ovejas”. Pero también debe conocer desde el interior lo que pasa en el alma, en el corazón, en lo más profundo de los secretos del individuo” [11].

Con Pascal Quignard (en “El Sexo y el Espanto”[12]) sabemos ahora que la represión de la sexualidad no es debida al cristianismo. Era algo dado en el momento en que Roma se vuelve cristiana. Lo que trae de nuevo el cristianismo, es la pastoral. Y eso es lo que nos muestra Foucault. El cristianismo lo toma de la sociedad hebraica: David, primer rey de Israel, recibe de manos de Dios la tarea de convertirse en el pastor de su pueblo.[13]

Jean Allouch[14], nos dice que actualmente hay indicios que ponen de relieve la insistencia de algo así como el psicoanalista buen pastor. Y añade, que Lacan ya había advertido ese deslizamiento que debió terminar diciendo que el psicoanalista “descarita” (neologismo que juega con la palabra chariter: ejercer la caridad”). Seguir la indicación de esa “descarita” -manifiesta- es situarse en un lugar distinto a aquél en el cual Foucault sujetó al psicoanálisis.

¿Qué es seguir la indicación de esa descarita? Sino una curiosa dificultad ética. El psicoanálisis -y más claramente Lacan quien como Freud tuvo una gran preocupación por los asuntos de la ética- el psicoanálisis, decía, no se funda en la concepción idealizadora del amor o de la amistad, tal como se ha entendido tradicionalmente. La novedad o lo distintivo es que la pasión (transferencia) que une al analista con el analizante en el difícil trabajo del análisis, difiere de la de los philoi[15], los amigos de la edad antigua, y también del amor cristiano por el prójimo[16]. El análisis no es ni Eros ni ágape; No es cuestión de sabiduría ni de altruismo, el analista “no es un buen samaritano”.

Y el psicoanálisis ¿habría liberado a las ovejas? ¿0 con nuevos procedimiento ha prolongado la sujeción? En numerosos textos Jean Allouch nos advierte y acordamos con él, que hay un psicoanálisis que ha contribuido al discurso de la bio -norma; hay un psicoanálisis adaptativo cuya versión más reducida duramente criticó Lacan, y al que se resistió sin tregua.

Y el mismo Allouch nos señala que habrá sido necesario que ese psicoanálisis adaptativo hiciera su contribución al discurso de la bio -norma hasta un punto suficientemente extremo para que el deseo de liberación, para que la “resistencia” tuviera a partir de allí su lugar en otra parte, en otro campo que en el campo freudiano. Y este es el lugar que destacó para los gay and lesbian studies.

* * *

¿La homosexualidad? He aquí un asunto que corresponde efectivamente a las interrogaciones de nuestra época. Interrogante de actualidad, pero detrás del enorme interés suscitado por la entrada en escena de las “minorías sexuales” y a pesar de una abundante literatura política, histórica, sociológica es preciso observar la relativa indigencia de publicaciones psicoanalíticas en la materia.

Con frecuencia nos encontramos citados los textos canónicos de Freud: La joven homosexual, un recuerdo de infancia de Leonardo da Vinci, los tres ensayos sobre una teoría sexual o aquel, de Lacan, sobre la Juventud de Gide.

Se han publicado un pequeño número de artículos de calidad aunque la mayor parte de ellos son exegéticos. Y a pesar de lo palpitante del tema, el estudio de los resortes de la identidad sexual y de la elección de objeto es limitada. Y qué decir del montón de analistas -entre los contemporáneos- que aún reducen la homosexualidad a una vertiente perversa, obscureciendo más que dando luces con ideas nuevas sobre un asunto viejo. Aún queda mucho trabajo por hacer.

Para abrir problemáticas a manera de conclusión, quiero reproducir una carta de Freud publicada en 1951, en el American Journal of Psychiatry[17], que puede darnos una idea de su posición frente a la homosexualidad.

Esta es una carta que dirige, en 1935, a una madre americana angustiada y perturbada por la homosexualidad del hijo. Lo que la carta dice es que en realidad ella no tiene motivos para perturbarse. Y, menos aún, de lo que piensa para sentirse angustiada:

“Deduzco -dice Freud- que su hijo es homosexual. Me impresiona mucho el hecho de que usted no menciona esta palabra en su información sobre él. ¿Puedo preguntarle por qué evita el uso de ese término? La homosexualidad no es una ventaja, pero tampoco es algo de lo que uno deba avergonzarse, un vicio o una degradación; ni puede clasificarse como una enfermedad. Nosotros lo consideramos una variante de la función sexual, producto de una detención en el desarrollo sexual.”

Y continúa:

“Muchos individuos altamente respetables, de tiempos antiguos y modernos, entre ellos varios de los mayores. (Platón, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci.) fueron homosexuales. Es una gran injusticia perseguir la homosexualidad como un crimen y es también una crueldad. Si usted no me cree a mí lea los libros de Havelock Ellis. Usted me pregunta si puedo ayudarle, debo suponer que lo que usted me pregunta es si puedo abolir la homosexualidad y hacer ocupar su lugar por la heterosexualidad. La respuesta en términos generales es que no podemos prometer semejante éxito. En cierto número de casos conseguimos desarrollar los marchitos gérmenes de heterosexualidad presente siempre en todo homosexual, pero en la mayor parte de los casos eso ya no es posible. Ello depende de la cualidad y de la edad de los individuos. No es posible predecir cuál será el resultado del tratamiento.

Lo que el psicoanálisis puede hacer por su hijo ya es cosa diferente. Si es desdichado, neurótico, si vive desgarrado por sus conflictos, inhibiciones en su vida social, el análisis puede traerle armonía, tranquilidad mental, completa eficiencia, ya sea que siga siendo homosexual o cambie. Si usted se decide a ello, ¡él podrá analizarse conmigo! ¡no creo que usted lo haga! Tendría que venir a Viena. No tengo intención alguna de salir de aquí. No deje, sin embargo, de contestarme al respecto.

Sinceramente suyo y con los mejores deseos.

S. Freud.

Todo lo que dice en la carta sobre la homosexualidad habría sido objeto de su convicción por cerca de 30 años. En sus intervenciones públicas (la entrevista al periódico de Viena, DIET SEIT, 1903) como privadas (en las reuniones de la Asociación Psicoanalítica Internacional), en síntesis dice lo mismo, en estas últimas sostenía “que no había buenas razones para que a los homosexuales se les rechazara la solicitud como aspirantes a psicoanalistas”

Resumiendo: La homosexualidad no es una ventaja. Tampoco es una enfermedad. No debería ser perseguida como un crimen ni considerada como una desgracia. Ningún homosexual necesita ser tratado psicoanalíticamente, a no ser que también y de manera absolutamente incidental, sea un neurótico.

Lo que no quiere decir, por supuesto, que este punto de vista fuera compartido por sus compañeros analistas, aunque ninguno en vida de Freud y hasta donde se sabe, lo haya rechazado o confesado explícitamente.

Sin embargo, se sabe también que fue en América el lugar mismo donde floreció ese adaptativo psicoanálisis del yo -que terminara por reducir el psicoanálisis a casi nada en los lugares mismos donde se pretendía ejercerlo- donde la posición de Freud fue menos aceptada o quizá más resistida. Ya desde el comienzo del trasplante del psicoanálisis a estas costas, los analistas americanos tendieron a considerar la homosexualidad con desaprobación y en realidad quisieron desembarazarse de ella para siempre, el concepto creado de “minorías sexuales” que aparece en estas tierras, que aunque viniendo del campo de la sociología o de la política ¿no es en sí mismo un señuelo?

Allouch marca que justo ahí mismo donde desaparecía el psicoanálisis -y con cierta simultaneidad – apareció ese nuevo campo llamado de los gay and lesbian studies. Mientras un campo casi deja el escenario, el otro hace su entrada.

Ya en 1916, un analista neoyorquino, fundador de Psychoanalytic Review, declaró[18] que “instrucción individual” y “educación” deberían controlar la tendencia “homogénica” y dirigirla a una “normal” y “bien adaptada vida sexual” para que así no exista la homosexualidad…

La declaración típicamente americana, ha dominado el pensamiento psicoanalítico desde entonces en ese país. Posición que Freud conocía, despreciaba y se oponía; bástenos una muestra con lo que aparece en esa nutrida correspondencia que tuvo con el psicoanalista americano, James Jackson Putman de Harvard[19], en la que existía por parte de Freud un esfuerzo prolongado por conseguir que depusiera el moralismo y por parte de Putman un prolongado rechazo.

Freud burlándose de la retórica cristiana que yacía bajo la superficie de la carta de Putman, le dice:

“Parece que usted hace aparecer el psicoanálisis más noble y más hermoso; en sus ropas domingueras escasamente reconozco a la empelada que se desempeña en los quehaceres domésticos de mi casa”

Y en una de sus últimas cartas, en la que Freud encara de manera más directa el moralismo de Putman le dice:

“La moral sexual tal como la define la sociedad – y como caso extremo la sociedad americana – me parece muy despreciable. Me identifico con una vida sexual mucho más libre”

Esta es pues, la posición de Freud. Sin duda, con este testimonio de la correspondencia así como, con la carta enviada a la madre americana, podemos dar cuenta de lo lejos que Freud estaba de este pensamiento que compartían la mayoría de los analistas en América en esa época.

En esa carta uno puede leer una intención de Freud .que no se reduce a una actitud “bondadosa” dirigida a una madre angustiada, es una carta dirigida a los americanos, contra el moralismo y el abuso que hacían del psicoanálisis.

¿Abuso? Sí, Putman y Jeliffe habrían dado prueba suficiente de ello, Uno pensaba que “debía -Subrayo- infundir a sus pacientes su propia visión ética”, de la que consideraba que Freud carecía. Jeliffe por su parte, pensaba “que el sentimiento homosexual se debería – subrayo- controlar a través de la instrucción y de la educación y reformarlo en pro de una sexualidad normal y bien adaptada”

Por otra parte, Freud no era ajeno al movimiento de emancipación de los homosexuales generado en Alemania, a finales del siglo XIX. No, no solamente no era ajeno, podríamos decir que hasta llevaba la punta, la delantera en su controversia con ellos.

El movimiento se fundó básicamente en Alemania. Su creador fue un abogado de Hannover llamado Karl Heinrich Ulrichs cuyo pensamiento sobre los homosexuales versaba sobre las ideas de que, los homosexuales constituían un “tercer sexo” y que se trataba de un “cuerpo masculino” poseído por un “alma femenina”.

El primer gran líder del movimiento y sucesor de Ulrichs , fue Magnus Hirschfeld (1868-1935) , médico judío de Berlín miembro de un grupo de presión e investigador clínico, que como publicista y como organizador había trabajado durante mucho tiempo y sin descanso en favor de la derogación de las leyes que penalizan la homosexualidad y por el reconocimiento de su extensa incidencia.

Hirschfeld como Ulrichs, también pensó a los homosexuales como un grupo biológica y psíquicamente distintos y los llamó “intermedios sexuales” .

Se sabe que Freud no tuvo ningún desagrado en respaldar los objetivos de reforma de la ley por parte del movimiento. Pero decididamente rechazaba sus propuestas teóricas para explicarse la homosexualidad. Discrepó de la teoría del “tercer sexo” y de la idea de los “intermedios sexuales”.

Tanto “En tres ensayos de teoría sexual. (1905) así como, en el texto de Leonardo da Vinci (1910), se refiere a la línea del movimiento, en el primero, crítica directamente a Ulrichs y descarta de tajo la noción de un “cerebro femenino en un cuerpo masculino” le llamó a éste “el portavoz de los varones invertidos”.

En el segundo, en el texto sobre Leonardo, nos dice

Los varones homosexuales que en nuestros días han emprendido una enérgica acción contra la limitación legal de sus prácticas gustan de presentarse, por la boca de sus portavoces teóricos , como una variedad sexual distinta desde el comienzo, como un grado sexual intermedio, “un tercer sexo”.

Y para la edición de 1919 de ese mismo texto añadió con una fuerte crítica que .”… los representantes de los homosexuales en la ciencia no atinen a aprender nada de las certificadas averiguaciones del psicoanálisis” lo que repite casi con las mismas palabras en 1917 en sus “Lecciones de Introducción al Psicoanálisis”.

El pensamiento de Freud mostraba que todo el mundo era capaz de “hacer una elección de objeto homosexual” y que todos “de hecho hacían una en su inconsciente y que además .. voy as citar de los “tres ensayos de teoría sexual”

“Los sentimientos libidinosos en vinculación con personas del mismo sexo, no desempeñan escaso papel como factores de la vida sexual, y ese papel es mayor que el de los dirigidos al sexo opuesto en cuanto motores de contracción de neurosis”

Con estos planteamientos, Freud, difícilmente podría aceptar que los homosexuales fueran “una especie sexual diferente ” o una “variedad especial de la especie humana” . Por el contrario, sostenía que toda la gente era psicológicamente como los llamados homosexuales.

Como verán en los años de turbulencias generados por el inicio de los movimientos de .emancipación homosexual, los pronunciamientos de Freud no estaban en acuerdo con las posiciones de sus colegas en América, pero tampoco, acordaba con los teóricos del movimiento a quienes la discusión de Freud no les interesaba, ellos libraban una campaña política.

Quiero destacar aquí, el hecho de que términos tales como “tercer sexo” o “intermedios sexuales” hacen cierta consonancia con términos que actualmente se sostienen, al referirse a la homosexualidad como “Minorías sexuales” como se dice de los negros, judíos, mexicanos etc., reforzando una posición dogmática de los grupos homosexuales, pero también reforzando la pertenencia a un grupo, sin pensarse raro y vulnerable, y probablemente orgulloso. Volveré a este asunto.

En los años 40s, recuerden que Freud muere en el 39, Sandor Rado otro psicoanalista neoyorkino, publicó en una serie de artículos – leamos esta piezas de antigüedad-

“que la pareja hombre-mujer era saludable, que era sobre todo el “modelo standard” y que la homosexualidad era una enfermedad basada en el miedo a la mujer, y que muy a menudo podía curarse por la vía de psicoanálisis.”

Hubo más radicales, en 1962, Bieber, publicó, que en tanto su propósito era establecer la homosexualidad como una enfermedad, le interesaba, entonces, llegar a comprender la etiología de la misma, y así, argumentó que ésta, derivaba de cierta clase de mala situación familiar: Una madre dominante y un padre frío.

El extremo quizá. Lo representa Charles Socarides, quien en una serie de artículos en los años sesentas, publicó que la homosexualidad no sólo era una enfermedad, sino una severa enfermedad acompañada frecuentemente de manifestaciones psicóticas o de oscilaciones maníaco depresivas. Mientras la pareja heterosexual podía conducir hacía “la cooperación, el consuelo, la estimulación, el enriquecimiento, la competencia sana y logros” la pareja homosexual, sólo podría brindar “destrucción, rechazo mutuo, explotación del compañero y de sí mismo, incorporación oral-sádica, ataques agresivos, esfuerzos para aliviar la ansiedad y una seudo solución a las urgencias agresivas libidinales que dominan y atormentan al individuo”, Planteaba que también era posible la cura.

Es hasta 1973 que la American Psychiatric Association, saca a la homosexualidad de la listas de enfermedades donde la habría colocado desde 1952. No sin jugarse, de manera intensa, una controversia entre psicoanalistas –los que estaban a favor y los que estaban en contra–, así como la fortificación y expansión del movimiento de liberación gay que luchó para conseguir su anulación.

Al anunciar esta anulación, el presidente de la Association exclamó que “esperaba que el resultado fuera un clima más satisfactorio de opinión para la minoría homosexual en nuestro país”,

Observemos, nuevamente, el término de minoría, puesto que, de cara al psicoanálisis se vuelve a colocar el asunto donde había comenzado. Y donde Freud, ya había discutido.

El mismo movimiento de liberación Gay se reivindicaba como: una minoría, “un grupo de una naturaleza especial”.

Pero no sólo ellos , los psicoanalistas que estaban a favor de esta anulación, también lo compartían, entre los más influyentes se encuentran Judd Marmor y Robert Stoller .

¿Qué decían, estos autores?

Que la homosexualidad no era una enfermedad, y la describían a su vez como la orientación sexual de una minoría , y aunque con tacto, rechazaban la idea de Freud, que insistió en decir que los homosexuales no eran “excepciones” y que el psicoanálisis se oponía decididamente a separarlos “del resto de la humanidad como un grupo de carácter especial” “de ser así, habría que rechazar y reprimir la teoría psicoanalítica de la sexualidad”, rechazaban también, ese punto teórico crucial, la idea de que la sexualidad de todos era en gran parte homosexual.

Destaco aquí el decir de Stoller, por la trascendencia de sus estudios, años después sobre la temática “Sex and gender”[20]:

“Al adherirnos a la idea de Freud, -dice- nunca podíamos tener claros los fundamentos para decir de cualquiera que no era homosexual y eso sería problemático” Y proponía volver a una definición menos complicada de la homosexualidad y pensarla como del dominio exclusivo de los homosexuales, “como el estado en el cual las prácticas sexuales son realizadas preferentemente, en la fantasía consciente o en la realidad, con una persona del mismo sexo”

Es decir, sostenían a la homosexualidad como asunto de una minoría, pero al igual que otras minorías tenían el derecho de verse libres de estigmas de los cuales la psiquiatría oficial los había ubicado injustamente, no eran enfermos.

Así Freud, y su pensamiento, salían de la Jugada. Una supresión de Freud en la que contribuyó ampliamente la teoría psicoanalítica tal como ha sido elaborado en los Estados Unidos .

Retomo entonces, el decir que, en América donde el psicoanálisis desaparece, los Gays and lesbians studies, hacen su entrada.

Leo Bersani, uno de los representantes teóricos de este campo de estudio, nos dice:

“El psicoanálisis, no era un lugar al que Foucault se hubiera dirigido para encontrar nuevos modos de relación…..a pesar de todo, ese pensamiento sigue siendo indispensable, no sólo porque nos recuerda, los peligros anexos a la pastoralización de cualquier forma de relación sexual, sino porque también apunta -con titubeos y hasta de mala gana- a una sociabilidad que ya no está regida por la inevitable agresividad que acompaña a lo que Lacan ha analizado como la demanda imposible e intratable del sujeto de una relación sexual.

En Freud hay una cierta reflexión sobre lo sexual que abre el camino a una disolución de lo sexual en esa relación imposible y de este modo alienta reconfiguraciones de lo social mucho más radicales que esos intentos contemporáneos queers de presentar como revolucionarias, como gravemente amenazantes para el orden social dominantes “innovaciones”, inocuas y familiares como el matrimonio gay, el sexo público o instituciones de caridad que han surgido en respuesta a la epidemia de sida. Nada de lo que hemos imaginado hasta ahora, traiciona suficientemente las normas relacionales por las que gran parte de la humanidad sigue siendo oprimida. Si bien el psicoanálisis ha estado sin duda al servicio de esas normas con su insistencia en la sexualidad normativa, desde sus comienzos ha sido subversivo de los dogmas , gracias a lo cual se convirtió, en una institución social respetable”.

BIBLIOGRAFÍA
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Quignard, Pascal; Le sex et le effroi. Edition Folio, Gallimard, París, 1994

Rajchman, John; Lacan, Foucault y la cuestión de la Ética. Ed. Epeele. México, 2001.

Notas

[1]Gilles Deleuze; en Conversaciones. Pre-textos, Valencia, 1999, p. 136-137

[2]Jacques Lacan; Escritos, Ed. Siglo XXI, T. I, México, 1971, p. 473

[3]Michel Foucault, Siglo XXI, editores. México, 1966

[4]M. Foucault, Dits et Ecrits, París, Gallimard T. III,1994, p. 552-570

[5]M. Foucault, Historia de la Sexualidad, 1° La voluntad del Saber; ED. Siglo XXI, 1977, p.72

[6]Ibíd. P.73

[7]Entrevista que realizó el periódico Reforma y que apareció en el suplemento el “El ángel”. A propósito de la reciente aparición en español de su libro “Reflexiones sobre la cuestión Gay”, México el 8 de julio de 2001.

[8]Citado por Jacques Lagrange; “Versions de la psychanalyse dans le texte de Foucault”, Psychanalyse a la Université, París, abril 1987, p. 279.

[9]M. Foucault, dits et Ecrits, op. cit. 553

[10] J, Allouch, “Pour introduire le sexe du maître”, L’a opacité sexulle. Le sexe du maître. Rev. L’unebévue, N° 11, París, E.P.E.L., otoño, 1998. p. 76

[11]M. Foucault, “Sexualidad y Poder”, Dits et Ecrits, tomo III; pág. 560

[12]P. Quignard; Le sex et le effroi, París, Gallimard Folio, 1994.

[13] M. Foucault, op.cit. p.560

[14]J, Allouch, “Pour introduire le sexe du maître”, L’a opacité sexulle. Le sexe du maître. Rev. L’unebévue, N° 11, París, E.P.E.L., otoño, 1998. p. 77

[15]El analista jamás supone lo que es bueno para el otro. Se distinguirá de la philias y de la caritas. Pues la philia es el amor que une a los hombres en el saber sobre el bien común que todos tenemos y la caritas implica el saber sobre la salvación y la gracia. El psicoanálisis no tiene como fundamentos estas partes ideales de nosotros mismos gracias a las cuales podemos dominar nuestro destino o alcanzar nuestra salvación. Para la philias, cf Aristóteles, en la Ética nicomaquea, Ed. Porrúa, México. 19

[16]Lacan señala que Freud rehuía con horror el mandamiento “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Freud, también decía que no era lo suficientemente sádico para basar su tratamiento en la compasión por el sufrimiento de su paciente. Cf. Sigmund Freud, en “El malestar en la Cultura”. Obras completas, Amorrortu T. XXI, B. A.1976

[17]American Journal of psychiatry, abril de 1951. p.786

[18] Citado por Nathan Hale, Freud and the Americans: The beginning of psychoanalysis in the United States 1876-1971, New York, University Press, 1971, p. 339

[19]James Jackson Putman and Psychoanalysis. N. Hale, editor. Cambridge, Mass., Harvard.
University Press, 1971, pp. 91, 130

[20]Stoller, R.J.; en “Sex and Gender”, Vol. 1, Hogarth Press USA. 1968. P. 142-144

[*] Psicoanalista. Miembro de la École Lacanienne de Psychanalyse. Psicoanalista. Miembro de L’école Lacanienne de Psychanalyse. Habita en México. Doctorado en Psicología Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de México. Realiza un recorrido minucioso por los textos de Jacques Lacan a propósito del cuerpo y sostiene un seminario sobre esta temática en la Alianza Francesa San Ángel, en Ciudad de México desde el año 2003. Se ha interesado particularmente por la subjetividad de quienes están aquejados por las problemáticas llamadas autoinmunes. En su interés por los asuntos del cuerpo sus expresiones y sus figuras, conjunta el psicoanálisis y las matemáticas a través de su contacto con rela topología. Una versión recortada de este texto fue presentado en la jornada con Leo Bersani “La sociabilidad y el ligue”, Psicoanálisis y sexualidad Gay. Abril 2001. El presente artículo ha sido publicado originalmente en el sitio web de la Revista Carta Psicoanalítica. http://cartapsi.org/

Fuente: http://www.psikeba.com.ar/articulos/PG_homosexualidad.htm Sigue leyendo

Poesía. Un poema de Charles Bukowski

Charles Bukowsi

POESÍA

se
necesita
mucha

desesperación

insatisfacción

y
desilusión

para
escribir

unos
cuantos
poemas
buenos.

no está
al alcance
de todos

ni

escribirla

ni

leerla
siquiera.

Poemas de la última noche de la tierra, 1992. Traducción de Juan Vázquez.

POETRY

it
takes
a lot of

desperation

dissatisfaction

and
disillusion

to
write

a
few
good
poems.

it’s not
for
everybody

either to

write
it

or even to

read
it.

The Last Night of the Earth Poems, 1992.

Fuente: http://poeticas.es/?p=756 Sigue leyendo

‘Quisiera ser millonario’, ¡extraordinaria!…

‘Quisiera ser millonario’, ¡extraordinaria!…

Por: Andrés Bermea

Hay películas que son de excepción, que se ven muy de vez en cuando, Quisiera ser millonario (Slumdog millionaire) es una de ellas. Para nada es gratuito que haya recibido tantos premios y sea una de las favoritas para quedarse este domingo 22 con el Oscar de la Academia a Mejor Película del Año.

¿Por qué es tan buena? Porque parte acertadamente de donde toda cinta debe arrancar, de los personajes, y es ahí donde se finca el eje de esta película, de la detallada, espléndida construcción y desarrollo de sus personajes a quienes llegamos a conocer íntimamente; la historia que vemos en la pantalla es el resultado de cómo se desempeñan en la vida dichos personajes. ¿Qué tiene de bueno? Una historia muy humana maravillosamente contada, que va del humor a la crudeza más dolorosa; de la sorpresa al suspenso; del horror a la ilusión. El guión es impecable, toma varios años en la vida de Jamal Malik (Dev Patel), su hermano Salim y de una chica llamada Latika y a los que vemos en tres momentos diferentes de su vida. La ubicación es en Mumbai (antes Bombay) India; la historia inicia en los barrios más miserables y conflictivos de la ciudad, plagados de pobreza, crimen, analfabetismo, y en donde, más que vivir, se sobrevive por la ley del más fuerte, del más astuto, del más mentiroso.

Ya mayor, Jamal tiene un motivo personal que lo lleva a participar en la versión india del exitoso concurso de la televisión ¿Quién quiere ser millonario? (surgido originalmente en septiembre de 1998 en la televisión del Reino Unido y producido actualmente en 55 países). Ante el asombro y la incredulidad de todos, el joven está a punto de lograr lo que nadie, llevarse el premio de 20 millones de rupias (la unidad monetaria de la India), y ante lo insospechado, que ‘un perro callejero’ (ésa sería más o menos la traducción al ‘slumdog’ del título original) haya podido dar respuesta correcta a cada una de las preguntas y que lo puso en la antesala del premio mayor, todo eso sólo significa una cosa para el conductor del programa: Jamal tuvo que haber hecho trampa, por lo que es detenido por la Policía y torturado brutalmente para que explique cómo burló a la producción del programa. Pero si Jamal tuvo una respuesta a cada pregunta del concurso, la tiene también para los acusadores y explica cómo la más grande y antigua de las universidades, la de la vida, le dio los conocimientos que le permitieron responder hasta este momento.

Pero Quisiera ser millonario es muchísimo más que eso, y este pequeño espacio no me alcanza para hablar ni un poquito de todas las caras que presenta este diamante genuino. Pues si por una parte vemos cómo se va desenlazando la vida del joven concursante, vemos también paralelamente lo que sucede con su hermano y con Latika (Freida Pinto), su amiga de la infancia. 111 A pesar de que el guión salta continuamente en el tiempo y en los espacios, nunca nos perdemos en el contexto general. De la dirección de Danny Boyle (Millonarios, Exterminio, Trainspotting) basta decir una sola cosa: ¡Magistral! Es un experto malabarista que echa a volar todos los elementos, los pone en movimiento, en equilibrio y sin que ninguno caiga. Para más de uno la historia final puede resultar demasiado fantástica y es que se cometería un error al tomarla literalmente. De lo que se trata finalmente es de la aspiración de un hombre, del amor. Es triunfalista e inspiradora. Tiene lo que le faltó a Rudo y Cursi, pues mientras la nacional sigue viendo al mexicano como patético y perdedor, ésta abre la opción de triunfo aun para el más pobre ‘perro callejero’.

Fuente: http://www.milenio.com/node/171344 Sigue leyendo

Canción del automóvil. Filippo Tomasso Marinetti

Canción del automóvil

Futuristas italianos

Filippo Tomasso Marinetti

Canción del automóvil

¡Dios vehemente de una raza de acero,

automóvil ebrio de espacio,

que piafas de angustia, con el freno en los dientes estridentes!

¡Oh formidable monstruo japonés de ojos de fragua,

nutrido de llamas y aceites minerales,

hambriento de horizontes y presas siderales

tu corazón se expande en su taf-taf diabólico

y tus recios pneumáticos se hinchen para las danzas

que bailen por las blancas carreteras del mundo.

Suelto, por fin, tus bridas metálicas.., ¡Te lanzas

con embriaguez el Infinito liberador!

Al estrépito de¡ aullar de tu voz…

he aquí que el Sol poniente va Imitando

tu andar veloz, acelerando su palpitación

sanguinolento a ras del horizonte…

¡Míralo galopar al fondo de los bosques!…

¡¡Qué importa, hermoso Demonio!

A tu merced me encuentro… ¡Tómame

Sobre la tierra ensordecido a pesar de todos sus ecos,

bajo el cielo que ciega a pesar de sus astros de oro,

camino exasperando mi fiebre y mi deseo,

con el puñal del frío en pleno rostro.

De vez en vez alzo mi cuerpo

para sentir en mi cuello, que tiembla

la presión de los brazos helados

y aterciopelados del viento.

¡Son tus brazos encantadores y lejanos que me atraen!

Este viento es tu aliento devorante,

¡insondable Infinito que me absorbes con gozo…

¡Ah! los negros molinos desmanganillados

parece de pronto

que, sobre sus aspas de tela emballenada

emprenden una loca carrera

como sobre unas piernas desmesurados…

He aquí que las Montañas se aprestan a lanzar

sobre mi fuga capas de frescor soñoliento…

¡Allá! ¡Allá! ¡mirad! ¡en ese recodo siniestro!…

¡Oh Montañas, Rebaño monstruoso, Mammuths

que trotáis pesadamente, arqueando los lomos Inmensos,

ya desfilasteis… ya estáis ahogadas

en la madeja de las brumas!…

Y vagamente escucho

el estruendo rechinante producido en las carreteras

por vuestras Piernas colosales de las botas de siete leguas…

¡Montañas de las frescas capas de cielo!…

¡Bellos ríos que respiráis al claro de luna!…

¡Llanuras tenebrosas Yo os paso el gran galope

de este monstruo enloquecido… Estrellas, Estrellas mías,

¿oís sus pasos, el estrépito de sus ladridos

y el estertor sin fin de sus pulmones de cobre?

¡Acepto con Vosotras la opuesta,… Estrellas mías …

¡Más pronto!… ¡Todavía más pronto

¡Sin una tregua¡ ¡Sin ningún reposo

¡Soltad los frenos!… ¡Qué! ¿no podéis?…

¡Rompedlos!… ¡Pronto!

¡Que el pulso del motor centuplique su impulso!

iHurral ¡no más contacto con nuestra tierra inmunda

¡Por fin me aparto de ella y vuelo serenamente

por la escintilante plenitud

de los Astros que tiemblan en su gran lecho azul.

Fuente: http://ar.geocities.com/vanguardiasliterarias/poemasfuturismo.htm Sigue leyendo

Marinetti y el manifiesto futurista. 100 años después.

EL MANIFIESTO FUTURISTA (1909)[1]

marinetti

Filippo Tommasso Marinetti, fundador del movimiento cultural conocido “futurismo”, nació en Alejandría (Egipto) el 22 de diciembre de 1876; y murió de un ataque cardíaco en Bellagio, Como, el 2 de diciembre de 1944.

Después de haberse doctorado en las carreras de Letras en París y de Jurisprudencia en Génova, publicó sus primeros libros. En Milán, en 1905, y con la colaboración de Sem Benelli, fundó la revista Poesía a cuyo éxito contribuyeron Jean Cocteau, Miguel de Unamuno, William Butler Yeats, Gian Pietro Lucini, Giovanni Pascoli, Trilussa –seudónimo de Carlos Alberto Salustri –, Aldo Palazzeschi, Corrado Govoni, Ada Negri y Biagio Marin.

En 1909 publica en el periódico francés Le Figaro el Manifiesto futurista cuya traducción ofrecemos a continuación.

De amplia actuación en el movimiento político fascista, participa en varias manifestaciones belicistas, y en 1935 parte para la guerra de Etiopía, y más tarde (1942) pelea en el frente ruso. Caído el régimen fascista en 1943, Marinetti adhiere a la República Social Italiana creada por Mussolini en septiembre del mismo año.

El movimiento futurista por él fundado, responde a la actitud desdeñosa y aristocrática de los intelectuales de vanguardia en relación con las realidades comunes y con los valores clásicos y tradicionales. Busca la originalidad, el irracionalismo, la exaltación de la euforia por los momentos fugaces y la exaltación de la tecnología.

A través de veladas poéticas de encuentro con el público, y de revistas como Lacerba, los futuristas difunden sus ideas, en las que exaltan sentimientos ultra nacionalistas, el amor al peligro, la exaltación de la energía, del coraje y de la audacia; la admiración por la velocidad, la lucha contra el pasado, la exaltación de la agresividad y de la guerra, considerada como “la única higiene del mundo”.

Manifiesto futurista

1. Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad.

2. El coraje, la audacia, la rebelión, serán elementos esenciales de nuestra poesía.

3. La literatura exaltó, hasta hoy, la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso de corrida, el salto mortal, el cachetazo y el puñetazo.

4. Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo… un automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la Victoria de Samotracia.

5. Queremos ensalzar al hombre que lleva el volante, cuya lanza ideal atraviesa la tierra, lanzada también ella a la carrera, sobre el circuito de su órbita.

6. Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad, para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales.

7. No existe belleza alguna si no es en la lucha. Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe ser concebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para forzarlas a postrarse ante el hombre.

8. ¡Nos encontramos sobre el promontorio más elevado de los siglos!… ¿Porqué deberíamos cuidarnos las espaldas, si queremos derribar las misteriosas puertas de lo imposible? El Tiempo y el Espacio murieron ayer. Nosotros vivimos ya en el absoluto, porque hemos creado ya la eterna velocidad omnipresente.

9. Queremos glorificar la guerra –única higiene del mundo– el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las bellas ideas por las cuales se muere y el desprecio de la mujer.

10. Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de todo tipo, y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra toda vileza oportunista y utilitaria.

11. Nosotros cantaremos a las grandes masas agitadas por el trabajo, por el placer o por la revuelta: cantaremos a las marchas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capitales modernas, cantaremos al vibrante fervor nocturno de las minas y de las canteras, incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones ávidas, devoradoras de serpientes que humean; a las fábricas suspendidas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos; a los puentes semejantes a gimnastas gigantes que husmean el horizonte, y a las locomotoras de pecho amplio, que patalean sobre los rieles, como enormes caballos de acero embridados con tubos, y al vuelo resbaloso de los aeroplanos, cuya hélice flamea al viento como una bandera y parece aplaudir sobre una masa entusiasta. Es desde Italia que lanzamos al mundo este nuestro manifiesto de violencia arrolladora e incendiaria con el cual fundamos hoy el FUTURISMO porque queremos liberar a este país de su fétida gangrena de profesores, de arqueólogos, de cicerones y de anticuarios. Ya por demasiado tiempo Italia ha sido un mercado de ropavejeros. Nosotros queremos liberarla de los innumerables museos que la cubren por completo de cementerios.

Notas

[1] Tomado de: . Traducción, introducción y notas de Fr. Ricardo W. Corleto OAR.

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© Ricardo Corleto 2003
© Pontificia Universidad Católica Argentina, 2003
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Qué es la Escritura automática

Escrita automática

Tipo de escrita que resulta da inspiração do momento, sem preparação prévia nem esquema de trabalho previsto, e que se assume ser imediata, espontânea e incontrolada. Tanto pode aplicar-se a expressão ao tipo de discurso produzido por indivíduos em estado de alucinação ou sob hipnose como para um certo tipo de escrita desconcertada que dadaístas e surrealistas praticaram. O teórico do surrealismo André Breton ajudou a divulgar este tipo de escrita a que chamou “pensamento falado”, entendendo-se este registo como a tentativa de pôr por escrito pensamentos não controlados pela lógica ou pela razão. O objectivo, como em qualquer vanguarda literária, era o de demolir as convenções da escrita tradicional. Muitas destas experiências foram realizadas em grupo, como Les Champs magnétiques (1921), de Breton e Soupault.

Em Portugal, destaca-se desde logo a antologia organizada por Mário Cesariny de Vasconcelos, Antologia Surrealista do Cadáver Esquisito (1961). A expressão “cadáver esquisito” diz respeito ao tipo de escrita automática que Breton e Eluard (in Dictionaire abrégé du surréalisme) definiram como um “Jogo de papel dobrado que consiste em fazer compor uma frase ou um desenho por várias pessoas, sem que nenhuma delas possa aperceber-se da colaboração ou das colaborações precedentes.” (Cesariny, ibid., p.103).

ESCRITA; SURREALISMO

Bib.: André Breton: Manifestos do Surrealismo (Lisboa, 1976); Edain McCoy: How to Do Automatic Writing (1994); Shelley Lessin Stockwell: Automatic Writing & Hieroscripting : Tap Unlimited Creativity & Guidance (1995).

Carlos Ceia

Fuente: http://www2.fcsh.unl.pt/edtl/verbetes/E/escrita_automatica.htm Sigue leyendo

Qué es un Bildungsroman o novela de aprendizaje

BILDUNGSROMAN

Goethe

[Em port., “romance formativo ou romance de formação”; em ingl., coming-of-age novel ou apprenticeship novel.] Sendo possível traduzir o termo germânico por ‘romance formativo’ ou ‘romance de formação’, considera‑se mais adequado seguir o uso da história literária e manter a designação original, pois tal uso corresponde ao reconhecimento do Bildungsroman como contributo específico da literatura alemã. O termo foi cunhado em 1803 por K. Morgenstern e por ele desenvolvido como conceito amplo em textos surgidos c.1820, mostrando o carácter distinto e o valor artístico de obras como Agathon (1766‑67) de Wieland ou Wilhelm Meisters Lehrjahre [Os Anos de Aprendizagem de Wilhelm Meister] (1795‑96) de Goethe, a par da necessidade de integrar o romance alemão no contexto da produção europeia. No processo de afirmação e respeitabilização da forma romanesca, articulando ainda a vertente lúdica e de entretenimento exigidas pelo novo público leitor com a vertente moralista e didáctica tão ao gosto do Iluminismo, a inclusão no cânone literário das referidas obras revela já a passagem para um tipo de romance de cariz antropológico. Ao centrar o processo de desenvolvimento interior do protagonista no confronto com acontecimentos que lhe são exteriores, ao tematizar o conflito entre o eu e o mundo, o Bildungsroman dá voz ao individualismo, ao primado da subjectividade e da vida privada perante a consolidação da sociedade burguesa, cuja estrutura económico‑social parece implicar uma redução drástica da esfera de acção do indivíduo.

Apesar de a estética idealista hegeliana ter tomado o texto de Goethe como matriz do seu conceito de romanesco, nomeadamente ao definir como essencial ao romance o expor do “conflito entre a poesia do coração” e a “prosa das relações sociais”, Wilhelm Meisters Lehrjahre surge em 1817 (no Brockhaus‑Lexikon) como Bildungsgeschichte [história de ‘formação’], caracterizado ainda e apenas pelo tema do percurso individual e pela função de celebrar a humanidade. E se a teoria do romance oitocentista foi dominada na Alemanha pela presença de Wilhelm Meisters Lehrjahre, é apenas com W. Dilthey, em 1870 e, principalmente em 1905 com Das Erlebnis und die Dichtung, que o termo se impõe e o conceito se clarifica. O Bildungsroman adquire então o estatuto de forma específica no interior da tradição romanesca, usando como paradigma o texto de Goethe. As suas qualidades definidoras — depois aplicadas a muitos outros textos em diversas literaturas que procuram recriar o modelo iniciador deste tipo de romance até se tornarem constantes de carácter temático‑formal que tanto escritores como público aprenderam a reconhecer — estabelecem um conjunto de convenções .

É assim a partir das características consideradas por Dilthey como as mais marcantes do paradigma que passaremos a definir o Bildungsroman. O protagonista é uma personagem jovem, do sexo masculino (às mulheres não era, na época, possível a liberdade de movimentos que permite ao herói o contacto com múltiplas experiências sociais decisivas no percurso de auto‑conhecimento), que começa a sua viagem de formação em conflito com o meio em que vive, determinado em afrontá‑lo e recusando uma atitude passiva; deixa‑se marcar pelos acontecimentos e aprende com eles, tem por mestre o mundo e atinge a maturidade integrando no seu carácter as experiências pelas quais vai passando; em constante demanda da sua identidade, representa diferentes papéis e usa diferentes máscaras; sofre pelo imenso contraste entre a vida que idealizou e a realidade que terá de viver; o seu encontro consigo mesmo significa também uma compreensão mais ampla do mundo.

Este tipo de romance não inclui a morte do herói e termina de modo feliz, ou, pelo menos, não pressupõe danos irreparáveis. O romance organiza‑se pela aparente ausência de um princípio de unidade: a narrativa articula‑se em função da viagem espiritual do protagonista e não impõe aos diversos episódios uma sucessão lógica visível. Tem um carácter aberto, não conclusivo que possibilita o surgir de obras de continuação (em Goethe, Wilhelm Meisters Wanderjahre [Um Homem Feliz], 1821). É o caminho percorrido pelo protagonista que determina a estrutura da obra, tanto do ponto de vista temático como formal. A plasticidade da forma adequa‑se à multiplicidade de experiências necessárias à maturação do herói. Desde Goethe, a realidade histórica e o processo de amadurecimento surgem relacionados de modo muito íntimo; o tempo histórico é filtrado pelo tempo interior; o desenvolvimento da personalidade realiza‑se pelos caminhos do conflito e da dissonância até um estado de harmonia inicialmente difícil de entrever.

Embora não usando o termo entretanto consagrado por Dilthey, ao qual preferiu Erziehungsroman [‘romance educativo’ ou ‘romance de educação’], G. Lukács, ao publicar em 1916 a sua Theorie des Romans [Teoria do Romance], revisita a tradição hegeliana de historicizar as categorias estéticas, considerando o género como uma tentativa do homem moderno para reconciliar a existência com a sua essência (o eu verdadeiro), através da epopeia então possível. Solitário, em busca constante de um significado para a vida, o herói do romance opõe‑se à sociedade; do conflito entre valores universais e as realidades comezinhas do quotidiano decorre a instabilidade estrutural da forma romanesca. Wilhelm Meister surge, neste ensaio, como o tipo de romance que procura a síntese entre o ‘romance do idealismo abstracto’(cujo herói, exemplificado por Don Quixote, é um indivíduo problemático, que luta desesperadamente para encontrar uma relação entre os seus ideais e a vulgaridade prosaica do mundo exterior) e o que designa por ‘romantismo da desilusão’ (caracterizado por um protagonista passivo, virado para si mesmo, pois renuncia a qualquer acção, a priori encarada como inútil)

A presença dominante do Bildungsroman na literatura alemã oitocentista dera entretanto lugar a obras como a de Hoffmann, Lebens‑Ansichten des Katers Murr (1820‑22), considerado uma paródia a este tipo de romance, ao mesmo tempo que facilitara o surgir do Künstlerroman (v.) [‘romance de artista’], representado entre outros pelo texto de Novalis Heinrich von Ofterdingen (1802), cuja longa descendência até hoje se manifesta no reiterado encenar do conflito entre o artista e a sociedade.

O Bildungsroman joga com duas tendências fundamentais em toda a ficção: por um lado, manifesta a necessidade de expressar o mundo concreto, por outro, a necessidade de o superar. Da tensão entre a realidade e a possibilidade, entre o real concreto e presente e um real alternativo resulta um carácter híbrido neste tipo de romance que, segundo, entre outros, M. Swales, o aproxima da utopia enquanto forma literária.

Narrativa de uma subjectividade, o Bildungsroman é também afirmação de um compromisso com o social que acaba por vencer, deixando o protagonista reconciliado com o mundo concreto. Ao longo da obra surge perante o leitor uma perspectiva narrativa distanciada, assinalando a disparidade entre os objectivos do protagonista e os resultados alcançados; o narrador, já ‘formado’, assume uma atitude plena de ironia (v.), a posição de quem sabe mais e vê mais longe, não permitindo ao leitor qualquer equívoco acerca da imaturidade do protagonista.

O romance mantém um olhar vigilante sobre a acção formadora do tempo, os diversos momentos da história pessoal do protagonista são seleccionados para representar outros tantos degraus na sua compreensão do mundo e de si mesmo. A dimensão histórica do tempo é interiorizada e, mais importante do que o final do romance é o processo, o devir que vai revelando a dimensão de acaso que domina a vida em confronto com a firmeza de propósitos e as certezas que pareciam dominar o herói no início do percurso de aprendizagem. Pela relação semelhante com o tempo, pela abertura do final o Bildungsroman aproxima‑se da autobiografia, porém, segundo L. Köhn, distingue‑se desta pelo seu grau de abstracção da realidade, favorecendo aquilo que é universal no ser humano.

Resta‑nos perguntar se esta forma específica da arte romanesca resistiu no século XX ou se, pelo contrário, se encontra exaurida. A inclusão de um número maior ou menor de textos nesta tradição tem evidentemente dependido da maior ou menor amplitude que se atribui ao conceito, desde ensaístas e historiadores da literatura que o restringem a um período determinado da cultura de língua alemã até outros que, utilizando um critério muito lato, nele incluem textos produzidos em momentos históricos muito diversos e em circunstâncias literárias e socio‑culturais muito distintas, dando origem a um extenso elenco de romances nas literaturas dinamarquesa, russa, holandesa, inglesa e norte‑americana. Em 1984, Rolf Selbmann assinala só na literatura alemã uma vasta descendência que, passando pela revisitação paródica de Thomas Mann em Der Zauberberg [A Montanha Mágica] (1924) — desmontagem sistemática das expectativas de leitura da tradição e reforço (através do intuito de ampliar os limites da consciência do protagonista ) da sua componente ontológica, ia até Heinrich Böll e Günther Grass. Recuperado no pós‑guerra por escritores da Alemanha de Leste que, através dele, procuravam interpretar o carácter exemplar do processo de crescimento do herói a par com o crescimento da nova sociedade socialista, o Bildungsroman foi mais recentemente problematizado por autores como Christa Wolf ou Peter Weiss — a (im)possibilidade de ajuste entre o eu e o mundo continua central à experiência contemporânea e é hoje porventura mais dolorosa e dilacerante do que no tempo de Goethe. De salientar é também a crescente visibilidade feminina na literatura actual, propiciando numerosos romances onde a questionação do lugar da mulher na escrita e na cultura tem, entre múltiplas outras técnicas e estratégias artísticas, recuperado e revitalizado o venerando paradigma romanesco — veja‑se, por exemplo, Doris Lessing e The Golden Notebook (1962).

Ocupando o singular terreno entre o desejo (insano?) de totalidade e as múltiplas limitações em que a contemporaneidade se enreda, entre a possibilidade e um real (ainda) concreto, o Bildungsroman pode, apesar de tudo, continuar a dar voz ao conflito de uma sociedade dividida entre os valores de um humanismo liberal cioso de preservar o indivíduo e as exigências de uma humanidade em extenuante luta pela sobrevivência. No seu pendor ontológico, na importância concedida à discursividade, no debate intelectual que sempre tem promovido, o Bildungsroman — se interpretado com a amplitude que, entre outros, Der Zauberberg lhe possibilitou e metamorfoseado pelas muito diferentes circunstâncias literárias e culturais — manterá a vitalidade.

LITERATURA CONFESSIONAL; UTOPIA

Bib.: Jerome Buckley: Season of Youth: The Bildungsroman from Dickens to Golding, 1974; Petra Gallmeister:‘Der Bildunsroman’, Formen der Literatur in Einzeldarstellungen, 1991; Jürgen Jacobs e Markus Krause: Der Deutsche Bildungsroman: Gattungsgeschichte vom 18. bis zum 20. Jahrhundert, 1989; François Jost:“ La tradition du Bildungsroman”, Comparative Literature, 21, 1969, pp. 97-115; Lothar Köhn: “Entwicklungs— und Bildungsroman. Ein Forschungsbericht”, Deutsche Vierteljahrscrift für Literaturwissenschaft und Geistesgeschichte, 42. 1968, pp. 427‑73; Fritz Martini: “Der Bildungsroman. Zur Geschichte des Wortes und der Theorie”, Deutsche Vierteljahrscrift für Literaturwissenschaft und Geistesgeschichte, 35. 1961, pp. 44‑63; Hans Heinrich Borcherdt: ‘Bildungsroman’, Reallexikon der deutschen Literatur, 1958; Rolf Selbmann: Der deutsche Bildungsroman, 1984; George Stanitzek: ‘Bildungs — und Entwicklungsroman’, Literaturlexikon: Begriffe, Realien, Methoden, 1992; Martin Swales: The German Bildungsroman from Wieland to Heine, 1978 e “Utopie und Bildungsroman” in Utopieforschung: Interdisziplinäre Studien zur neuzeitlichen Utopie, 1985.

Luísa Maria Rodrigues Flora

Fuente: http://www2.fcsh.unl.pt/edtl/verbetes/B/bildungsroman.htm Sigue leyendo