El miedo al futuro, condición natural de nuestros días. Entrevista a Zygmunt Bauman

El miedo al futuro, condición natural de nuestros días
28.10.2008

Entrevista a Zygmunt Bauman

Bauman

Yo creo que, en estas circunstancias, la pérdida de la esperanza es el mayor desastre que le puede acontecer a la humanidad. Tener esperanzas es nuestra obligación .

El sociólogo y escritor Zygmunt Bauman nacido en Poznan- Polonia, ascendencia judía, tuvo que abandonar su país, formándose en la URSS y regresando a Polonia tras finalizar la II Guerra Mundial. Luego se vio obligado a abandonar de nuevo Polonia en 1968, pasando a impartir docencia en la universidad de Tel Aviv y más tarde en la de Leeds (1971), de la que es profesor emérito de Sociología.

Bauman es uno de principales referentes del pensamiento contemporáneo. La imprevisibilidad, la incertidumbre, la fragilidad que asumieron los lazos humanos se traducen tanto en la inestabilidad de los sistemas políticos como en las afecciones familiares, son alguno de sus tópicos de reflexión. Es el padre intelectual del concepto amor líquido y Modernidad Líquida , para referirse a la incertidumbre de los vínculos personales en las sociedades contemporáneas. Su producción data desde los años 50 y se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones tales como clase, socialismo, hermenéutica, modernidad y posmodernidad, globalización y nueva pobreza.

En la entrevista que sigue a continuación- inicialmente publicada por la revista Debate – Bauman aborda sus ideas y las relaciona con el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, los blogs y los fotologs. Considera que su origen está en la necesidad de exposición cada vez más presente en las personas, los califica como el culto a la celebridad .

– Podemos considerar a la Web como un correlato de esta sociedad líquida

– Yo creo que las personas que nacieron y crecieron en el mundo saturado por la electrónica y lo digital sienten la presión de crear identidades más amplias para sí, como la de las celebridades que aparecen en los medios.

– ¿A qué se refiere cuando habla de identidades más amplias?

– Identidades más amplias significa una mayor exposición, más gente mirando, más usuarios de Internet disponibles para mirar, más devotos excitados y entretenidos con lo que ven, estimulados lo suficiente como para compartirlo con sus contactos, rebautizados por el consejo de los Web sites como amigos . Myspace, Facebook, Second Life y la variedad de blogs personales reivindican el imaginario de la revista Hola, reproducen el culto a la celebridad. Son una copia, de menor calidad, que radica en la esperanza que tienen las personas de que sus sueños ordinarios pasen a ser lo mismo que las ambiciones de los héroes de esas tapas.

– En realidad, es un fenómeno instalado en nuestra cultura desde hace años

– Por eso, ¿se puede culpar a los más jóvenes por desgastar su vida en esta carrera tras una ilusión? La verdad que no. Son igual que el resto de nosotros, seres racionales al igual que sus antecesores, que hacen lo mejor que pueden para responder a las demandas sociales y a los nuevos de-safíos. Ellos no eligieron esta condición líquida de la sociedad, o la modernidad, en la cual las representaciones individuales por un momento pueden ser exitosas pero nunca son seguras a largo plazo, en donde lo que hoy es lo mejor, al día siguiente está pasada de moda. En otras palabras, en donde mantenerse actualizado es una tarea que demanda las 24 horas.

– Podría decirse que Internet se volvió en una interpelación social constante

– Y la capacidad de interacción que ofrece Internet está hecha a la medida de esa necesidad. Ayuda a estar enterado del último momento, a conocer el tema más escuchado, el último diseño de ropa, los festivales y las fiestas más de moda, etcétera. Simultáneamente ayuda a actualizar los contenidos y redistribuir el énfasis en la representación de uno mismo. Es una endemia de la cultura de lo rápido.

– En uno de sus libros, también cita el caso de Gran hermano.

– El formato de Gran Hermano tuvo un éxito inesperado, fue reproducido incontablemente por los show masivos de televisión. Ya en esta instancia, la audiencia del reality logró focalizar su interés en los momentos de eliminación. Fíjese cómo se comporta la audiencia cuando alguien es suspendido, rechazado, echado, públicamente humillado y rápidamente olvidado. Se está taladrando la cabeza de la gente con la idea de que ser más débil es una razón suficiente para ser expulsado, que las personas inferiores se deben ir y que esas personas merecen irse por su inferioridad. La exclusión pasa a ser un momento de justicia. En este adoctrinamiento, la idea de los derechos humanos universales, de la dignidad o el derecho de plena participación en la vida comunitaria, han sido dejados a un lado o convenientemente olvidados. Creo que los realities nos dicen más acerca de nosotros que los eslóganes que usan los líderes políticos.

– Ahora, la concentración y universalización con la que contribuye la Web, ¿no resulta alarmante?

– Es que lo que se volvió universal es lo particular solamente. El mundo on line se está convirtiendo en un cruce de diásporas de manera distinta al mundo off line en tanto no es territorial. Todo el mundo virtual está dibujado digitalmente, esto significa que la supervivencia de cualquier entidad está sujeta a la posibilidad de conexión. En el mundo digital habitado por los más jóvenes, las fronteras se dibujan para separar a aquéllos con intereses similares del resto, los cambios y vueltas implican distintos grados de atención y lealtad, pero no necesariamente deben ser exclusivos. Evitar a aquéllos que no piensan como uno es más fácil en el universo virtual que en la ciudad, donde se requieren elaboradas técnicas de separación espacial para mantener distancia, como un circuito cerrado de televisión, guardias armados, cercos.

-¿Y cómo afecta este fenómeno a las relaciones interpersonales?

– Y, por ejemplo, hay actualmente una tendencia universal de reemplazar los votos matrimoniales -unidos a la idea de que hasta la muerte nos separe – por otro tipo de prácticas, como el estar en pareja o la convivencia. Ahora la idea es: Siempre y cuando la satisfacción dure . Lo que resulta peor es que esta tendencia es generalmente confundida como un síntoma de que se está cayendo la viabilidad del matrimonio. Usted está en lo correcto al arriesgar que esa tendencia está relacionada con la atmósfera de incertidumbre más amplia. El matrimonio comparte la crisis que atraviesan los compromisos a largo plazo en general. Los hombres y mujeres se enfrentan a un estado de ambivalencia que parece no tener una solución fácil. Porque, por un lado, necesitan un compañero estable y confiable más que nunca. Pero, por el otro, sienten temor de quedar atados cuando la situación cambie y nuevas demandas y oportunidades aparezcan.

-¿A esto se refiere cuando afirma que nuestra cultura contribuye con una ciencia sexual en vez de desarrollar una ars erótica?

– Yo hago referencia a lo que plantea Volkmar Sigusch, y es que el erotismo, que es un fenómeno multifacético o multifuncional, ha quedado reducido a un sólo aspecto: el sexo. Las relaciones sexuales hoy desconocen su conexión histórica con cada uno de los aspectos de la vida humana, y la gente comenzó a creer que el placer sexual reside en el resultado y no entiende que se pierde con el resultado. Esta tendencia se ajusta a la sociedad líquida. Emancipado de su conexión social, el encuentro sexual queda purificado de consecuencias duraderas. Se vuelve, como cualquier otro aspecto de la vida contemporánea, flexible, ajustable. Se ofrece pura satisfacción sin ningún tipo de ataduras. Lo que aquí debemos resaltar es que parece que ganamos con esto, pero también estamos perdiendo. Las relaciones demandan tiempo, crecen con el tiempo. El placer del amor no es algo que se pueda encontrar y ya, es algo que debe construirse, que resucita todos los días. Es una debilidad de las obligaciones individuales, que está totalmente en línea con la crisis que atraviesan los compromisos a largo plazo. Se cuestionan los derechos y deberes, y las obligaciones con excepción de las obligaciones con uno mismo. Fíjese cómo siempre escuchamos o decimos me lo debo a mí mismo , yo merezco esto . El amor, por su parte, o es perfecto o es un fracaso desde el comienzo. Y en ese caso resulta mejor abandonarlo y reemplazarlo por uno nuevo, que de paso sea mejorado. No se espera que ese amor sobreviva ni a la primera pelea, o al primer desacuerdo o confrontación.

¿Por eso habla del amor líquido?

Y un líquido se caracteriza por la imposibilidad de mantener su forma, cambia ante la menor presión. En esta modernidad líquida, las nuevas tendencias son demasiado breves para cristalizar en formas duraderas, los modos de conducta cambian demasiado rápido para transformarse en hábitos persistentes.

– ¿Esto también se puede aplicar a otros ámbitos de la vida social y política?

– Por supuesto, esta liquidez se presenta en diversas dimensiones de la vida social, incluidos los sistemas políticos y también la vida política, es decir aquella conducida por individuos que actúan bajo estos parámetros. Las condiciones futuras son menos predecibles que nunca, el pensamiento a largo plazo y los modos de actuar a largo plazo nunca fueron tan pocos factibles.

¿Esta liquidez no erosiona la base de poder de los Estados nacionales?

Y con las presiones de la globalización, los Estados han quedado privados de un buen manejo de su poder, y han tendido a tercerizar sus políticas, dejándolas en manos del mercado. Es decir, lo que tenemos hoy es un planeamiento individual, en función de un riesgo individual y una responsabilidad individual. La consecuencia de esto es, por un lado, una libertad sin precedentes de la voluntad individual, pero por el otro, las personas deben cargar con varias cuestiones que no son capaces de cumplir o satisfacer por la falta de conocimientos y recursos para hacerlo. Esto, sumado a una falta real de poder y la incertidumbre provocada por la debilidad de las instituciones políticas, profundiza considerablemente la sensación difundida de inseguridad. El miedo acerca de lo que el futuro pueda deparar parecería ser una condición natural de nuestros días.

Fuente: http://www.uruguaypiensa.org.uy/noticia_476_1.html

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