Frustrario de Camile

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Lunes 6 de febrero

Este no es un diario, es un frustrario. Debo de estar jodidísima para tomarme el tiempo de escribir, no soy buena para ello; en cambio, Alonso sí lo hace. Alonso escribe de la putamadre, pero a veces son bien emos sus cuentos. Hace unos días me prestó un libro de Cortázar, y el detalle está en que me dijo que lo lea en algún Café, sino no habría chiste. En efecto, me tomé el tiempo de leerla y al día siguiente quise viajar a París. Cortázar era un loco de mierda, pero confieso que me gustaría vomitar conejitos.

Viernes 10 de febrero

Cuando me siento mierda, Alonso me recomiendo algún poemario. A veces me dice que las palabras son lo único bello que existe, pues nunca mueren. Cuando lo conocí no hablábamos de literatura ni de pinturas ni de obras de teatro; sin embargo, cuando puedo ojeo El Dominical para abrir la conversación con él. Es raro haber conocido a un chico como él; por lo general, los chicos no me invitaban a cafés miraflorinos ni me explicaban poemas vanguardistas ni me detallaban con el dedo las características de las pinturas surrealistas. Creo que conocer a Alonso ha sido conocer más al mundo.

Jueves 16 de febrero

¿Te parezco bonita? Le pregunté a Alonso por la mañana, y él me miró de la cabeza a los pies. Luego, me miró fijamente con sus ojos marrones y me dijo: “Todos lo somos a diario, pero son las personas las que nos hacen ser más hermosos, más humanos”.

Martes 28 de febrero

Mis padres están locos por divorciarse, pero he llegado a creer que con esta noche pudieron haberse divorciado treinta veces. Ya me cansé de recoger las sábanas del mueble todos los días.

Miércoles 15 de marzo

Alonso se sobreexcita cada vez que estrena una película de Woody Allen y llega emocionadísimo a mi casa o me llama para invitarme a verla: “Camile, Camile, no sabes, no sabes”. Y por supuesto que sé. Ha visto Annie Hall como diez veces y un día me la prestó, desde aquel momento he tratado de verme todas las películas de él. Claro, cómo olvidar que hicimos una Woodytoon con pura cocacolita y canchita para microondas en mi sala, fue un cague de risa porque mi mamá se nos unió cuando veíamos Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo* (*y nunca se atrevió a preguntar). Alonso se excita cuando ve a Allen, creo que le gusta más que yo.

Jueves 30 de marzo

Me jode que Alonso sea tan impuntual. Hoy me hizo esperar media hora en el Parque Kennedy, luego fuimos a la bajada Balta y fumamos unos Luckys en el pastito. Estábamos cantando algunas canciones de Calamaro hasta que unos serenazgos vinieron y nos cancelaron el concierto. Caminamos por el malecón con los últimos cigarrillos y creí que toda realidad no me pertenecía precisamente, sino que era una realidad ´planteada, planeada.

Jueves 20 de abril

Por la mañana puse el disco de Coldplay mientras limpiaba mi cuarto. He descubierto que la música es una anestesia eficaz para tanta mierda existencial. Alonso me contó una anécdota que le pasó un día: “Después de ver discos en Phantom (de Miraflores) se me dio por caminar sin rumbo por esas callecitas arboladas y con esta neblina miraflorina. Encendí mi mp3 con mis doscientas canciones bien rockeras y me di cuenta de algo: sabes que una canción es buena cuando puedes escucharla y dejar que ella te conduzca por rumbos indeterminados. De pronto, aparecí en Javier Prado con una canción de The Clash”

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