Archivo por meses: marzo 2014

Estoy bien

[Visto: 349 veces]

(Se recomienda acompañar la lectura con Nublado de Cardenales)

( http://www.youtube.com/watch?v=QJxpB9iZo2Q )

 A quien me hizo ser una mejor persona todo este tiempo.

Me quedé pensando. No ha sido un buen día, lo sé. Hoy, después de un buen tiempo, me reencontré con alguien del pasado. El encuentro fue breve entre anécdotas y comentarios. Caminamos  por una ruta ya conocida, una de aquellos tiempos mejores. Durante los silencios solo pensaba y recordaba algunos años particulares de nuestra historia. Quería creer que las cosas estarían bien, que nada había cambiado.

La conversación final solo hizo que caiga en un monólogo de proyecciones y expectativas en mi vida. “Todo será diferente”, dije. Quería hallar esa diferencia en el futuro y convertirla en los momentos sublimes que uno logra solo con alguien importante. Sin embargo, fue en vano. Todo había cambiado, porque todo cambia. Las personas cambian; los sentimientos cambian; y todo cambia. Cambiamos, pienso yo, como mecanismo de autodefensa. Lo cierto era que ella había cambiado, pero yo me resistía a asimilarlo.

Después de ello, lo demás fue una extensión de lo que uno no quiere oír porque sabe lo nocivo que resultan las palabras. Entonces, solo queda resignarse y aguantar la respiración y caminar con las manos en los bolsillos.

Mientras más pensaba en las circunstancias que llevan a uno a este estado solo podía mirar a las demás personas en la calle, cada uno afrontando su vida y yo ahí. Solo atiné a conversar con unas amigas que recalcaban el hecho de la resignación y un nuevo proceso: la aceptación. Luego, me fui a beber unos cafés y, más despejado, solo quería obviar este día, pero no podía. Llamé a mi madre y le comenté lo sucedido y me dijo algo que nunca olvidaré: “¿Eso hiciste? Eres un huevón, un hombre nunca debe rogar a una mujer.  Vas a ver que le van a hacer daño y cuando eso pase, se acordará de ti.  Eres especial y así te conocerá alguien más”. Fueron las palabras más sabias y sinceras que pude haber escuchado.

Tardé mucho en darme cuenta lo que pasaba, las cosas no siempre tienen un final feliz, y si lo tuvieran, sería irreal. Por eso, si ahora me preguntan cómo estoy, pues estoy bien.

Sigue leyendo