Cloak

Fue en el velorio de mi tío. Yo tenía 12 años pero sabía que la relación entre mi padre y su hermano había sido complicada hacia el final. Se juntaron varias cosas: las peleas por el manejo de la empresa, el diagnóstico de la enfermedad de mi tío, la muerte de mi abuelo y la repartición de responsabilidades. Claro, igual mi papá no iba a dejar de ir.

Recuerdo que estábamos sentados. Yo ya había ido a funerales antes así que sabía cómo comportarme, me distraía observando a la gente, a las coronas. En eso viene a paso rápido una de mis primas, la mayor, quien en ese entonces tendría 27-28 años. Viene y le pregunta a mi papá por qué no lo ayudaste, dónde estuviste, qué hiciste en estos meses. Él levanta la cabeza y la mira. Ella alza la voz. Acaso has preguntado alguna vez si le faltaba algo, si se podía hacer algo. Él deja de mirarla, se mantiene en silencio. Y es ahí que empieza la escena. Ella le reclama, le pide que conteste, que no se quede callado. Mi papá sigue sentado, impávido, mirando a la nada. Mi prima se pone roja, su voz se hace más aguda. Ya no se entiende bien lo que dice, pero sigue. Le dice que se pare, le dice que la mire, e intenta levantarlo de su asiento. Mi papá cruza los brazos, cruza los brazos y dobla un poco la cabeza, en un gesto que para mí significaba a qué hora alguien le pone fin a esto. Mis otros primos vienen y agarran a mi prima, quien le alcanza a dar una cachetada. Recuerdo sus palabras finales. Por ti que reviente no, total los jodidos somos nosotros. Mis otros primos se llevan a mi prima, pero no piden disculpas.

Mi papá va al féretro, y creo que le murmura algo. Noto que todos lo están viendo. Vuelve y me dice que todo está bien. Sigue calmado, su rostro no refleja nada. Pero yo sé que estaba llorando. Quizá no con lágrimas, ni con el gesto contraído, pero estaba llorando.

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