Archivo por meses: febrero 2023

Appreciation

Nuestra relación fue un desastre pero sería mentira decir que no tuvimos días felices. ¿Recuerdas esa vez en Listo? 14 de febrero, el único 14 de febrero que calificaría de excepcional. Bueno, quizá fue en parte suerte, pues no íbamos ni un mes juntos y todavía no nos dejábamos ver tal y como éramos realmente. Aún teníamos, ambos, esos lentes tintados que hacen que todo parezca perfecto y que impiden ver la manipulación, la indiferencia o la inquina. Pero en fin, por suerte o destino o esfuerzo o lo que sea ese día fue distinto.

El plan era recogerte del trabajo y cenar en un restaurant fancy. Me pediste que por favor no haga nada ridículo como esperarte con un oso de medio metro y yo te dije que haría mi mejor esfuerzo por evitar ello. Pusiste esa media sonrisa que era más amenaza que alegría y te aseguré que no haría nada cojudo, que haría lo correcto.

Sí, al menos al inicio todo se hizo como siguiendo un libreto. Estábamos en camino y la estábamos pasando bien, para qué. Y sin embargo yo me preguntaba si eso iba a ser todo, si nuestro plan iba a ser el clásico que tiene todo el mundo. Entonces vi un Primax y un Listo que conocía hace tiempo. Tomar la decisión no me tomó ni dos segundos, doblé y entré. No dijiste nada al inicio, pero cuando cuadré me preguntaste si iba a comprar algo y te dije que sí, y que porfa me acompañes. Entramos juntos y me acerqué a las mesas, te hice tomar asiento y te aseguré que esto iba a tomar poco tiempo.

Lo primero que compré fue el oso. Era chico y al llevártelo a la mesa me miraste como diciendo y esto y yo te dije que lo único que prometí es que el oso no mediría medio metro. Lo puse en un asiento y dije vayan conociéndose ahora vuelvo. Empezaste a reír y ahí supe que todo iba a salir bien. Comprar los bombones y los globos fue la parte fácil, lo un poco difícil fue pedirle a la cajera que te los entregue y te diga que te los mandaba un desconocido. Yo te miraba y con gestos me pedías que vuelva. Compré dos empanadas y llevándotelas declaré que esa iba a ser nuestra cena romántica. Te habías puesto roja, de tanto reírte te habías puesto roja. Me senté y me dijiste que podías aceptar esto si traía vino. Te respondí descuida, sí hice la reserva en el lugar ficho y ahí brindaremos, es más creo que ya tenemos que irnos para llegar a tiempo.

Salimos del Listo. Te paraste al frente mío y dijiste gracias por sorprenderme así, me encanta como eres. Yo te dije que a mí también me encantaba como soy. Y mientras volvíamos al carro abrazados y tú reías como loca yo solo pensaba que eso que dijiste era lo más lindo que me habían dicho en mucho tiempo.