Después de haber analizado los límites de la ética de primera generación (basada en la bondad de la relación interpersonal) y los de la ética de segunda generación (basada en la justicia de la estructura social gracias al reconocimiento de los derechos de todas las personas), y situado la raíz del problema de insostenibilidad de nuestra sociedad en la mala representación que el sujeto moderno se hace de sí mismo como de un ser separado de su propio planeta, podemos ahora esbozar los grandes rasgos de una ética de tercera generación, tal como la necesitamos hoy en nuestra época de globalización.
1) La ética de tercera generación es más compleja que las anteriores: tiene que integrar la Bondad y la Justicia dentro de la perspectiva de la Sostenibilidad.
No sirve ser solamente “buena gente” en forma personal y luchar por la igualdad de condición entre todos los miembros de la sociedad humana, si no se respeta las condiciones de habitabilidad del planeta, si no se considera la sostenibilidad global de las condiciones de vida que se promueve como buenas y justas. Por ejemplo, desde nuestra perspectiva, no puede ser ético promover que todos los habitantes del planeta tengan acceso a un automóvil personal. La ideología clásica del “Desarrollo” que incentiva que los pobres tengan acceso a las mismas facilidades de vida que los actuales ricos, sustentándose en la “equidad de oportunidad” como dogma pretendidamente indiscutible moralmente (desde el punto de vista de la ética de 2da generación), esa ideología es en realidad inmoral, porque quiere globalizar un modo de vida insostenible. Por eso, desde el punto de vista de la ética de 3ra generación, la confusión de la noción de “progreso” con aquella de bonanza económica para el mayor número de personas, dentro de las condiciones actuales modernas de residencia, es justamente la culpable de la insostenibilidad global de nuestra vida planetaria. El modo de vida en las actuales naciones desarrolladas es inmoral, porque insostenible, y el camino es de buscar un nuevo tipo de residencia planetaria que permita facilitar (a) la bondad de los individuos (sostenibilidad emocional), (b) la justicia de las relaciones equitativas (sostenibilidad económica y juridicopolítica), y (c) la sostenibilidad global de los efectos colaterales generados por la presencia de homo sapiens en la Tierra. Si faltara uno de estos componentes, temo que nuestro modelo de vida no nos permita esperar un siglo XXII.
2) El sujeto de la ética de 3ra generación no es solamente una “buena voluntad”, ni un mero “sujeto jurídico” políticamente comprometido con las injusticias de su sociedad. Es TAMBIEN un ser en conexión íntima con todo y que reconoce su vínculo y sus responsabilidades frente a todo, es decir al gran Todo planetario y a cada quien en él (Mitakuye oyasin), no sólo frente al prójimo o al alter ego humano.
Por eso, este Sujeto ético debe de tener muy en claro los impactos de sus acciones y la amplitud de su responsabilidad social y ambiental. Tiene visión sistémica de sus inter-retro-acciones, según el principio de la “ecología de la acción” (E. Morin), de las cuales toma conciencia como de sus propias acciones inmediatas. Es decir que no le basta ocuparse de sus acciones personales o sus buenas intenciones, investiga más bien permanentemente su influencia sobre los equilibrios globales. Con eso, es la casi totalidad de la enseñanza moral en el sistema escolar y universitario actual que se vuelve obsoleta. No solo obsoleta sino incluso inmoral, puesto que impide a los jóvenes acceder a la representación verdadera de las exigencias éticas que les toca hoy asumir. Una reforma radical de las currículas de “educación en valores” (o como quieren nombrarla) en los Colegios, Universidades y Escuelas profesionales, es su primera y más importante Responsabilidad Social frente a la época. Es una urgencia, un Deber.
3) El Sujeto Mitakuye oyasin de la ética de 3ra generación teje otro tipo de vínculo con el mundo. Se reconcilia con él y rehúsa la mera relación objetivadora e instrumental con el Planeta.
Esta nueva ética nos pide de algún modo superar la relación asimétrica Sujeto-Objeto. Lo que necesitamos pensar aquí para pasar del estrecho punto de vista de los derechos humanos al de la sostenibilidad, es que si somos “sujeto”, esto implica que el mundo no puede ser “objeto”, que la subjetividad del ser humano implica el poder subjetivo de la naturaleza: el mundo, o más bien el planeta, puede pensar y reflexionar, puesto que somos seres pensantes y reflexionantes, siendo seres nacidos del planeta. Esta afirmación es “escandalosa” solo para el cartesiano moderno que no puede pensar el “pensar” fuera de la ruptura total con “la materia”. Pero no lo es para alguien que reconoce que hay saber en los procesos naturales . La planta “sabe” captar la energía del sol, el pájaro sabe hacer su nido en círculo, y la naturaleza supo crear un ser inteligente capaz de reflexionar todo esto. Que este saber sea inconsciente no disminuye su valor. Pensar el corolario del sujeto en otros términos que el mero “objeto”, es éste el salto filosófico que permite no oponer el sujeto de la moral con “el resto”, sin descentrar la ética de la subjetividad humana (cosa que sería peligrosa e lógicamente improcedente). Desde la perspectiva de la sostenibilidad, no se puede definir al entorno del sujeto humano como mero decorum a disposición de su voluntad soberana.
No deberíamos más hablar de la morada tierra nuestra como de un mero “medioambiente”. Más bien, reconocernos como sujeto moral implica el reconocimiento concomitante del planeta como co-sujeto. Si aquí y ahora hay un sujeto que piensa, es que aquel lugar es el lugar del sujeto, no un fondo monócromo sobre el cual resalta, sino el lugar donde puede ser sujeto, la residencia de la dignidad infinita del sujeto: la morada del sujeto = la ética. Por eso resalto el origen etimológico de la ética como morada, sin abandonarme al relativismo y/o el chauvinismo comunitarista. Cuando la morada es toda la nave Tierra, en la cual estamos y somos todos responsables de que se parezca más al Arca de Noe que al Titanic, el relativismo local se confunde por completo con el universalismo global (propiamente la oposición pierde sentido).
4) A partir de estos 3 puntos fundamentales, podemos resumir varias características de lo que es una ética de tercera generación, aunque faltaría desarrollar más ciertos temas:
– Una ética del cuidado, pero basada en principios universales. Ensancha el campo del imperativo categórico de Kant hasta las relaciones sistémicas globales que devienen de la residencia planetaria de los seres racionales.
– Define su ideal de ser humano como Guardián amable y cariñoso de la Tierra (toda la tierra, con gases, minerales, vegetales y animales incluidos).
– Redefine al sujeto de la moral en términos de Mitakuye oyasin. (ver artículo).
– Su meta es hacer sostenible la residencia de los seres humanos, y por lo tanto justa y buena (porque la injusticia y la maldad son insostenibles). Por eso, pretende enriquecer y complejizar las otras dos generaciones de ética sin perder nada de lo que ellas aportaban al mundo.
– Relativiza la importancia de la pureza de las intenciones de la buena voluntad personal . No le sigue la cuerda a las éticas de primera generación: el tema de si estoy animado por buenos propósitos altruistas o por intereses personales no le interesa mucho, con tal que los resultados finales de mi acción sean sostenibles. El tema, por ejemplo, de las motivaciones que hacen que empresarios se dediquen a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no importa, con tal que se preocupen y apliquen bien las herramientas de gestión de impactos que implica la RSE. Un empresario puede certificar su empresa en la norma SA 8000 por querer el bien de sus colaboradores o por querer tener una buena imagen en un mercado exigente y superar a la competencia. El resultado es el mismo: mayor justicia y sostenibilidad en la gestión de la empresa.
– Se preocupa por los impactos colaterales de las acciones tanto como por las acciones . La ética de 3ra generación se entiende solo a partir de la noción fundamental de “ecología de la acción” introducida por Edgar Morin, (ver artículo).
– Considera a la Ciencia como primer sospechoso, acusado, testigo y también principal rehabilitador de los males del planeta. Por eso el tema del saber, de los procesos que conducen al saber, de la agenda del saber, de la vigilancia del saber, (“Saber lo que se piensa, pensar lo que se hace”, Castoriadis) es su primer problema. Por eso también una ética de 3ra generación se ocupa particularmente del tema de la Responsabilidad Social de las Universidades (RSU) y de la ciencia en la época actual.
– Su atención no está sólo centrada en el Prójimo o la Humanidad, sino en el Planeta de nuestros niños (Mitakuye oyasin).
– Su gran peligro (¡todas las éticas lo tienen y pueden ser utilizadas para justificar el mal!) es el totalitarismo higienista de un Estado mundial tipo Big Brother que acabe con la libertad privada y la intimidad, y controle la “idoneidad” de todos nuestros actos gracias a instrumentos de fiscalización de alta tecnología controlados por una “policía ecológica” omnipotente. Entre esta solución totalitaria que acaba con la libertad, y la situación actual de libertad total que acaba con el planeta, deberíamos ser capaces de pensar en un justo medio.
– Disocia totalmente la responsabilidad de la autoría (no es porque no somos los autores de un hecho que no somos responsables de él, y de la reparación que implica la fechoría) y la disocia parcialmente del poder efectivo personal (no es porque yo no puedo cambiar tal situación insostenible que no deba responsabilizarme por su mejora: si no tengo “efecto” yo solo, juntos lo podemos tener).
– Su herramienta de gestión es la Responsabilidad Social de todas las organizaciones del mundo, que dentro de un futuro (ojalá) cercano, ya no deberían confundir la “libertad de empresa y asociación” con el libertinaje de hacer cualquier cosa con nuestra Tierra Patria. Por el momento, necesitamos mucha voluntad y automotivación por parte de los líderes organizacionales y los consumidores, después tendrá que ser ley y obligación, para finalmente volverse un hábito normal, un “ethos”.
Hola Francois,
Sabes que entiendo tu posición, no? Pero me pongo en la cabeza de alguien que no la entienda. La pregunta entonces, sería: ¿Quien decide quíén puede tener automóviles y quien no? (para usar tu mismo ejemplo) ¿Cómo podrías explicar esto a un joven que te diga algo asi como: OK, ya tenemos demasiados automoviles en el mundo, pero por qué estos estan concentrados en unas pocas manos? ¿porqué yo no puedo ya acceder a estos bienes, y ellos sí? Entiendo el modelo de mal desarrollo y lo comparto plenamente como bien sabes, pero creo que las ideas del punto uno podrían prestarse a malinterpretaciones de este tipo, sobretodo entre jóvenes. ¿Cómo las aclararías?
Francois,
Que las motivaciones no importen me preocupa. Entiendo que no importan en relación al producto final, y que mejor que sigan la RS aunque sea por intereses mezquinos a que no la sigan. pero lamentablemente, cuando las motivaciones no son genuinas, las conductas no son perdurables… este es un principio psicológico basico. Además de que, desde mi punto de vista, solo una motivación ética convierte en ética la acción. En esto son bien Kantiana (creo…)
Hola Susana,
gracias por tus comentarios, como siempre muy agudos. Sobre la primera pregunta: ¿Quien decide quíén puede tener automóviles y quien no?, pues es obvio que nadie lo DEBE hacer. Aquí hay varias injusticias: 1) hay gente rica y gente muy pobre. 2) los carros de la gente rica son contaminantes e insostenibles. 3) hay gente bien intencionada que, para reparar la injusticia de la pobreza, pretende elevar el nivel de vida de los pobres hasta hacer lo mismo que los ricos (es insostenible). 4) esa misma gente no ve que el mismo sistema industrial actual no solo crea la contaminación, sino también la pobreza. La única vía sensata (moral y sostenible) es la búsqueda de fuentes alternativas de locomoción, a la vez más democráticas y menos contaminantes, esto es la única política sostenible. Es lo que le diría al jóven.
Tu otro comentario pide un artículo entero 🙂
Francois:
La lectura de tu artículo me ha brindado valiosas claves de reflexión. El punto que continúa haciéndome "ruido" -será por la carga o adhesión a pensarnos como seres humanos no en un marco de individualismo, sino en uno que asuma la coherencia como un valor fundamental, …y lucho por serlo porque me resulta difícil- es este principio que enuncias acerca de caracteres de la ética de 3ra. gneración: "Relativiza la importancia de la pureza de las intenciones de la buena voluntad personal"
El mismo Kant supo que era difícil alcanzar dicha pureza pues a su vista y ahora a la nuestra en el SXXI, comprobamos a diario tanto en nosotros como en su inscripción en el imaginario, que no la alcanzaremos y que imponerlo nos llevaría a un totalitarismo como los muchos o peor a los ya conocidos y vividos.
Ahora por qué me produce cierta inquietud? porque esa formulación me resuena a cinismo: no importa las razones, sí las consecuencias. Sigo sosteniendo que es mejor contribuir a crear condiciones objetivas o materiales y simbólicas de producción y reproducción de la vida a modo de imperativo para que, a partir de dicha "morada" como dices, de ese modo de "habitar" se auspicie la conformación de nuevas subjetividades que afronten los desafíos.
Sin embargo, me resisto a aceptarla en su totalidad pues me recuerda la "leyenda del autómata" que nos brinda Benjamin en su Tesis I "Sobre el concepto de la historia".
Desearía en mucho poder acercar esta perspectiva a la que sostienes Francois, por ello acudo a tu "colaboración" para pensar.
Muy bueno los comentarios de Susana y tus respuestas.
Techi
La bondad y la justicia son dos aspectos totalmente necesarios en nuestro planeta, uno de los impedimentos para lograr el equilibrio, es el desbordaje que tiene la justicia por el afán de posición, liderazgo político y social, dejando de lado la bondad que espiritualmente cultivamos desde que nacemos.
La etica de la tercera generacion me deja en claro que si ya que nosotros como jóvenes ciudadanos manifestamos con claridad sobre las conductas socialmente responsables, por esta razón hemos denominado a esta categoría Ideal de Responsabilidad Social. Este ideal, que da cuenta de cómo les gustaría que fuese la sociedad (mostrándoles lo que se puede mejorar, trabajando todos en comunidad) y cómo les gustaría comportarse a ellos, incluye los aspectos que definen cada uno de los autores.
Hola estoy de acuerdo con la ética de la tercera generación y todos deberíamos de concebir a la ética como un modo de vida y no como una moda, hoy todos quieren ser ciudadanos socialmente responsables pero eso lo dicen de la boca hacia afuera pero no estan convencidos internamente de que debe ser así. Todo debe comenzar por cambiar desde adentro nosotros mismos, estar convecidos de que es así y creerlo y practicarlo, por así es que se aprende con la acción y no con el decir. Hay que ser conguentes con nuestra manera de pensar, sentir y hacer, ese es el camino.
hola, muy interesante la reflexión, pero si, comparto la idea de que para ser éticos debemos empezar por ser integros, creo que nos permitiría acercarnos un poco más a lo que deseamos de ser más responsables, si pensaramos en que lo que hagamos con otros es sólo y solamente una siembra y que tarde o temprano tendremos una cosecha, tratariamos de sembras más bienestar para la ciudadania y nos permitiría vivir de manera diferente, no envidiando lo que otros pueden tener, sino disfrutando la satisfacción y felicidad de otros. seríamos ciudadanos compartidos, mirariamos por los intereses de todos y compartiriamos el querer como el hacer. teniendo una motiviación ética para hacer.
Probablemente, con la misma inquietud de Susana Frisancho, podría agregarse que el ejemplo no busca determinar a quienes si o a quienes no, simplemente es destacar que "un auto" en la situación actual, desde el enfoque de la 3ra generación, es inmoral. Lo que debemos cambiar es "al auto" para que esté en "armonía con el equilibrio global".
a propósito del debate que se desarrolla en Colombia de la reforma a la educación superior, proponemos Un debate necesario desde la ética de lo que debe ser la responsabilidad colectiva para garantizar la vida:
Esta discusión debe incluir un profundo y fundamental debate desde la ética basada en los principios que hay que transformar, es necesario que en la misión de un modelo de educación superior se incluya y de prioridad en el terreno ético la responsabilidad de la educación superior con un tema de tanta responsabilidad colectiva como el ambiental, esta discusión hacia una nueva ley debe permear los principios éticos de todas las disciplinas que se construye en las universidades, en los objetivos misionales de todas sus estructuras y procesos, es necesario entonces incluir en este terreno de lo ético temas como la convivencia y la responsabilidad en donde se reconozca la pluralidad étnica, Se hace necesario entonces que se dé un giro hacia un proyecto de educación que incluya en la misión, la ciencia, la tecnología y el desarrollo, la responsabilidad colectiva para sostener la vida. Es necesario abordar el Principio de la Inclusión y participación, el impacto de la huella ecológica es una responsabilidad de todos, por lo tanto es importante construir y mantener cauces de participación, de la comunidad universitaria alrededor del tema ambiental. Es necesario incluir el tema de Responsabilidad social como IES y como referentes sociales, por ello, debe discutirse para reorientar sus esfuerzos misionales para educar con el ejemplo y brindar modelos de intervención y gestión sostenibles, que den respuestas a las necesidades sociales. Las IES deben ser un Agente de progreso, ellas están obligadas y comprometidas a ejercer un liderazgo prominente en el desarrollo de sistemas de innovación ambiental para el progreso social. La Visión de las IES debe tener una mirada integral Se deben incorporar en todos sus procesos la variable ambiental como un factor de gestión y desarrollo. Las IES Deben actuar desde una lógica Glocal, ellas deben reconocerse como parte de un entorno que exige pensar globalmente y actuar localmente. Es necesario debatir las IES como espacios que garanticen un Entorno Saludable en sus campus, en las cuales se produce salud y vida, saneamiento básico, espacios físicos estructuralmente adecuados, para lograr ámbitos psicosociales sanos.
Si la misión de las IES es educar y formar para transformar el conocimiento hay que romper paradigmas que sostienen estructuralmente la falla que ha generado la crisis y es en la ética donde debe poner la educación un énfasis de manera permanentemente para que los futuros profesionales que saldrán a intervenir la naturaleza, a su paso por las IES adquieran una conciencia ambiental si eso se logra las IES estarán empezando a cumplir la tarea, el compromiso, es por eso que en un lugar de ese articulado deberá quedar escrito, expreso, explicito, los principios y bases que le permitan a las universidades refundarse desde una ética de tercera generación es necesario construir colectivamente una la brújula que nos guie,
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