Pese al crecimiento económico aumentó la desigualdad en el país

Riqueza se concentra en zonas urbanas según el Banco Mundial. Para los más pobres la inflación en el 2007 se sintió tres veces más

Por Luis Felipe Gamarra

Los últimos 90 meses de crecimiento del PBI se conocen generosamente en América Latina como el ‘milagro peruano’. Sin embargo, existe un distrito que pone en perspectiva lo que significaron estos últimos años de bonanza macroeconómica. En el 2002, el Mapa Distrital de la Pobreza del MEF señaló que Anchonga (Huancavelica) había alcanzado el título más disputado pero menos apetecido por los distritos abandonados del país: el más pobre entre los pobres.

Entonces, de los 14,6 millones de pobres, 5.974 habitaban en Anchonga. Según el MEF, sus pobladores vivían con S/.20 al mes (S/.0,60 al día y S/.240 al año). Su agricultura era de supervivencia. Sus parcelas se encontraban en parajes resecos sin canales de regadío. Salvo por una carretera que los conectaba con el anexo más cercano, Anchonga estaba al otro lado del mundo: las trochas que unen el lugar con otros poblados eran transitables en el verano, y en los meses de frío los caminos se deshacían. Desde que Anchonga se creó, en 1945, no existe agua ni desagüe. Ningún hombre de este valle conoce una universidad.

Paradójicamente, en este distrito quedaba una de las cinco principales plantas de Minera Buenaventura, en la que se procesaba el oro que salía de la mina Julcani, que operó más de 50 años. A pesar de que en ese departamento queda la Central Hidroeléctrica del Mantaro, que alimenta de energía eléctrica al 30% del país, en Anchonga solo se conoce la luz del sol. La tercera parte de Huancavelica no posee luz.

IRONÍAS DEL DESARROLLO
¿Habrá habido ‘chorreo’ en Anchonga desde que la economía empezó a crecer? El último Mapa de Pobreza del Foncodes señala que este dejó de ser el lugar más pobre del Perú. A pesar de que mantiene su estado histórico de pobreza, existen seis distritos más pobres que Anchonga en Huancavelica, en donde se concentran los índices más altos de desnutrición y analfabetismo. En esta región, ocho de cada diez peruanos no posee baños. Seis de ellos cocina en pisos de tierra.

De acuerdo con el último reporte del 2007 del INEI, la pobreza en Huancavelica se ha incrementado durante los mismos años de crecimiento. En el 2004, la pobreza era de 84,8%. En el 2007, alcanzó el 85,7%, a pesar de que los recursos por canon se multiplicaron por cuatro en los últimos tres años y alcanzaron los S/.120 millones en el 2008.

Para Gustavo Yamada, profesor de la Universidad del Pacífico, el problema radica en la redistribución. Según Yamada, se necesitarían más de 88 años de crecimiento constante, por encima de los 5 puntos, sin índices de inflación superiores a los 2 puntos, para que distritos andinos y rurales como Anchonga salgan de la pobreza. En valles como el del Mantaro, la palabra milagro ha perdido su significado.

CRECIMIENTO DESIGUAL
El país ha crecido aceleradamente. En miles de millones, el PBI se incrementó en 32% desde el 2002. En estos años, el excedente de explotación (utilidades) pasó de 58,7% a 65% en el PBI. En el 2007, las 1.000 empresas más rentables del país, según un análisis de la consultora Gerens, generaron valor económico por encima de los US$5.055 millones para sus accionistas. Sin embargo, a pesar de que entre las 1.000 empresas existían solo 52 mineras y petroleras, estas concentraron el 80% del valor generado por todas: más de US$4.044 millones.

Si revisamos el Perú Top 10.000, veremos que entre las primeras 20 compañías, 14 son mineras y petroleras. Es decir, la riqueza se ha concentrado en sectores como la minería, agroindustria, construcción y manufactura, en los que la inversión privada se hizo presente. Ello aceleró el crecimiento de las zonas costeñas urbanas, empezando por Lima Metropolitana.

Sin embargo, las zonas rurales andinas, que concentran el 73% de pobres, quedaron al margen del ‘milagro peruano’, así como la selva urbana y rural. Incluyendo Anchonga.

Para el Banco Mundial (BM), debemos poner una lupa sobre los últimos datos de pobreza. Este organismo opina que el crecimiento generó bienestar en las zonas urbanas; pero, en el ande, donde viven 2 de cada 3 pobres extremos, la pobreza se redujo en algunos puntos decimales.

DESIGUALDAD Y CAPACIDAD
Si comparamos el gasto familiar del 10% de los peruanos más pobres con el 10% de los más ricos, veremos que la distancia entre ambos se ha elevado dramáticamente. Para Juan Chacaltana, de Centro de estudios para el desarrollo y la participación (Cedep), el ingreso del 10% más rico (al que pertenece menos del 8% del país) incrementó el promedio, lo que generó cifras engañosamente positivas. Por otro lado, la inflación, como lo demostró en el 2007 la Universidad del Pacífico, depende del segmento al que se pertenece. Para el sector E, la inflación del 2007 fue de 8,2%, tres veces más que para el resto de peruanos.

Para los economistas consultados, se necesita integrar a los pobres a la economía moderna a través de programas intensivos de generación de capacidades, y no de asistencialismo, como Juntos, que reduce tímidamente algunos índices de pobreza. Ellos consideran que esta situación no cambiará por efectos ‘milagrosos’ del crecimiento. Pero aún, en épocas de crisis e inflación como las que se avecinan, podríamos retroceder lo ya avanzado. En mayo, cuando el INEI revele las cifras de pobreza del 2008, recordemos a Anchonga. Ese distrito nos dirá lo que realmente estamos avanzando.

En Lima Metropolitana también creció la brecha
El crecimiento no ha sido equitativo para todos los limeños. De acuerdo con Ipsos Apoyo, en Lima Metropolitana, mientras que el ingreso de una familia (cinco personas) del sector A supera los S/.12.000 al mes, una del sector E alcanza los S/.660. En promedio, la clase media, formada por los sectores B y C (53% de limeños), ha mantenido sus ingresos, así como sus gastos. Es decir, la mejora no se ha percibido. El porcentaje de limeños que consideran que sus ingresos no alcanzan para cubrir sus gastos se mantiene superior al 50%. Sin embargo, el nivel socioeconómico A elevó sus niveles de gasto por encima de todos los demás sectores.

Según los números, el segmento A (5%) se llevó S/.1.332 millones, mientras que el NSE E (40%) alcanzó S/.171 millones. En per cápita, significa que una persona del sector A gana 18 veces más que una del NSE E. Existen jefes de familia que vacacionan en Bahamas, Londres o Nueva York; y por otro lado están aquellos que no completaron la primaria, lo que limita dramáticamente sus posibilidades para salir de la pobreza.

El Comercio.

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