Una Navidad en recesión

Este fin de año tiene un sabor distinto. Muchos estadounidenses recibieron las fiestas con la ingrata noticia de haberse quedado sin trabajo, mientras el consumo sigue bajando

Por Miguel Vivanco. Corresponsal

WASHINGTON. Definitivamente estas fiestas de fin de año son las peores en las dos últimas décadas. La recesión económica está en su punto más crítico y el 2009 se vislumbra negativo para miles de trabajadores. Hoy el ánimo está mermado e irremediablemente el fantasma del desempleo asoma en millones de hogares estadounidenses.

Las listas de regalos se redujeron al mínimo, los viajes de vacaciones se cancelaron y el uso de las tarjetas de crédito se contrajo de forma dramática. Los centros comerciales estuvieron repletos de curiosos, pero con muy pocos compradores.

Basta con ver lo que ahora ocurre laboralmente en la capital estadounidense para entender la magnitud del problema.

Los trabajadores inmigrantes de la región metropolitana de Washington, que siempre accedieron a empleos de bajos salarios, ahora tienen como competidores a personas mejor preparadas que se han quedado sin trabajo y que necesitan ganarse el sustento familiar.
Así pues, hoy no resulta extraño ver a un contador público colegiado trabajar en las noches como cajero de un supermercado. Tampoco sorprende observar a un ex ejecutivo financiero laborar como mozo en una pizzería.

Según Patricia White, funcionaria del Centro de Consejería del condado Prince George (Maryland), hubo un incremento del 35% –comparado con el 2007– en el número de personas que buscan trabajo, incluyendo solicitantes graduados en alguna especialidad.

En contraposición, hubo una merma del 53% en el número de puestos disponibles para los inmigrantes, en su mayoría hispanos sin documentos. “La competencia es muy fuerte. Por un bajo salario los empleadores ahora pueden contratar a personas calificadas y marginar a los obreros que no cuentan con ninguna preparación”, remarcó White. Para empeorar las cosas, muchas compañías del área metropolitana planean recortar plazas en un 10% para el 2009.

TESTIMONIO NACIONAL
La nueva competencia en el mercado laboral ya se presenta con nombre propio. El peruano Orlando Chávez (35 años), residente de Virginia, hace poco fue despedido de su empleo como carpintero, que le reportaba un salario anual de US$49.000.

Los US$363 que semanalmente recibe de la Oficina de Desempleados no son suficientes para cubrir el pago de la hipoteca, los gastos del vehículo y otras necesidades básicas.

Ahora Chávez trabaja treinta horas a la semana con un salario de US$10 por hora en una tienda de ropa, así como otras catorce horas semanales (a US$7 la hora) limpiando oficinas. “Uno nunca piensa que de un año para otro podría haber un cambio de tal magnitud en la vida. A ver qué nos trae el próximo año, espero que sea mejor”, dijo nuestro compatriota.

Algunos analistas predijeron que más trabajos temporales aparecerán con la próxima toma de posesión del presidente electo, Barack Obama. Hoteles, restaurantes y otros empleadores necesitarán miles de trabajadores para ayudar a lidiar con millones de personas que, se espera, lleguen a Washington el próximo mes.

“Estoy temeroso de saber lo que pasará en febrero, cuando todos los trabajos que la gente obtenga durante la juramentación ya no estén”, dijo Chris Hart-Wright, director de StriveDC, que trabaja con personas con habilidades especiales en el distrito de Columbia.

DESPIDOS AL POR MAYOR
Los festejos de fin de año se vieron opacados cuando el Departamento de Trabajo reveló que las nuevas solicitudes de seguro de desempleo aumentaron más de lo previsto, evidenciando que el mercado laboral se está debilitando con la profundización de la recesión.

Las solicitudes de compensación económica subieron a 586.000 hasta el 20 de diciembre. Eso es más que los 560.000 esperados. Se estima que los despidos masivos en la industria automotriz fueron un factor importante en el incremento.

Pero los despidos masivos vienen ocurriendo en casi todos los sectores. La poderosa empresa Textron Inc. ha eliminado 2.200 empleos, mientras que el proveedor de servicios tecnológicos Unisys Corp. anunció el fin de 1.300 puestos de trabajo.

La multinacional 3M informó que reducirá cerca de 1.800 posiciones y Xerox adelantó un recorte en su planilla de 3.000 trabajadores.

Y la lista continúa. La empresa líder en telecomunicaciones AT&T confirmó despidos escalonados durante el 2009 hasta de 12.000 trabajadores, mientras que Hewlett-Packard ya dijo que despediría a más de 10.000 empleados.

El Departamento de Comercio reveló que el gasto de consumo se redujo por quinto mes consecutivo en setiembre. La caída del 0,6% resultó aun más grave teniendo en cuenta la fuerte baja del precio de la gasolina.

VOZ DE ESPERANZA
Empero, el presidente electo, Barack Obama, exhortó en Navidad al pueblo estadounidense a poner el hombro a “la rueda de la historia” para forjar días más brillantes y dejar atrás las penurias de la actual crisis económica.

A 24 días de asumir el poder, Obama dijo que la temporada navideña debe ser un momento de unidad para crear un nuevo espíritu común nacional entre los estadounidenses.

Taxis amarillos se ponen de moda
La crisis económica ha llevado a muchos de los miles de neoyorquinos que se han quedado sin trabajo a pedir licencia de conductor de taxi, lo que ha elevado estas solicitudes hasta un récord de 45.805.

Una de las consecuencias de la crisis económica en Nueva York es que no hay suficientes taxis amarillos disponibles para todos los que han perdido su trabajo y buscan en este medio de transporte un empleo que les permita llevar dinero a casa.

Se trata de la cifra más alta de peticiones de licencias de conductor de taxi en la historia de Nueva York y es un 19% superior a la de hace un año, aunque entre todos ellos se deben repartir los 13.000 taxis amarillos que hay en la ciudad, lo que ha motivado que muchos garajes hayan tenido que rechazar ofertas.

“Estoy diciendo a la gente que vuelva mañana. Estoy mandando a gente a casa constantemente sin un auto. Es una situación muy mala”, declaró Syed Zahoori, quien lleva 17 años al frente del garaje Harlem Yellow Cab.

El presidente de la Comisión de Limusinas y Taxis de Nueva York, Matthew Daus, aseguró que en tiempos de debilidad económica siempre aumenta el flujo de conductores, pero adelantó que este año se estaría alcanzando cifras realmente históricas.

El Comercio.

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