La oralidad en los procesos judiciales ha marcado un cambio profundo en varios sistemas legales, y el Perú no ha sido la excepción. La implementación de la oralidad en el proceso civil ha tenido un impacto notable en la eficiencia y accesibilidad de la justicia, transformando la forma en que los litigios se desarrollan y resuelven.

Beneficios de la Oralidad Civil

La oralidad ofrece una serie de beneficios clave que han permitido mejorar significativamente el desarrollo de los procesos judiciales:

  1. Reducción de plazos: Las audiencias orales permiten a las partes exponer sus argumentos y pruebas de manera directa ante el juez, acelerando el proceso judicial y reduciendo los tiempos de espera. En contraste con el enfoque escrito, donde las demoras en la presentación de escritos y en la revisión documental son más frecuentes, la oralidad simplifica el flujo de información.
  2. Mayor comprensión: La comunicación directa en audiencias orales fomenta una interacción más cercana entre las partes y el juez, lo que contribuye a una mejor comprensión de los hechos en controversia. El juez puede formular preguntas, aclarar dudas y obtener una visión más completa del conflicto, lo que facilita la toma de decisiones informadas.
  3. Agilidad: Al simplificar los procedimientos y permitir que las controversias se resuelvan en audiencias concentradas, la oralidad agiliza la administración de justicia. Las decisiones se pueden tomar con mayor rapidez, sin depender exclusivamente de la revisión escrita.
  4. Acceso a la justicia: Al facilitar un proceso más ágil y menos técnico, la oralidad hace que el sistema judicial sea más accesible para todas las personas, independientemente de su conocimiento técnico. Al eliminar barreras procedimentales complejas, la justicia se vuelve más inclusiva.

Un Caso Real: El Lado Oscuro de la Tramitación Inadecuada

A pesar de los beneficios que la oralidad puede ofrecer, su implementación debe estar acompañada por un uso adecuado de las figuras procesales. En nuestro juzgado, hemos observado casos que, de haber sido tramitados con mayor rigurosidad desde un inicio, habrían evitado demoras significativas.

Recientemente, en un informe oral, llamó mi atención un proceso iniciado en 2011, que tras 13 años de litigio, finalmente está listo para sentencia. Este largo retraso no solo evidencia la necesidad de cambios, sino también los problemas que pueden surgir en la tramitación procesal:

Problemas en la Tramitación del Caso:

  1. Incorporación incorrecta de terceros: Se incorporaron terceros coadyuvantes a quienes se les trató como litisconsortes necesarios, complicando innecesariamente el proceso.
  2. Pruebas irrelevantes: Se introdujeron medios probatorios que no guardaban relación con la cuestión controvertida, incluyendo una pericia que evaluaba la validez del contrato entre las partes, algo ajeno al petitorio de la demanda.
  3. Desvinculación del derecho material: El petitorio se circunscribía a solicitar la ineficacia (acción pauliana) de un contrato de transferencia, alegando la vulneración de un derecho crediticio inexistente.

La pretensión del demandante no se basaba en el reconocimiento de una deuda pendiente, sino en la validación de una transferencia de derechos efectuada por el causante de los demandados.

Dado que no existía una deuda pendiente a favor del demandante, no hay un interés directo que proteger mediante una acción pauliana. La acción está diseñada para salvaguardar los derechos de los acreedores ante actos que podrían perjudicar su capacidad de cobrar, por lo que la ausencia de una deuda significa que el demandante no puede invocar esta acción.

La pretensión del demandante se centra en el reconocimiento de la transferencia de derechos realizada por el causante. Esto implica que el demandante busca que se reconozca la validez de dicha transferencia, más que reclamar una deuda. Esto cambia la naturaleza de la disputa, ya que se trata de establecer la legalidad de un acto de disposición patrimonial en lugar de proteger un crédito.

 

La Clave: Un Estudio Adecuado de las Herramientas Procesales

Los dos primeros defectos de tramitación podrían haberse resuelto fácilmente con un estudio adecuado de las herramientas que el proceso ofrece. Sin embargo, el tercer problema es más profundo. La desvinculación del derecho material reflejó una incorrecta identificación del conflicto y generó expectativas infundadas en el demandante sobre un derecho que realmente no podía protegerse.

La identificación precisa del problema es crucial para evitar dilaciones innecesarias y garantizar una tutela jurisdiccional efectiva. La oralidad, en este sentido, debe ser acompañada por una aplicación rigurosa de las figuras procesales para evitar retrocesos en los objetivos trazados.

Reflexiones Finales

La implementación de la oralidad civil representa un avance importante hacia una justicia más ágil y comprensible. Sin embargo, para que este sistema cumpla con su promesa de mejorar la administración de justicia, los operadores judiciales deben utilizar de manera adecuada las herramientas procesales disponibles. Solo así se logrará combinar la oralidad con un análisis legal sólido que permita llegar a soluciones justas y equitativas.

La oralidad es, sin duda, un camino hacia la construcción del conocimiento. Un conocimiento que no solo pertenece a los jueces y abogados, sino también a las partes que buscan justicia. Y es nuestra responsabilidad, como operadores del sistema judicial, garantizar que ese conocimiento se traduzca en decisiones rápidas, justas y bien fundamentadas.

 

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