Vernos como lo hacen los otros – Enough Said (2013)

[Visto: 87 veces]

De vez en cuando, hay películas que nos hacen sentir mejor sobre nosotros mismos. No hay que confundirse. No hablo del tipo de historias convenientemente pulcras, aspiracionales y poco realistas que suelen componer el canon de la romcom hollywoodense o las adaptaciones de una fábula autoayuda. Me refiero, más bien, a ese tipo de historias particularmente optimistas, aún cuando no deberían serlo: historias de personas como nosotros, con problemas más o menos parecidos, con ansiedades y temores que creemos, con la aceptación de sus fallas, manías y carencias. Es el tipo de películas que dirigen y escriben Kenneth Lonnergan, Tom McCarthy, Noah Baumbach, Tamara Jenkins y, sobre todo, Nicole Holofcener. Holofcener, acostumbrada a las tragicomedias independientes con actores fetiche, concibe un mundo plagado de interesantes personajes de clase media alta, pequeños burgueses con pequeños problemas y hábitos particulares. Su humor, empatía y atención al detalle permiten que las historias, a priori confinadas a un grupo muy específico de personas, resuenen con cualquiera en circunstancias parecidas.

Enough Said (2013), posiblemente su mejor película, hace lo posible por confirmar y a la vez deslindarse de las principales manías del cine de Holofcener. Aún cuando la mayoría de sus películas se centran en personas ricas con problemas de gente rica (por algo escribió y dirigió Friends With Money en 2006), Enough Said, por una vez, se centra en personajes mucho más reales, con miedos razonables, bastante vulnerables desde el inicio, cercanos a la audiencia. Compartiendo premisa con otra de sus mejores películas, You Hurt My Feelings (2023), Enough Said es un film sobre la forma en que otros nos ven y la forma en que nos vemos a nosotros mismos, acción que se ve afectada por pequeños puntos de quiebre: dejar ir una relación, iniciar otra, aceptar la insatisfacción de la mediana edad y el reconocimiento los límites en nuestras ambiciones. Mientras que Hurt My Feelings va sobre la vulnerabilidad en nuestra vida pública y la posibilidad de no ser tan talentosos como quisiéramos, Enough Said va sobre la vida privada, los desencuentros amorosos y afectivos, la incertidumbre constante en nuestros roles de padres, madres, parejas y amigos.

En el centro del film están Eva y Albert. Eva es una masajista a domicilio que trabaja con clientes súper ricos en la soleada Los Ángeles. Eva, insegura, espontánea y siempre capaz de decir lo incorrecto en el momento impreciso, es interpretada por Julia Louis-Dreyfus en una interpretación liberadora y muy convincente, el tipo de persona al que le reconocemos mil falencias desde el inicio, pero con el que queremos pasar más de una tarde. Albert, gentil gigante interpretado por James Gandolfini, resalta por su humor, empatía, generosidad y, ante todo, eso que los gringos llaman self-awareness, consciencia de sí mismo: a diferencia de Eva, preocupada por cada mínimo detalle en su imagen pública, Albert parece totalmente ajeno a cómo el resto le ve, estontáneo en sus acciones y muy sincero con sus preferencias. Albert es el tipo de protagonista que necesitamos en el cine: un tipo de contextura robusta, lejano al estereotipo hollywoodense, un sujeto tierno, vulnerable, y, gracias a la excelente interpretación de Gandolfini, un personaje muy entrañable. 

Como es común en sus películas, Holofcener no se decide por una de las subtramas, así que las incluye todas. Eva intenta mantenerse cerca a Ellen, su hija, mientras ella se prepara para asistir a la universidad Sarah Lawrence. Albert, por otro lado, intenta dejar un buen legado a su propia hija, Tess, a punto de mudarse a Pearson para estudiar diseño de modas. Tess pronto empieza a resentir a sus madre cuando esta se hace imprevista mentora de su mejor amiga, la muy confundida Chloe. Eve frecuenta la casa de Sarah, su mejor amiga, una terapeuta que encarna a la perfección el estereotipo de mujer californiana confundida, impulsiva y necesitada de su propia asistencia terapéutica. Sarah tiene dos manías a la vez: pelearse con su esposo, Will, e iniciar una guerra doméstica contra su housekeeper, Cathy, a quien acusa de arruinar el débil balance de su casa. Todas estas excusas, (quizás una forma de hacer que la película llegue a la hora y media, o un intento de no saturar el romance entre Eve y Albert para la audiencia) ayudan a que la tesis central del film cobre sentido: las personas hacen lo que pueden por esconder sus inseguridades y temores, por imponerse pequeños problemas para no reconocer los grandes; los personajes habitan entre el miedo al compromiso y el miedo a la soledad. 

Quizás ningún personaje consigue capturar mejor esa dicotomía que Marianne, la exitosa poetisa interpretada por Catherine Keener (una regular en el cine de Holofcener), amiga personal de Joni Mitchell, autora de versos indescifrables, cliente y pronta amiga de Eve y quien, como se revelará en el segundo acto, es la ex esposa de Albert. Marianne es hosca con sus seguidores y habla con resentimiento y rechazo de su exmarido, pero, a su vez, hace lo posible por caerle bien a Eve. “No tengo muchas amigas”, nos confiesa, y no nos sorprende. Una vez más, la tensión entre soledad y compromiso. La revelación de que Albert y Marianne estaban juntos y que ambos frecuentan a Eva es una que ninguno de los dos conoce, y añade cierto tono de comedia de enredo a la historia. Lo que podría ser un dispositivo para atraer a la audiencia y capturar su atencióninnecesariamente sirve, más bien, para reforzar la vulnerabilidad de los personajes y su compromiso (y también temor) con dejarse ver. 

Eve tiene que mantener el frágil equilibrio entre querer acercarse a Albert y permitir que Marianne hable muy mal de él a sus espaldas, incluso revelando sus intimidades. Un pequeño acto de confidencia y engaño, un desliz social, se torna, así como en las screwball comedies de antes, en un disparador de conflictos y dilemas morales. Los personajes de Holofcener constantemente habitan la tensión entre lo que deben y lo que pueden hacer. Eva puede seguir frecuentando a Marianne y hacer como si no conociera a Albert, pero bien que no debería hacerlo. Eva puede seguir conociendo a Albert bajo las advertencias de su ex esposa, pero tanto Albert como la audiencia creerían que no es la opción más deseable. En You Hurt My Feelings el esposo del personaje de Louis-Dreyfus confiesa que no le gustan las memorias que ella ha escrito y ella le escucha sin querer: una vez más, un pequeño desliz social, en el que el esposo puede mentirle a su mujer sobre la calidad de su novela, y bien que lo toleraríamos moralmente, pero bien sabemos que no debería. 

Esta tensión en la trama, sin embargo, no reemplaza la sinceridad y detalle en la relación entre Eva y Albert. Siempre está bien recibido un film de adultos para adultos, con conversaciones de verdad, atención a detalles curiosos, chispa y buen humor, así como cuando salimos en una cita con alguien que desconocemos. Los encuentros entre Eva y Albert, astutamente escritos por Holofcener, son entrañables, torpes, imprevisibles y, sobre todo, muy creíbles, y cada uno, reconociéndose vulnerable ante el otro, parece ser un poquito mejor en compañía. “Ya me cansé de ser gracioso”, dice uno de los personajes; “descuida, no eres gracioso”, le replica el otro. Vemos a Eva y Albert en sus momentos cotidianos. Una primera cita en un restaurante con la música demasiado elevada.  Un brunch en una tarde ociosa de domingo, que incluye un torpe primer beso y la primera vez que hacen el amor, con los ojos cerrados, por supuesto. Una cita en los archivos del museo de la TV en Los Ángeles y un desayuno con la sobrina política de Eva, brindando consejos de vida. Cada uno de esos pequeños momentos rutinarios, previsibles mejorados a la luz del romance. 

Enough Said utiliza el enredo central de una manera bastante convincente, desnudando la evidentes contradicciones y vulnerabilidades de sus protagonistas para llegar a un clímax razonable, nunca idílico, pero sí lo suficientemente optimista: un optimismo adulto, medio torpe, incierto, como suele sucedernos en nuestras relaciones. Puede que Enough Said necesite un par de subtramas menos y un par de escenas más entre Albert y Eve para convencernos del todo, pero no se puede negar la fuerza de sus personajes, la astucia de la trama, y, sobre todo, su corazón. ¿Ya ven por qué esta película es de esas que nos hacen sentir mejor sobre nosotros mismos? 

Puntuación: 0 / Votos: 0

Acerca del autor

Anselmi

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *