En ocasiones, cuando discutimos con nuestras personas importantes (porque no sólo tiene que ser con la pareja), en medio de la “batalla” decimos cosas, a veces cegados por la furia, el malestar y/o tristeza del momento, y lo que conseguimos no sólo empeora la situación, sino afecta a la otra persona (que por más “responsable” sea del hecho, es persona, con capacidad de sentir alegría, tristeza y dolor como nosotros.

Cuando esto ocurre, focalizamos sólo en lo que nosotros sentimos en el  momento, dejando de lado las emociones (seguramente agradables) que naturalmente tenemos por esa persona.

Las consecuencias de dejarnos llevar pueden ser, muchas veces (y en el mayor de los casos) negativas. Hay cosas que, cuando se rompen, se destruyen para siempre. 

Cuidado con eso.