Por: Estela Ospina Salinas
La semana pasada acudimos invitadas a la actividad anual de prevención de riesgos laborales de una gran empresa. Al llegar, pensamos encontrar a los de siempre: al jefe del área y a su equipo, así como a los miembros del comité y de los subcomités de seguridad y salud en el trabajo (SST).
Sin embargo, las novedades no tardaron en sorprendernos: se encontraba la plana gerencial en su totalidad, liderada por el gerente general. Es más, fue él quien inició la reunión con una presentación acerca de los avances y las tareas aún pendientes en materia de SST.
El directivo enfatizó que durante todas las sesiones semanales de la Gerencia General se dedicaba un tiempo importante al tema, como lo hacían con los otros riesgos del negocio. De ellas emergió la decisión de fortalecer el sistema de gestión con la creación de una gerencia, del mismo rango de las demás, que debía lograr que la seguridad y la salud fueran los componentes claves de las mejoras en los procesos productivos actuales y en el diseño de los nuevos.
Refiriéndose a los resultados conseguidos, el gerente mencionó que durante el 2012 y 2013 se había logrado avances en las actividades que presentaban los mayores peligros y riesgos para los trabajadores. Sin embargo, el objetivo final era alcanzar el riesgo 0, no como una aspiración sino como una realidad en los siguientes años. Con esa meta trazada, la empresa y el grupo empresarial del cual forman parte persistirán en desarrollar un proceso de inversiones que priorice la prevención de los riesgos laborales y la protección del medio ambiente.
Un aspecto crucial en la exposición fue la importancia otorgada a la Investigación y el Desarrollo (I+D) en los procesos productivos para obtener condiciones de trabajo más seguras y saludables. A la vez que lamentó la pérdida de vidas, el directivo reiteró el compromiso empresarial con las familias de los deudos y la garantía de la reducir a cero los accidentes mortales a partir de este año y en los años venideros. Además, al reconocer que desarrollan una actividad de alto riesgo, tienen que liderar desde sus más altos niveles el compromiso por mejorar las condiciones laborales.
Desde esta perspectiva, y tomando como ejemplo el caso reseñado, se desprende que las empresas peruanas están implementando un concepto de gerencia estratégica del negocio cuyo componente clave es la sustentabilidad. Concepto que se entiende como la permanencia de recursos naturales a lo largo del tiempo con el fin de que las generaciones futuras también los utilicen. Esta noción aplicada a la gerencia estratégica implica colocar el valor de la vida y de la salud de las y los trabajadores como un componente clave de una conducta empresarial socialmente responsable y ética. No es sólo ver hacia el futuro, sino establecer las bases, orientaciones y acciones necesarias para la permanencia de la empresa en el futuro. Considerando lo anterior, la seguridad y salud en el trabajo forman parte de los componentes claves que garantizan la sustentabilidad empresarial en el siglo XXI.