AVISO CLASIFICADO: URGENTE SE BUSCA UN MEDIADOR PARA CONGA

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Cuando las partes involucradas en el conflicto, léase gobierno regional, frente de defensa, los ministros y el gerente de Buenaventura se encuentran empecinados en cumplir sus objetivos sin importarles lo que piensen o hagan las partes contrarias, es que estamos en un proceso agudización de la crisis o re-escalamiento, que está generando muertos, daños a la propiedad y pérdidas económicas.

En primer lugar es urgente desarrollar un proceso de distención, el primer paso es que el presidente ordene a sus ministros que cesen en sus ataques verbales. La situación es muy simple el ejecutivo está abordando el conflicto como si se tratara de una lucha política o una contienda electoral, y desarrolla una serie de práctica contenciosas y tácticas políticas para desprestigiar y deslegitimar a los opositores al proyecto. Si el gobierno se planteara como objetivo “encausar” el conflicto, bastaría consultar cualquier manual nacional o internacional de transformación de conflictos y entender que la ruta que han elegido solo echa más gasolina al conflicto, genera el endurecimiento de las partes contraria y una mayor cerrazón en torno a sus posiciones maximalistas. Este sería un gesto de buena voluntad muy significativo.

Si bien el gobierno dice estar dispuesto al diálogo, al igual que el presidente regional de Cajamarca, está claro que no sabe cómo llegar a ese objetivo. Está claro que los pasos tomados han contribuido al escalamiento por lo siguiente: En primer lugar el enfoque dualista de Conga va/ Conga no va, creó las condiciones para la polarización, reduciendo el espacio para que las posiciones intermedias asuman un rol mediador y presionen a las partes extremas (tanto de la empresa y de las poblaciones) para buscar soluciones intermedias. Segundo, al asumir la defensa de la viabilidad del proyecto sin presentar garantías, procesos de monitoreo, límites a la operación o simplemente el respeto de 2 de las 4 lagunas, simplemente el gobierno ha dejado de ser un actor imparcial y es percibido por los opositores al gobierno como un aliado de la empresa. El uso repetido de la fuerza, el excesivo ceño para apresar a los líderes de la protesta de Cajamarca y Espinar generan repuestas más violentas, más aún si las fuerzas del orden no han sido preparadas para intervenir en procesos de negociación y distención desde una perspectiva de paz. Por más que el ministro del interior trate de convencer en los medios que la policía no hace un uso desmedido de la fuerza, las imágenes de todos los medios lo desmienten y las poblaciones perciben el estado de emergencia como coercitivo e injusto, por más que sea este legal. Todo esto genera más frustración, deseos de venganza, rabia y por su puesto más radicalización.

Es evidente que las medidas de fuerza empleadas por los opositores al proyecto, por el gobierno y por la misma empresa, están conduciéndonos a un despeñadero. El gobierno debe buscar con urgencia un mediador o un grupo de notables que pueda servir de puente entre las tres partes, que pueda crear las condiciones de diálogo, que sepa buscar los puntos en común, que sepa construir confianza, y pueda de-construir las emociones e iras acumuladas por este mar de acusaciones y desprestigios. Existe mucha gente a nivel internacional, de universidades, de la ONU que han mediado en procesos muchos más complejos en África, Irlanda, Sir Lanka, Serbia o Centroamérica que ayuden a salir de este entrampe pues ni gobierno ni empresa ni las poblaciones saben cómo. Esto es urgente, es para ayer.

 

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