No ha pasado desapercibido que la medida de la cuarentena por sexos nos ha evidenciado un comportamiento distinto de hombres y mujeres. Las mujeres salimos más, en todos los distritos y niveles socioeconómicos*.
Este comportamiento se ha relacionado con la responsabilidad social de “las compras”. Por supuesto está la necesidad urgente de dar de alimentar a la familia, esto podría explicar el comportamiento en algunos casos de hogares liderados por mujeres y en zonas empobrecidas en donde no hay capacidad de guardar productos perecibles. Pero no parece ser el caso de otras zonas urbanas.
De otro lado, las mujeres tienen un largo record de ser las compradoras masivas, no solo de alimentos sino de diferentes productos para toda la familia (muy relacionado con sus labores de cuidado) y esto lo saben bien las empresas cuando hacen sus estudios de marketing**. Pero en un contexto de pandemia en donde hay que pensar dos veces para salir de la casa, en zonas donde el poder adquisitivo es mayor y hay posibilidad de guardar productos perecibles, no parece haber proporción en la mayor presencia de las mujeres en las calles.
En nuestra opinión, esta salida casi masiva de mujeres a la calle es el reflejo de dos fenómenos adicionales. Por un lado, el reflejo de la depresión y la ansiedad que las mujeres pueden estar enfrentando y que ha sido estudiado en el caso de mujeres compradoras compulsivas***. De otro lado, estaría reflejando el hartazgo de las mujeres al estar en la casa “invadidas” por los otros miembros de la familia, lo que guarda estrecha relación con la situación de tensión y violencia que las familias estamos viviendo al interior del espacio doméstico.
Las mujeres, otroras “reinas del hogar” normalmente pueden organizar el uso de su tiempo y aunque en horarios extendidos, sobrecarga de trabajo y jornadas flexibles, tienen una rutina organizada en el hogar. Esta rutina además de verse abruptamente cambiada, obliga a compartir el espacio (24/7) con los demás miembros de la familia que reclaman atención y seguramente también expresan sus propias frustraciones.
Los hombres, por el contrario, tradicionalmente han asociado el espacio doméstico con inacción (descanso), por lo que seguramente aunque colaboren en casa y tengan también un nivel alto de estrés por la cuestión laboral, no buscan en el supermercado el espacio de distracción y “tiempo libre” que pareciera las mujeres si están buscando.
Lamentablemente, las salidas al mercado que pueden significar un “tiempo libre” para las mujeres pueden suponer un riesgo exponencial para sus vidas.
Otras reflexiones sobre las mujeres y el coronavirus que he publicado en los últimos días pueden verse en los siguientes enlaces:
- Las mujeres como socias en la política pública de contención frente al coronavirus: https://idehpucp.pucp.edu.pe/idehpucp_medios/puntoedu-las-mujeres-como-socias-en-la-politica-publica-de-contencion-frente-al-coronavirus/
- Entrevista a Marcela Huaita: “Cuando hay confinamiento (…) la desigualdad se potencia”. https://idehpucp.pucp.edu.pe/idehpucp_medios/puntoedu-entrevista-a-marcela-huaita-cuando-hay-confinamiento-o-aislamiento-social-como-el-que-estamos-viviendo-la-desigualdad-se-potencia/
- Tiempos de crisis: Las mujeres, el Estado y la carga del cuidado. https://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-informativas/tiempos-de-crisis-las-mujeres-el-estado-y-la-carga-del-cuidado/
* https://elbocon.pe/trends/coronavirus-lima-mujeres-hacen-largas-colas-en-wong-de-miraflores-la-molina-en-medio-de-la-cuarentena-fotos-viral-twitter-noticia/
** https://www.estrategiaynegocios.net/opinion/444330-345/la-verdadera-razon-por-la-que-las-mujeres-compran
*** Behar, Rosa. La mujer moderna y el comprar compulsivo Rev. chil. neuro-psiquiatr. vol.56 no.1 Santiago 2018. http://dx.doi.org/10.4067/s0717-92272018000100046