LA EDUCACIÓN DE LAS ELITES INDÍGENAS DURANTE LA COLONIA

Entrevista a Monique Alaperrine-Bouyer (Suplemento Dominical del Diario El Comercio, 6.01.2008)

Monique Alaperrine-Bouyer es una peruanista francesa que ha centrado sus estudios en la educación en el Perú colonial. Después de años de investigación presenta un libro que ronda un tema poco abordado: los colegios de caciques de Lima y Cuzco. Desde París contestó algunas preguntas para El Dominical.

Por Jorge Paredes

La figura del cacique ha comenzado a cobrar importancia para los historiadores de la Colonia. Trabajos como los de María Rostworowski, Scarlet O’Phelan o la reciente publicación de José de la Puente Luna (Los curacas hechiceros de Jauja) han centrado su atención en esa red de poder local encarnada por el cacicazgo, que -en plena dominación hispana- sirvió de bisagra entre la «república de indios» y la administración colonial. La figura del cacique representa, además, toda la complejidad del proceso de conquista, un hecho que no se dio de la noche a la mañana, sino que se gestó en el tiempo mediante la fuerza, pero también a través de alianzas y estrategias usadas tanto por dominadores como por dominados. Los caciques, esos señores de indios, fueron los que más sintieron la dominación, muchos perdieron la vida, pero otros se adaptaron paulatinamente a los nuevos tiempos. Pasaron a ser elites sojuzgadas, que, sin embargo, mantuvieron ciertos privilegios locales; pues, rápidamente, los españoles entendieron que esta era la única manera de evitar rebeliones y de sellar la conquista. « Esta administración (colonial) para controlar los recursos y recoger el tributo se coló en el molde inca, tratando al cacique de principal y modificando a su vez normas de sucesión al imponer que el hijo mayor heredase el título, según el modelo del mayorazgo », escribe Monique Alaperrine-Bouyer, una peruanista francesa, que ha presentado un libro (La educación de las elites indígenas en el Perú colonial, IEP, IRA, IFEA) que aborda un aspecto esencial para la inclusión del cacique en el mundo colonial: el tema de su educación. En ese primer siglo de dominación las elites indígenas comenzaron su aculturación, aprendieron el catecismo, el español y su escritura, y algunos el latín. Algo sorprendente que nos revela este trabajo que en corto tiempo muchos hijos de curacas no solo dominaron el castellano, sino aprendieron el derecho y la doctrina cristiana, llegando a ser escribanos del nuevo orden colonial. Esto causó temor entre no pocos españoles, quienes creían que esos « indios ladinos » podían poner el conocimiento del derecho y del cristianismo al servicio de los « herejes ». Jerónimo López escribía al emperador en 1541 que « dar instrucción a los caciques equivalía a dar armas al demonio contra los cristianos ».

Si bien la enseñanza a los primogénitos de los caciques comenzó a darse en los conventos, pronto surgió la idea de fundar colegios para ellos, siguiendo el ejemplo de México. Esto originó un encendido debate entre las órdenes religiosas y las autoridades coloniales, que duró gran parte de los siglos XVI y XVII. Este libro da cuenta de este proceso que significó la fundación de dos colegios para caciques en Lima y Cuzco, ambos administrados por la Compañía de Jesús hasta 1767.

¿Cuál fue la importancia del cacique durante la conquista y la evangelización? ¿Pertenecían todos a la nobleza incaica o eran de otros pueblos?
Primero tengo que precisar que el cacique no era forzosamente inca. Es más la mayor parte de ellos no lo era, sino eran descendientes de las elites locales. Los descendientes de los incas se mantuvieron en su gran mayoría en la región del Cuzco. La importancia de los caciques en la época colonial fue disminuyendo a medida que el poder español se afirmaba y organizaba. Al principio, los españoles necesitaban a los caciques para lograr la cristianización de los indios del común y para recoger el tributo: los religiosos eran pocos y los indios muchos. La cuadriculación del territorio que los incas habían instituido para recoger el tributo sirvió a sus vencedores y solo el cacique tenía la autoridad necesaria. Después la población indígena disminuyó y aumentó la española, creándose el oficio de corregidor de indios, que amenazaba y reducía el poder de los caciques.

Recientes trabajos se han ocupado del tema de los caciques durante la Colonia. En ese aspecto su libro se centra en un aspecto clave: la educación de los caciques, ¿cuál es el escenario en que se da esta instrucción y de qué manera los españoles asimilaron al cacique en su esquema de dominación?
La educación de los hijos de caciques fue una medida dentro del fenómeno conocido como extirpación de las idolatrías. Antes de la fundación de los dos colegios, los caciques se educaban en los conventos o con el doctrinero, pero cuando se constató hacia 1610 que los indios seguían con sus tradiciones religiosas en su gran mayoría, el virrey Esquilache decidió retomar un proyecto que había sido de Francisco de Toledo, más de cuarenta años antes, e institucionalizar la educación de los hijos primogénitos de los caciques fundando dos colegios: uno en el cercado de Lima llamado colegio Real del Príncipe y otro en el Cuzco llamado de San Borja.

¿Qué función cumplieron estos colegios y qué tipo de educación se impartía a los hijos de los caciques, que suponemos era distinta a la ofrecida a indios y a españoles?
Estos colegios cumplieron, como ya lo he dicho, la función de una institución, idea que al principio agradaba a los caciques porque representaba un reconocimiento de su nobleza, pero muy pronto, los jesuitas, que dirigían estos colegios, aceptaron a niños españoles pobres, y a otros no tan pobres que pagaban. Entonces, estos colegios, donde al principio se enseñaba latín, se convirtieron en escuelas de educación primaria para todos. En cuanto pudieron los caciques dejaron de mandar a sus hijos y el colegio de Lima, sobre todo, decayó totalmente hasta que después de la expulsión de los jesuitas, se intentó de nuevo darle cierto atractivo. En cuanto a los indios del común, salvo excepción, no aprendían a escribir ni a leer, solo asistían a la doctrina. La oposición de una gran parte de la sociedad colonial a los colegios de caciques fue muy importante, por miedo y por desprecio, creando muchos obstáculos a su funcionamiento.

Usted hace un seguimiento de los caciques que pasaron por estos centros, incluso se registra un descendiente del inca Túpac Yupanqui ¿cuál fue el destino de ellos? ¿Existen indios ilustrados en la colonia, cuya vida y acción han pasado desapercibidas?
Rastrear a los caciques educados en los colegios de Lima y Cuzco no ha sido una tarea fácil, ya que solo se ha podido conocer a quienes dejaron algunas huellas en pleitos o testamentos. Los destinos de estos hombres son muy distintos, unos fueron buenos caciques que defendieron a sus indios contra los abusos de españoles y criollos, tal es el caso de don Juan Picho; otros al contrario se portaron como los dominadores; y otros, como Limaylla, intentaron ser portavoces de otros caciques, reclamando justicia y menos abusos, con una conciencia política muy clara. Sin éxito, claro está. Los indios ilustrados pasaron desapercibidos porque no podían ser escuchados, el caso de Limaylla lo ilustra perfectamente.

Las hijas de caciques constituyen una historia aparte, muchas fueron llevadas a los beaterios, sin embargo la figura de la cacica fue también importante en el poder local de los andes, sobre todo en el centro y sur del país, ¿qué referencias tiene al respecto?.
La figura de la cacica existió en efecto en ciertas partes de los Andes y de la costa. Lo que pude rastrear es que ciertas mujeres recibían una educación en los conventos, y esto por la voluntad de sus padres. Cuando tenían el título por herencia por falta de hermano varón, eran muy codiciadas como esposas, y no se les exigía saber escribir, ya que el poder efectivo lo tenían los hombres. Esto es lo que pude deducir de algunos casos que se me ofrecieron, pero me centré esencialmente en los colegios de caciques que excluían con toda evidencia a las mujeres.

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Acerca del autor

Luis Alberto Duran Rojo

Abogado por la PUCP. Profesor Asociado del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Director de ANALISIS TRIBUTARIO. Magister en Derecho con mención en Derecho Tributario por la PUCP. Candidato a Doctor en Derecho Tributario Europeo por la Universidad Castilla-La Mancha de España (UCLM). Con estudios de Maestria en Derecho Constitucional por la PUCP, de Postgrado en Derecho Tributario por la PUCP, UCLM y Universidad Austral de Argentina. Miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, del Instituto Peruano de Investigación y Desarrollo Tributario (IPIDET) y la Asoción Fiscal Internacional (IFA).

6 Comentarios

rosmery

bueno este articulo me parece interesante sobre como ha sido educacion de esos tiempos a los de la actualidad

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alvaro

bien gracias oues tenia una expocision y tube una 20 gracias a dios no encontre en ninguna otra pagina

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dalia

me parecio interesante como era la educacion en esos tiempos y como fue que avanzo tanto,hasta llegar a la actualidad.

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gressyha ysabel

hola….quisiera saber donde puedo encontar este libro,porque tengo una exposición de la educación en la colonia y quisiera leerlo..si alguien sabe en que biblioteca lo puedo encontrar,porfavor me envian un mensaje a mi correo : gressyha@hotmail.com.

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Rosa

Por favor quisiera saber de alguien que sepa muy bien definir o explicarme:
Qué es un indígena?
Qué es un inca?
Qué es un indio?
Cuáles son las diferencias si es que las hay entre indígena, inca e indio?
Muchas gracias por la ayuda.

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