El escritor norteamericano describió con agudeza la sociedad de su país
John Updike
A los 76 años, murió ayer el escritor norteamericano John Updike, dos veces Premio Pulitzer por sus libros Conejo es rico y Conejo en paz , a raíz de un cáncer de pulmón. Considerado uno de los más prominentes escritores de Estados Unidos, candidato al Premio Nobel año tras año, Updike fue un prolífico maestro en varios géneros: novela, cuento, crítica y poesía, e insuperable cronista de la clase media de su país.
Integrante de un Olimpo de nombres rutilantes como J. D. Salinger, Norman Mailer, Toni Morrison, Joyce Carol Oates y Gore Vidal, entre otros, Updike nació en Pensilvania, el 18 de marzo de 1932, pero no fue hasta 1955 que comenzó a desarrollar un estilo personal y se convirtió en un agudo cronista de la sociedad norteamericana. Por entonces entró a la prestigiosa revista The New Yorker .
Con más de 60 libros en su haber, el fallecido escritor llegó a publicar un libro por año. A lo largo de su producción literaria, Updike fue tan brillante como eficaz para reflejar sus críticas -y también sus elogios- sobre la sociedad de su país.
En 1960 comenzó su extraordinaria serie Corre Conejo , El regreso de Conejo , Conejo es rico y Conejo descansa , que comparten el protagonista Harry Rabbit Angstrom, a través de quien el narrador critica la clase media norteamericana, cuya válvula de escape está, según él, en la religión y el cine.
Un observador de la ambigüedad
Al hablar sobre su serie de Rabbit Angstrom, en la que el escritor refleja la triste vida de un americano medio común en el contexto de los grandes acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX, Updike señaló a la revista Life : “Mi tema es la clase media protestante norteamericana de los pequeños pueblos de Estados Unidos. Me gustan los medios, porque en los medios chocan los extremos y la ambigüedad gobierna”.
En 1991 recibió, por Conejo descansa, el Premio del Círculo de Crítica Literaria en Estados Unidos. En esa última novela de la serie, el personaje central se enferma y muere. Hubo todavía un libro posterior sobre su personaje, titulado Conejo en el recuerdo y otras historias .
“Cuando escribo apunto mi mente no hacia Nueva York, sino hacia un punto vago al este de Kansas”, señaló durante una entrevista con la revista Time el autor de La belleza de los lirios , que vivió los últimos 30 años de su vida en Nueva Inglaterra.
A lo largo de su literatura, la intención de Updike ha sido mostrar la sociedad norteamericana, ya sea a través de un personaje o de generaciones de una misma familia.
En 1980, en una colección de cuentos titulada en inglés Problems ( Problemas ) escribió: “América es una vasta conspiración para hacerte feliz”.
Otro de los temas reiterados en su obra es el sexo. En 1968 sorprendió con una controvertida novela, Parejas , que en los años 60 se mantuvo durante meses entre las más vendidas. Updike justificó su punto de vista de este modo: “El sexo es como el dinero. Sólo demasiado es suficiente”.
En su obra de ficción, según los críticos norteamericanos, el adulterio juega un papel tan central como la caza y la pesca en la obra de Hemingway. Para la prensa norteamericana, acongojada ayer por su muerte, los más brillantes estándares de calidad de Updike se encuentran en muchos de sus artículos, de sus ensayos, sus cuentos breves y sus más críticos puntos de vista aparecidos en The New Yorker .
En su última gran novela, Terrorista , Updike se mete en la piel y el alma de un musulmán norteamericano que se inmola en un atentado. A raíz de esa obra, hace un año y medio, lo entrevistó el director del Instituto Cervantes de Nueva York, el escritor Eduardo Lago. Updike dijo: “Creo en Estados Unidos. Pero sigo siendo crítico del carácter y la sociedad norteamericanos. Somos una sociedad que se ahoga literalmente en basura”.
Entre sus libros traducidos al español, publicados por Tusquets, se destacan -además de los mencionados- La feria del asilo , En torno a la granja , Golpe de Estado , Las brujas de Eastwick, A conciencia (su libro de memorias), Brasil , Busca mi rostro , El centauro , Gertrudis y Claudio, Hacia el final del tiempo y Lo que queda por vivir .
Desde 1977 estaba casado, en segundas nupcias, con Martha Ruggles. Tenía cuatro hijos.
Fuente: La nación. Miércoles 28 de enero de 2009